![]() ![]() Brillos y sombras turcas. ✏️ Blogs de Turquia
Pretendo escribir y compartir mi estancia de 15 días con mi pareja, la cual hemos realizado de forma totalmente independiente, durante este mes de mayo en Turquía y hacer un pequeño croquis de organización y presupuestos.
MI viaje lo he titulado brillos y sombras turcas, brillos porque creo sinceramente que con las riquezas tan iconmesurables que poseen, podrían comerse el mundo y convertirse en los anfitriones del turismo mundial; lo de sombras porque creo que les falta glamour sutileza y buenos gestores, en definitiva pienso que necesitan sofisticarse un poquito en el trato al turismo y que sean conscientes de que para los turistas NO todo vale.Autor: Lapena Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (10 Votos) Índice del Diario: Brillos y sombras turcas.
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Etapas 10 a 12, total 13
El día 13 de mayo nos dirigimos al aeropuerto de Kayseri para entregar el coche que teníamos alquilado, y con el cual habíamos hecho 450 kilómetros, seguidos cogimos un par de vuelos internos con Pegasus, el trayecto fue Kayseri-Estambul, Estambul-Izmir, donde alquilamos de nuevo un coche, esta vez con Circular Car Hire, de nuevo no estaba nadie a buscarnos y nos llevamos un nuevo “soponcio”, cuarto de hora más tarde un hombre se presentó con nuestro apellido y nos llevó a una gasolinera a recoger el vehículo, me siento en la obligación moral de contar que nos lo entregaron muy sucio y que nos querían cobrar de forma adicional a lo pactado vía on-line, 20 euros en concepto de autopista, (que no íbamos a utiliza) y otros 10 euros de un seguro de rotura de lunas, tuvimos que “pelear un ratito” para que asumieran que no estábamos de acuerdo.
En fin, con el nuevo coche que sonaba a tractor y que perdía agua, nos aventuramos a conocer las ciudades y vestigios griegos que se encuentran por doquier en Turquía. Dirigiéndonos con ese fin desde Izmir a Selçuk. (por la carretera D550) que tardamos algo más de una hora y eso que eran menos de 100 kilómetros. En la oficina de turismo de Selçuk encontramos a un informador excepcional que además hablaba perfectamente español y nos dio el plano de la zona y nos hizo sus recomendaciones, que nos vinieron genial. Os resumo el recorrido: - Visita a la mezquita de Isabey. *** Imagen borrada de Tinypic ***
- Intento de entrar en la Basílica de San Juan, (que estaba cerrada). - Paseo por el Templo de la Diosa Artemisa. *** Imagen borrada de Tinypic ***
- Subimos en coche a las ruinas de Éfeso, (dejándo la visita para la mañana siguiente) y aprovechando para ver La Cueva de los siete Durmientes y tras subir una carretera de pequeño puerto de montaña anduvimos por la Casa de la Virgen, (donde se cree que pasó los últimos años la Virgen María), observando los murales llenos de deseos que dejan los visitantes. *** Imagen borrada de Tinypic ***
- Paseamos por un pueblecito pintoresco llamado Sirince, que vendía aceites de oliva, jabones y otros productos artesanos, a mí me recordó a pueblos de España como las Hurdes extremeñas o la Alberca en Salamanca, pero con calles más complicadas de transitar, mereció la pena el paseo. *** Imagen borrada de Tinypic *** - Buscamos un hotel, del que llevábamos alguna reseña, concretamente Hotel Nazar, fue un lugar modesto, pequeñito pero limpio y familiar, y nos ofrecieron quedarnos a cenar una cena típica de la zona. Que consistió en: Mezzes, ensalada, sopa de verduras con especias, guisantes con pollo, arroz pilaf y de postre sandía con fresas. El día 14 desayunamos y despidiéndonos del chico de recepción continuamos nuestro viaje: - Ruinas de Éfeso, donde pasamos la mañana imaginando lo grande que debió de ser la ciudad y la cantidad de personas que la visitamos. *** Imagen borrada de Tinypic *** - Viaje a Priene, Mileto y Didima, (lo que más nos gusto fue el teatro de Priene y lo peor que nos perdimos un poco por Didima y no pudimos visitar el Templo de Apolo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Después de estas excursiones, quisimos ir a la ciudad de Antalya, cosa que gracias a nuestro mal llamado GPS, yo lo llamo Tontón, nos metimos por caminos de cabras, que aunque nos resultó muy pintoresco todo, desde el cruce de animales, bosques con corrales de pastores de construcciones en piedra muy curiosas, las negligencias de los distintos conductores, y el pasar por lugares, (que por tercera vez en el viaje), nos miraban como a auténticos extraterrestres. Conseguimos “enderezar” el camino correcto, pero como se había hecho de noche, decidimos alojarnos en una ciudad llamada Ķas, en la costa Licia. Los parajes me encantaron, yo los describiría como la Costa Brava española, con invernaderos de fresas almerienses el mar, árboles frutales y con la montaña compartiendo espacio con las playas, (de piedra y no arena fina), con el mar Mediterráneo, (Mar de Marmara), jugando al escondite apareciendo y ocultándose constantemente Nos alojamos en el Hotel Bilgin, que no estaba mal pero olía mucho a tabaco y el desayuno algo escaso. Y en Ķas observamos la gran oferta de deportes marinos que había, las excursiones por las distintas islas que salpican el mar, y ”el chollo” que supone para el turismo alemán, pues parecía que hubiese más alemanes que turcos. El día 15 continuamos a Antalya, por la D400, pues ya aprendimos la lección de no salirnos de carreteras que van precedidas por la letra D, las E son autopistas y no cogimos ninguna, así que no puedo opinar si merece la pena o no lo de pagar peaje. Antalya nos pareció inmensa pero con mucho problema para aparcar. Este día lo dedicamos a visitar: - Aspendos, que tiene un teatro romano interesantísimo, pero estaba parcialmente cubierto de andamios. *** Imagen borrada de Tinypic *** - Termessos, es ideal para los amantes del senderismo de montaña, al final tiene un pequeño teatro romano, dicen que con vistas impresionantes, y digo lo de dicen porque había una niebla espesa que no nos permitió disfrutarlas, ¡mala suerte!, además nos tuvimos que dar mucha prisa en bajar porque cerraban a las 6 de la tarde *** Imagen borrada de Tinypic ***
- Afrodisias, está en los entornos de Pamukkale, pero de nuevo nuestro tontón y nuestra ignorancia, en vez de coger dirección Pamukkale nos llevaba hacia otros pueblos que empiezan por Pamuk-, como Pamukören en Aydin, (famoso por sus aguas termales), digo esto, para que no os suceda lo mismo y recordéis que Pamukkale se escribe con dos Kas. Con este problemilla ya no paramos en Afrodisias, y además estaba cerrado por la hora. - Y a conectar con Pamukkale, me gustaron sus vistas, parecía nieve, sin embargo se notaba un olor intenso a azufre y como a gas por todo el pueblo, (el pueblo no me gusto, estaba todo demasiado cutre). *** Imagen borrada de Tinypic *** - Buscamos alojamiento en el hotel Allgau porque en los que llevábamos de referencia no tenían plaza, la verdad es que estábamos cansados y no teníamos ganas de buscar más, pero la habitación no tenía ni armarios y la escayola estaba a punto de desprenderse del techo. - Cenamos bastante bien en un restaurante del pueblo, donde curiosamente nos encontramos con un chico de Bilbao que habíamos conocido en Selime, dimos una vuelta y nos despedimos. El propietario del Hotel Allgau, que fue amabilísimo con nosotros en todo momento, nos sorprendió con un gratísimo desayuno turco, con nísperos recién cogidos del árbol.[i] Así que con “las pilas cargadas” nos fuimos a recorrer Pamukkale o “el Castillos de algodón” y la ciudad de Hierápolis, (que está en el propio recinto). Me encantaron las dos cosas pero Pamukkale me pareció tan único[u] que sólo lamenté no haber llevado ropa de baño. No voy a decir que Hierápolis no me impactó, pero como ya habíamos visto tantos vestigios griegos y romanos presté especial atención a su necrópolis que es inmensa. Etapas 10 a 12, total 13
El día 16 lo pasamos, al menos la mañana, subiendo por las distintas piscinas de Pamukkale, que fue divertidísimo y nos sirvió para una “restauración” completa de pies, y paseando por los restos de Hierápolis, y mi imaginación se activó y veía a los grandes burgueses y aristócratas grecorromanos de los primeros siglos pegándose una buena vida por aquellos lugares y disfrutando de las aguas termales, de sus masajes,…, lamenté de nuevo que el teatro estuviese con andamios.
*** Imagen borrada de Tinypic *** Entre los "algodones" en Pamukkale y algunas de sus bañeras. *** Imagen borrada de Tinypic *** Planta curiosa que había por Hiérapolis y una foto de la necropolis. Y nuestro camino en la sobremesa continuó porque debíamos ir a Esmirna para pasar la noche, visitar lo que nos diese tiempo y entregar el coche por la mañana temprano. El camino lo recorrimos en algo más de tres horas haciendo un par de descansos, y recordad no perdáis el rumbo de las letras “Des”, seguid la D320 hasta Aydin y la D550 hasta Izmir, mejor dicho a Menderes que es donde se ubica el aeropuerto, buscamos alojamiento en las inmediaciones del aeropuerto, concretamente en el hotel Engin, y pasamos la tarde visitando la inmensa Esmirna y viviendo su infernal tráfico. Pudimos aparcar después de dar muchas vueltas por el paseo marítimo, el cual recorrimos gustosamente en un plácido y largo paseo. Parecía un día festivo, pues las terrazas de restaurantes, bares y cafeterías estaban a rebosar de personal. Había conciertos en la orilla del mar, desfiles de disfraces y pescadores por doquier, (desconocía la gran afición de los turcos por la pesca). *** Imagen borrada de Tinypic *** Estatua del paseo marítimo de Esmirna y el desfile en su entorno. *** Imagen borrada de Tinypic *** Más imágenes del desfile y un estudio modernista de arquitectura. La impresión que saqué de Esmirna fue la de una ciudad moderna, lujosa y con un gran nivel de vida, y si debo compararla con España sería con la ciudad de Barcelona. Podría decirse que fue el lugar más europeo de todo nuestro recorrido por Turquía y donde menos mujeres ocultaban su rostro. Os he colgado algunas fotos de los escaparates y desfile de Izmir. Como los restaurantes de la orilla del mar estaban “literalmente” a petar, buscamos un lugar donde cenar algo y volver a Menderes a dormir. *** Imagen borrada de Tinypic *** Aunque eran escaparates modernos los modelos de trajes parecían de la corte del Rey Sol. Etapas 10 a 12, total 13
El día 17 después de dormir estupendamente en el hotel bajamos a desayunar, que fue lo peor del hotel pues era fuera del recinto en una cafetería anexa con quien tenían concertado y la verdad es que fue muy escaso. Acto seguido nos dirigimos con el coche a la gasolinera donde debíamos entregarlo, nos sorprendimos al ver que habíamos hecho 1.423 kilómetros. Y de nuevo a volar hasta Estambul con Pegasus airlines, todo perfecto y otra vez metro y tranvía hasta el Hotel Grand Peninsula, recordad dos jetones “por barba” es decir, 6 libras turcas.
Comimos por la zona de “nuestro barrio” en un restaurante llamado Şar, tanto el pescado como la carne estuvo muy bueno y a precio normalito. Esa tarde cogimos el tranvía para ir a Eminönü y un barco para ir hasta Eyüp, allí lo más importante es visitar la iglesia ortodoxa, que por cierto se celebraban funerales y estaba a reventar, con lo que no pudimos disfrutarla, nos dimos un paseo por los puestos de tiendas del lugar y tomamos el teleférico que sube al famoso Pierre Loti, con la cola que había y como sólo se monta de 6 en 6 tardamos unos veinte minutos, paseamos por el inmenso y curioso cementerio lleno de gatos como toda la ciudad. *** Imagen borrada de Tinypic *** Eminönü y la mezquita de Eyüpsultan. La bajada desde Pierre Loti hasta “nuestro barrio” a Sultanahmet nuevamente se convirtió en deporte de riesgo para cruzar las calles, pero fuimos “degustando” el vivir diario de sus pobladores y descubrimos tiendecitas de frutas, verduras y pasteles muy interesantes que hicieron las delicias y contribuyeron a nuestra reposición nutricional de aquel anochecer. *** Imagen borrada de Tinypic *** Vistas desde la cima del teleférico y tumbas típicas de Pierre Loti. *** Imagen borrada de Tinypic ***
El sábado día 18 visitamos el Palacio de Topkapi, que seguía abarrotado y casi no se podía ver. Reconozco que tiene un valor incalculable arquitectónicamente hablando y en cuanto a lo que en él se conserva, (turquesas, diamantes, oro, plata,…), pero como no soy de joyas ni grandes tesoros y apenas podíamos acercarnos, además sonó la alarma en una de las dependencias porque alguien había tocado un cristal, el ruido era infernal. Donde pasé mejor rato fue en una sala de cartografía que casi no se visita y, que a mi me pareció el auténtico y verdadero tesoro de la evolución en la elaboración de mapas, a veces los pequeños detalles son los que se convierten en los más grandiosos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Entrada al palacio de Topkapi y una de sus fuentes. Al mediodía como hacía mucho calor (28 grados) y estábamos cansados, mi pareja se fue a un Haman o Baño turco “autóctono” de los que no van los turistas, para ello cogió un tren, yo que para eso también soy atípica y no me gusta que me soben preferí darme una ducha en el hotel. Cuando regresó, venía tan contento como “un colegial con zapatos nuevos”, porque le había costado tan sólo 20 “talines” como nosotros llamamos a las libras turcas, le duró la risa todo el día y contaba y recontaba la experiencia vivida, y yo también me reí porque su pelo le olía a oveja o cabra y fue persistente en el tiempo, tanto como su risa. *** Imagen borrada de Tinypic *** Gran Bazar y uno de los puestos de especias que más me gustó de como estaba de bonito. Por la tarde, fuimos al Gran Bazar, que es inmenso, pero a mí me agobia el que te intenten vender de todo y todo el tiempo, así que terminamos callejeando, que es lo más interesante, (desde mi punto de vista), anduvimos tanto que otra vez llegamos hasta Eminönü y vimos las grandes ristras de pescadores y los carritos ambulantes de: churros, maíces, frutos secos, plastificados de documentos,… *** Imagen borrada de Tinypic *** Observad que contaminador más exagerado. El domingo 19, nos aventuramos a pasar a la parte asiática en barco también “autóctono”. Embarcamos previo jeton de 3 “talines” en Eminönü vapor iskalesi que nos llevó hasta Kadikoy vapor iskelesi. Al llegar, nuestra intención era pasar el día por algún bazar y comparar precios y/o comprar algo. Como no sabíamos dónde estaba, preguntamos a un chaval del lugar en inglés por el mercado, amablemente nos dijo que le siguiésemos porque él iba allí, después de andar más de media hora descubrimos que nos llevaba al Carrefour, así que nuestro plan quedó frustrado, pues nos agotamos por el gran paseo, el sortear del tráfico y la sofoquina, “gajes del oficio”. Finalmente, y ya casi al mediodía descubrimos el Bazar, (que por cierto estaba cerca del embarcadero), y pateamos lo indecible, compramos comida y algunas especias, nos dimos cuenta que los precios eran similares, es decir todo carísimo, y que había menos variedad. A mí me llamaron principalmente la atención los comercios de café, por el olor, por las máquinas antiguas que conservan y por la agilidad que se dan en vender. También intentamos comer en un lugar que había cola para esperar mesa, lo que suele ser buen síntoma, pero después de esperar tres cuartos de hora y no ser servidos, nos tuvimos que marchar de mala manera porque encima pretendían traernos la cuenta. ¡UNA AUTÉNTICA VERGÜENZA!, así que comer no comimos nos tuvimos que contentar con picotear en puestos callejeros. Regresamos nuevamente a la parte europea otra vez en el barco, observar las costumbres del entorno de la mezquita nueva. Decidimos coger un tren desde Sultanahmet y fuimos a Koca Mustafa Paşa y Yusufpaşa donde encontramos pastelerías finas y compramos pastitas para traer a España, además de poder observar que las mariquitas se comen, como podéis ver en la foto, ¡ESTABA EXQUISITA!, regresamos andando y pudimos comprobar que los mercados de Yusufpaşa era interesante porque tenía mucha variedad de: legumbres, frutas, hortalizas, carnes, pescados, especias, comida para animales, arroces, pastas e infinidad de tipos de harinas diferentes (arroz, garbanzos, trigo, maíz, avena, mijo,…) yo que soy una enamorada de las materias primas para cocinar estaba alucinada, y aunque parezca increíble con los precios bien marcados y a un tercio de lo que estábamos acostumbrados por el Gran Bazar y el mercado de la parte asiática. Como colofón vivimos el ambiente del pequeño Bazar de Arasta y despedirnos de las vistas del Estambul nocturno en Sultanahmet, especialmente de la Mezquita Azul y Santa Sofía. A la mañana siguiente cogimos el tranvía, (a las seis de la mañana, que es cuando comienza el tranvía a funcionar) y el metro hacia el Havalamani, (aeropuerto), para volver a Madrid vía Zurich. He de destacar que el desayuno que nos dieron en el avión de Turkish Airline fue lo mejor que he comido nunca en un avión, yo lo clasificaría con una nota de notable alto. *** Imagen borrada de Tinypic *** Detalles del interior de Santa Sofía como despedida de esta etapa. Etapas 10 a 12, total 13
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