We were a part of it!. 10 Días en Nueva York ✏️ Blogs de USA

Tocaba levantarse pronto. Muy pronto. A las 6:40 teníamos que estar en el bus de Megabus camino de Washington DC y además, por lo que habíamos leído, el orden de llegada era importante así que había que estar en la salida lo antes posible. Con casi 20 minutos de antelación, ya estábamos en la 34ST entre la 11ª y la 12ª y no éramos los primeros. Había varios autobuses aparcados asi que no fue difícil encontrar la cola del que nos llevaría a la capital del país.

Una vez que entramos en el autobus, uno de los principales problemas que temíamos se vio solucionado. El espacio entre asientos era amplio y el viaje se hizo de manera bastante cómoda. La única pega es que el WIFI del bus no funcionaba, pero entre un par de ratos de dormir,las galletas compradas del día anterior y algún entretenimiento más pasamos las 4 horas del viaje de la mejor manera. La verdad es que para el precio de los billetes (4'50$ los dos, ida y vuelta) el servicio es inmejorable (impensable una oferta así en España).

Muy puntuales llegamos a Union Station (los autobuses te dejan dentro de ella, en la parte superior, el mismo sitio donde se cogen de vuelta) y enseguida bajamos a la planta de abajo a buscar un Chop't. En uno de los tips que nos pasó Andrew nos recomendaba comprar la comida ahí parqa luego tomártela en cualquier sitio. Preparaban una especie de burritos rellenos de ensalada (hay varias para elegir) y el precio era bastante bueno (17'55$ los dos), así que elegimos y en unos minutos teníamos nuestra comida (por cierto, ¡un espectáculo ver como lo preparan, participando hasta 5 personas!).

Preparando nuestras ensaladas en Chop't

Los dias anteriores habíamos pensado varias veces en cómo íbamos a empezar nuestra visita a Washington, si bien por el Capitolio y recorriendo el National Mall hasta Lincoln Memorial o bien empezar en Arlington Cementery. Finalmente, decidimos esta segunda opción, así que, para no perder nada del poco tiempo que teníamos, cogimos un taxi en la estación que nos llevó hasta la puerta del conocido cementerio (18$), pasando al lado del Pentágono. Una vez allí, cogimos un mapa y entramos en el recinto.

El ambiente que se respira dentro es de máximo respeto y la verdad es que impresiona bastante ver la cantidad de tumbas que hay, colocadas en hileras interminables que se pierden en el horizonte (todas las tumbas son de veteranos y de personalidades, relativamente ordenadas según los batallones o guerras en las que participaron). Con ayuda del mapa que recogimos a la entrada (que por cierto es bastante "poco claro"), nos encaminamos a ver la tumba de JFK. El antiguo presidente de los USA descansa allí, rodeado de las tumbas de su mujer Jaqueline y de sus dos hijos John y Patrick (este aun con vida) y junto con la Eternal Flame. Se da la curiosidad de que la tumba está perfectamente alineada con el puente Arlington Memorial y con el Lincoln Memorial (desde arriba, se ve perfectamente).

Las impresionantes hileras de tumbas

Las tumbas del presidente JFK y su mujer junto con la Llama Eterna

Vista desde Arlington House de la tumba de JFK, alineada con el puente y con el Lincoln Memorial al fondo

De allí, continuamos paseando por el cementerio, viendo la tumba más antigua del mismo, el Old Anphitheater la Arlington House y varios monumentos conmemorativos de distintas guerras. Acabamos nuestro recorrido visitando los memoriales del Challenger, el Columbia y el del rescate de los prisioneros en Irán. De ahí, pasamos al anfiteatro e hicimos algo de tiempo para ver la ceremonia del cambio de guardia de la Tomb of the Unknowns visitando un pequeño museo con recuerdos de varios países (España entre ellos). Pese al sol y al calor, que volvía a hacer de las suyas (ya no nos acordábamos de la lluvia del día anterior), vimos la ceremonia entera, muy recomendable por la solemnidad con la que se hace, con un silencio sepulcral solo roto por el choque de los zapatos de los oficiales.

The Old Anphitheater

Vistas del Pentágono desde una de las partes más altas del cementerio

Challenger Memorial

Memorial Anphitheater

Tomb of the Unknowns

Una vez finalizada la ceremonia, salimos del cementerio (haciendo una última foto a un monumento a los veteranos españoles de la guerra de Cuba) y cruzamos el rio Potomac el puente Arlington Memorial. El paseo hasta el Lincoln Memorial es bastante agradable y se hace en poco más de 20 minutos a buen ritmo. Una vez llegamos allí, nos desviamos a comprar algo de beber y nos sentamos en las escaleras del memorial a comernos nuestros burritos (eran ya cerca de las 14:15).

Monumento a los veteranos españoles de la guerra de Cuba

Una vez acabamos, entramos en el Memorial y estuvimos un rato contemplando la magnífica escultura del presidente Lincoln y leyendo los dos discursos que hay en las paredes del edificio. También aprovechamos para hacer algunas fotos del Obelisco y la Reflecting Pool desde dentro del edificio, capturar el punto desde donde Martin Luther King dio su famoso speech "I have a dream" y hacernos la típica foto desde la parte superior de las escaleras.

La impresionante escultura del presidente Lincoln

El famoso discurso de gettysburg

Desde las escaleras del Lincoln Memorial

Nuestra siguiente parada fue el Vietnam Veteran Memorial. Vale la pena pasarse para ver la Estatua de los Tres Soldados y el monumento a las Mujeres de Vietnam, pero lo realmente impresionante de este memorial es "La Pared" donde están tallados los nombres de los muertos en la guerra. Muy sobrecogedor, la verdad. Tirando del zoom de la cámara por no cruzar la calle (ya veíamos que íbamos justos de tiempo) hicimos una foto a la estatua de Einstein y nos encaminamos al memorial de la Guerra de Korea.

The Wall, Vietnam Veteran Memorial

También nos impresionó bastante este memorial, sobre todo las estatuas de soldados, hechas de acero y de más de 2 metros de altura cada una. También nos llamó la atención una frase escrita en uno de los muros: "Freedom is not free". Cada uno que saque sus propias consecuencias.

Los soldados del Korean War Memorial

Una frase para reflexionar

La siguiente parada era el Memorial de la Segunda Guerra Mundial, así que cogimos un paseo que hay a la derecha de la Reflecting Pool. Durante el camino hicimos un par de amigas con las que compartimos unas almendras que no le echamos a uno de los burritos de la comida. Como podéis ver, eran de lo más simpáticas!! (eso si, intentar acariciar a una era imposible).

Aprovechando las almendras

Intentar cogerlas era misión imposible, pero para comer si se acercaban

Llegamos al Memorial de la Segunda Guerra Mundial, del que ya habíamos leído la controversia que se formó en su construcción por el lugar elegido (decían que impedía la visión desde el Monumento a Washington y el Lincoln Memorial). Bajo un sol abrasador recorrimos las columnas que tienen grabados cada uno de los estados del país y nos hicimos algunas fotos en la fuente. También leímos algunos textos referentes a los sucesos más conocidos de la guerra, como el ataque a Pearl Harbour.

Second World War Memorial

Salimos del memorial y paramos en la 17 ST a hacer algunas fotos del Obelisco del Monumento a Washington, que aun estaba rodeado de andamios por las reparaciones necesarias tras el terremoto de 2011 (se rumorea que se abrirá en 2014 de nuevo). Además, tampoco te puedes acercar, ya que hay vallas a bastante distancia del monumento. De allí, nos fuimos hacía el Norte, pasando por el parque "The Ellipse", donde había algunos chicos jugando a fútbol americano y desde donde ya se puede ver la fachada sur de la Casa Blanca. Continuamos hasta acercarnos a la verja de la misma, desde donde hicimos algunas fotos típicas de la residencia de Obama. Allí nos encontramos a una prima de nuestras amigas de antes (que también probó las almendras) y estuvimos a punto de llamar al timbre para ver si salía alguien a recibirnos, pero finalmente, no nos atrevimos.

El Obelisco, rodeado de andamios

Fachada sur de la White House

Incita a pulsar el botón

Eran las 16:10, nos quedaban 2 horas para estar de vuelta en la estación para coger el bus y nos quedaban bastantes cosas por ver. Además, el cansancio ya hacía mella y de qué manera, pero había que seguir. Caminamos por Pennsylvania Ave NW hacia el Este y volvimos al National Mall cruzando por una calle peatonal que hay entre la 14th St y la 12th ST (donde se encuentra el Ronald Reagan Building). Una vez en el Mall, pasamos por delante, sin entrar, del National Museum of American History, del National Museum of Natural History (este no teníamos pensado pasar porque íbamos a ver el de Nueva York) y acabamos entrando en el Smithsonian National Air and Space Museum. Nos habría gustado estar mucho tiempo más en el museo, porque tiene cosas muy interesantes, pero apenas pudimos dar un paseo por dentro sin parar demasiado en ninguna de las exposiciones.

Vista del Capitolio desde el National Mall

Interior del Air and Space Museum

Una vez fuera del museo, nos encaminamos a nuestra última parada, el Capitolio. La idea era verlo por dentro hasta donde pudiésemos (no habíamos reservado visita guiada) y rodearlo por Independence Ave para luego ya ir a Union Station. Pero, llegamos tan cansados (más bien agotados), que nos sentamos fuera del edificio, hicimos algunas fotos y decidimos que ya era hora de volver a la estación.

El edificio que hemos visto en tantísimas películas

Sobre las 17:40 entrábamos de nuevo a Union Station, así que nos fuimos al piso inferior, donde hay gran cantidad de restaurantes, a merendar algo y a las 18:10 ya estábamos en la cola del Megabus. El viaje de vuelta también se nos hizo relativamente corto, ya que fuimos durmiendo gran parte del camino y pudimos aprovechar algo del WIFI del bus (no funcionaba tampoco del todo bien). Llegamos al apartamento sobre las 23:50 y nos tiramos directamente a dormir.

Tras nuestra experiencia, por un lado vale la pena ir a Washington en un día, porque el National Mall es digno de ver, pero realmente, creemos que lo mejor es hacer, cuanto menos, una noche en la ciudad para poder disfrutar de ella con tranquilidad.En un día, con lo que vimos nosotros, recorrimos en torno a 12 kilómetros y medio a pie (posiblemente algo más porque el recorrido por el cementerio de Arlington de la imagen inferior fue más amplio), demasiado para un solo día de turismo.

Distancia recorrida a pie : 12,424 Km aprox.

👉 Ver Etapa: 4 de Junio. Washington DC en un día ⏫ Volver arriba Compartir:

LLegábamos a la mitad de nuestra estancia en la ciudad y encarábamos un día especial, y es que, ¡¡no todos los días se celebra un cumpleaños en Nueva York!!. Y aunque Elena pensaba que ella había planeado el día, realmente le esperaba alguna que otra sorpresa. La idea era pasar el día en el High Line, el Soho, Chinatown y luego ir a cenar al Ellen Stardust. Algunas cosas se cumplieron, otras...

Aprovechamos para dormir un poco más (no mucho), porque el viaje del día anterior a Washington nos había dejado algo cansados y a las 9:30 salíamos por la puerta de Penn Station, la parada del metro del MSG. Pasamos por delante del edificio de United States Post Office y compramos algo para desayunar en un Duane Reade (suelen tener bollería del día a buen precio).enseguida llegamos a la entrada del High Line Park desde la que empezaríamos el recorrido (en W 30 ST, entre la 10ª y la 11ª).

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Edificio del US Post Office

Por si alguno no lo conoceis, el High Line Park es un nuevo parque peatonal construido sobre una antigua línea de ferrocarril que dejó de usarse en 1980. Tiene aproximadamente 2 km de longitud y tiene varias entradas a lo largo de su recorrido. Ya nos habían avisado de que pasear por él era una de las mejores cosas de la ciudad y no nos decepcionó. Es como un remanso de paz y tranquilidad en medio del bullicio de Nueva York, un lugar por el que puedes caminar tranquilamente mientras te paras a ver mil cosas curiosas, como esculturas, graffitis, gente haciendo deporte o simplemente, las interminables calles por las que vas cruzando. Además, como volvimos el Domingo con Stephen, nos enteramos de que también se ha convertido en una de las zonas más caras de Nueva York (y de las más solicitadas por gente joven y con dinero por sus edificios modernos). Completamos el recorrido en más o menos una hora, sin prisas, disfrutando, sacando algunas fotos como las que veis a continuación.

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Entrada del High Line Park

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El Empire State siempre presente

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Seguro que este grafitti es muy reconocible

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Se pueden ver las antiguas vías a lo largo de todo el paseo

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Arte moderno mezclado con edificios antiguos

Salimos del parque por Gansevoort St, y la próxima parada era el Soho, así que, andando, fuimos bajando por Hudson St, con un tiempo excelente (mucho sol y sin el calor agobiante del fin de semana anterior), atravesando GreenWich Village (y de nuevo, comentando que nos deberíamos alojar allí la próxima vez) hasta llegar a Houston St. Una vez allí, empezamos a callejear para entrar de lleno en el SoHo y en sus conocidas calles llenas de tiendas de moda. Y esa era la idea de Elena, disfrutar de una mañana de tiendas, pero yo tenía otros planes. Me las arreglé para acabar en Howard St, donde le había reservado una hora de masajes en un SPA asiático.

Mientras ella disfrutaba de su momento de relax, me acordé de que no habíamos podido hacer buenas fotos de Washington Square por la lluvia, así que decidí ir allí, subiendo por Broadway y pasando por delante de la NYU. Y efectivamente, el ambiente no tenía nada que ver con el del Lunes. Gente por todos sitios, mucha música y mucha gente disfrutando del tiempo. Tras ello, y un pequeño refrigerio en un Deli, de vuelta al SPA para recoger a la cumpleañera. Por cierto, durante todo el camino, publicidad del GTA V que estaba a unos meses de salir, algo impensable en España

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Disfrutando de Washington Square con buen tiempo

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¡¡Música por todos lados!!

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¡¡Publicidad del GTA V en casi todos los bordillos!!

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¡Una bud muy americana!

Eran las 12:30 y Elena estaba como nueva, así que ahora nadie me iba a librar de mi ración de shopping. Visitamos varias tiendas y pude aprovechar el WIFI gratis de la mayoría de ellas para entretenerme con el movil así que se hizo bastante ameno. Además, también entramos a algunas tiendas "diferentes", como Yellow Rat Bastard (me encantó esta tienda, aunque no compré nada para dejarlo todo para la visita al outlet del día siguiente).

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Tan contenta tras su masaje

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El Soho, tiendas, tiendas y más tiendas

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No deja de sorprender ver un parking de este tipo

Sobre las 14:30 decidimos que ya era hora de dejar las tiendas y de irnos a comer y aquí si seguimos el plan marcado. Como ya habíamos andado bastante, decidimos coger el metro hasta la parada de la 2ª Av (aunque no estaba demasiado lejos a pie) y entramos en el famoso Katz Deli (seguro que los que hayan visto la película de "Cuando Harry encontro a Sally" lo conocerán). Allí, no podíamos pedir otra cosa que no fuese el bocadillo de pastrami, lo que acompañamos con una especie de puré de patatas. Y cuando llegó el sandwich, ¡¡sorpresa con la cantidad de pastrami!!. Con un sandwich para los dos nos hubiésemos quedado bien, ¡¡sin duda!!. Más allá de eso, la visita al restaurante es recomendada, muy buen ambiente, la comida bastante buena y los recuerdos de la película por todos lados. El precio, eso si, un poco más alto de lo normal (en torno a 57$ con 3 bebidas), pero vale la pena.

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El espectacular sandwich de pastrami

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¿Alguien recuerda lo que tuvo Sally?

De ahí, decidimos bajar andando hasta Chinatown por la zona del Sara D.Roosevelt Park, donde había un muy bastante gente haciendo deporte, hasta llegar a Grand St, por donde entramos en uno de los enclaves étnicos más reconocibles de Nueva York. La verdad es que el barrio a mi me sorprendió bastante, no solo por las tiendas y comercios, si no porque es bastante difícil ver carteles que estén escritos en inglés además de en chino. Vamos, que la imagen que saqué es que realmente la comunidad china ha hecho una pequeña ciudad dentro de Nueva York.

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Llegando a Chinatown

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Definición de no entender nada

Pasamos por varias tiendas con unas frutas y verduras difícilmente descriptibles y llegamos a Mulberry St, donde se encuentra Little Italy, bueno, mejor dicho, lo que queda de ella. Como ya se comenta por todos los sitios de internet, apenas queda una pequeña parte de lo que fue el barrio italiano antiguamente, absolutamente conquistado por los establecimientos chinos.

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Setas chinas... supongo...

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Una pequeña parte de Italia en Nueva York

Continuamos hacia el sur por Mulberry St hasta que llegamos a Columbus Park, donde estuvimos un buen rato disfrutando del ambiente, viendo como bastantes chinos jugaban a unos juegos muy peculiares (algunos creo que estaban jugando al Mahjong o algo similar, pero otros...) o disfrutando de gente que estaba tocando algunos instrumentos que también desconocíamos.

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El ambiente en Columbus Park

Salimos por la parte Este del parque, donde nos llamó la atención la cantidad de funerarias china que había juntas (si, también comentamos las típicas gracias de los chinos y donde los entierran...) y callejeamos un poco hasta llegar a Doyers St y su famosa Bloody Angle, un lugar conocido por la cantidad de muertes que se han producido ahí por temas de mafias chinas. Y si antes, ya teníamos la sensación de no estar en Nueva York, por estas calles más estrechas y con la gente mirándote cuando pasabas por delante de sus tiendas, ¡¡ya ni os contamos!!.

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¿Realmente estamos en USA?

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The Bloody Angle

Pronto salimos a Bowery St y nos dirigimos al norte dejando a la derecha la Confucious Plaza, y llegamos al templo budista Mahayana, el mayor de toda la ciudad de Nueva York, donde se encuentra una figura de Buda de 5 metros de alto (aunque a nosotros no nos pareció tan grande). No estuvimos dentro demasiado tiempo ya que no había absolutamente nadie y estábamos un poco incómodos (además, unas mujeres que había en la entrada no nos quitaban ojo de encima), total, que salimos, hicimos una foto del Manhattan Bridge y nos dirigimos a la parada de metro más cercana (Grand St).

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Interior del Mahayana Temple

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Entrada al Manhattan Bridge

En nuestro camino al apartamento hicimos una parada en el Madison Square Park. Ahí, estuvimos un buen rato admirando el Flatiron, uno de los edificios que más nos impresionaron de la ciudad. Es uno de los primeros rascacielos que se contruyeron en NY (en 1902) y además, es quizá el más peculiar de todos por su forma triangular (¡la parte más estrecha apenas tiene 2 metros de anchura!). Aprovechamos para sentarnos en algunas sillas que había por el parque, disfrutar un poco del WIFI gratis y avanzar un poco por la 5ª Avenida, parando en el Museum of Sex. Realmente, no pasamos al museo, nos quedamos en la tienda que ya era bastante "curiosa" de por si. De allí, de nuevo al metro y vuelta al apartamento, que había que prepararse para alguna sopresa más que quedaba.

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El imponente Flatiron

En principio, habíamos planeado una cena en el Ellen Stardust y una copa en el 230 Fifth para terminar de celebrar el cumpleaños, pero Elena no sabía que había un ligero cambio de planes. Tras convencerla de que había que arreglarse un poco más de lo normal por ser un día especial (tampoco demasiado, yo iba con vaqueros, una camisa con corbata fina y americana, por ejemplo), salimos del apartamento y a la primera oportunidad que vi, llamé un taxi y subimos. Ella no entendía nada, hasta que le dije al taxista dónde ibamos. Teníamos mesa reservada en Delmonico's, uno de los restaurantes más antiguos de Nueva York. Pasé el viaje en taxi explicándole a Elena algunas cosas del restaurante (en está página de la wikipedia hay bastante información) mientras ella no iba dando crédito. Tras un largo trayecto bordeando el rio Hudson (26'85$), entramos en el restaurante.

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Listos para entrar

Este sitio lo elegí gracias a la ayuda de Tere, del blog Luquituqui New York (¡¡gracias por todo de nuevo!!) y para nada decepcionó. Sabíamos que era un restaurante un poco "elitista" y eso ya se nota al entrar. Nosotros no estamos demasiado acostumbrados a este tipo de restaurante, era una ocasión especial y estábamos algo nerviosos, pero en unos minutos nos tranquilizamos y disfrutamos de una cena excelente. Pedimos un risotto con setas de entrante y luego un petit Filet Mignon y uno de los famosos Delmonico's Steak (bueno no, lo siguiente), acompañados de puré de patatas. Terminamos con el también conocido Baked Alaska (de hecho, el nombre del postre viene de este restaurante). Todo ello, con agua y dos cervezas Stella como bebidas, por el sorprendente precio de 150$ (¡¡pensaba que iba a ser bastante más caro!!). Realmente vale la pena pagar dicha cantidad por cenar en un sitio como este (el restaurante, por dentro, es muy muy bonito, decorado de forma retro y con una buena amplitud entre las mesas para estar cómodo).

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Interior del restaurante

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El delicioso Baked Alaska

Una anécdota bastante graciosa del viaje nos sucedió con uno de los camareros (había varios, es el típico sitio donde te sirven el agua en cuanto ven el vaso medio vacío y te limpian las migas de la mesa cada 3 minutos). Nos entregó la carta y nos empezó a decir los platos que había fuera de carta dándonos bastantes explicaciones de una manera super educada. Cuando terminó y se fue, le pregunté a Elena si había entendido algo, y me dijo que lo mismo que yo, casi nada (¡¡los nervios!!). Total, que pedimos de carta y luego durante la cena, como el hombre nos tuvo que oir hablar, se acercó a nosotros y nos preguntó que tal todo en un castellano bastante aceptable!!. Nos dio por reir y pensamos que ya podía haber hablado así desde el principio!!. Al final, le dejamos una buena propina a los camareros, que realmente se la ganan con su excelente servicio.

Sobre las 10:30 salíamos del restaurante y nos dirigimos a la parada de metro más cercana para ir al 230 Fifth. Ahí nos dimos cuenta de que el Financial District no descansa en cuanto a los edificios, ya que había luces en casi todas las ventanas, pero que la calle estaba prácticamente desierta. Pronto llegamos a nuestro destino, subimos y tuvimos la tremenda suerte de encontrar una mesa disponible para dos justo enfrente del Empire State, así que nos pedimos un par de cóckteles (30$ y no eran gran cosa, pero el sitio había que pagarlo) y pasamos un rato genial, sentados, hablando y casi sin poder apartar la mirada de lo que teníamos enfrente. Un broche sencillamente inmejorable para un día inolvidable!!.

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La terraza del 230 Fifth

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Una buena vista para disfrutar de una cocktel

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Distancia recorrida a pie (contando el High Line Park) : 13,5 Km aprox.

👉 Ver Etapa: 5 de Junio. Un día muy especial ⏫ Volver arriba Compartir:

Desde el primer momento en que comentas con tus conocidos que vas a ir a Nueva York, te hablan de que dejes tiempo para comprar, que si el tema de los precios allí, que si la calidad, que si tendrás que comprar una maleta más... Pues bien, nosotros, hicimos justo eso, dejamos un día entero para comprar y, después de leer muchas opiniones, decimos ir a Woodbury Common Outlet.

Para quien no lo conozca, Woodbury Common Outlet es una como una ciudad llena de tiendas (algo así como Las Rozas Village, pero exageradamente más grande). Con más de 220 tiendas de las marcas más conocidas y con unos precios excelentes (y cuando digo excelentes, es que son EXCELENTES). Podéis encontrar información más detallada en el sitio oficial y en esta guía de visita

Como ya comentábamos en la preparación del viaje, llevábamos unos vales de groupon para ir y venir a los outlets con salida a las 8:30 y vuelta a las 15:30, con la posibilidad de cambiar el viaje de vuelta por más tarde (solo 5 horas allí se nos hacía poco). Pero para nuestra sorpresa, nos dicen que no se pueden cambiar y mira que lo intentamos y protestamos, pero no hubo manera (nos decían que si los cambiábamos era con otras personas que si llevaban la vuelta a otra hora, pero no encontramos nadie). Así que nos tuvimos que fastidiar y asumir que íbamos a correr. Por cierto, este problema, a otros compradores del viaje por Groupon no les sucedió así que asumimos que tuvimos mala suerte (y eso que fueron dos llamadas antes de viajar allí y luego allí con el conductor). Al menos, si que nos dieron los cupones de descuento en el autobús.

Total, que durante el trayecto (aproximadamente una hora) estudiando examinando el mapa que nos habían dado y elegimos los sitios donde teníamos que ir si o si. Apuntamos Levi's, Tommy,Nike,Converse, MK y alguna más. Y a las 9:30 empezamos nuestra ruta tras comprar unas cookies en la cafetería de la entrada.

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Una de las pocas fotos que hicimos de Woodbury

A partir de este punto, todo es difícil de explicar, pero aun así, lo voy a intentar. Servidor, como habréis podido observar, no es muy amigo de las compras, pero bueno, ese día estaba concienciado y además llevábamos bastantes cosas apuntadas para comprar. Pues bien, al ver la cantidad de ropa y sobre todo, los precios de la misma, a un servidor le dio un ataque absurdo de consumismo compulsivo y empezó a echar de todo en los carros. Elena y yo nos separábamos en cada tienda que íbamos y cuando nos encontrábamos, yo llevaba un carro hasta arriba, ¡¡en plan shopping addict total!!. Llevábamos una maleta grande vacía (algo que se recomienda en bastantes sitios y que nosotros también os recomendamos por temas de comodidad, ya que no puedes dejar las compras en ningún sitio) y acabamos por llenarla (junto con varias bolsas que ya tuvimos que llevar en la mano).

Por cierto, en la tienda de Levi's tuvo lugar uno de los momentos más graciosos del viaje. Estaba mirando tranquilamente unos pantalones cuando una chica aparece a mi lado para mirar otros pantalones. Cruce de miradas, gesto de extrañeza, y la pregunta clave : "¿Tu no eres de Puertollano?", y la respuesta esperada : "si claro, y tu jugabas antes al baloncesto con mi tío". Pues si, a más de 5800 km de casa, te puedes encontrar alguien que viva en la misma ciudad que tu (y no solo eso, también los encontramos en el JFK a la vuelta, solo que ellos seguían con su luna de miel y nosotros volvíamos para casa)

Tras las 5 horas, ya habíamos comprado lo que queríamos, aunque nos quedaron muchísimas tiendas (y seguro que muchísimas ofertas por ver). Para que os hagáis una idea, yo me traje bastantes levi's por entre 20$ y 35$, polos y camisetas Tommy por 15$, zapatillas nike por 20$, ropa interior, carteras... Y cuanto más caro era el producto, mejor era el descuento (por ejemplo, para el regalo de cumpleaños de mi hermana, compramos un reloj de MK por 182$ cuando aquí en España sobrepasaba los 300€. Tengo un listado de todo lo que compramos, si a alguien le interesa saber el precio de algo en concreto, que me lo pregunte y si tengo la información, se la facilito.

En total, nos gastamos entre los algo más de 1500$. Parece mucho, pero calculando lo que nos habría salido la ropa aquí, nos ahorramos muchísimo dinero (de hecho, a estas alturas todavía tengo ropa sin estrenar y no he vuelto a comprar prácticamente nada!!).

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Un pequeño resumen de las compras

Como pensábamos llegar más tarde a Manhattan, no teníamos nada previsto para el resto del día quitando la cena ya reservada, así que tras comer en un Food Emporium de la 8ª Av (un supermercado con una parte deli con comida buenísima y a un precio asequible, comimos los dos por poco más de 15$, incluyendo la bebida) y dejar las cosas en el apartamento, decidimos continuar con nuestro día de tiendas.

Pasamos por Victoria Secret (si, chicos del foro, es una "visita recomendable", igual que Abercrombie & Fitch "lo es" para ellas), Macy's (no se si por el cansancio o por qué, pero se me hizo un absoluto lío, de hecho, nos perdimos para salir del establecimiento entre ascensores que nos dejaban en los almacenes) y algunas tiendas más. Cayeron algunas compras (aunque con más mesura, ¡¡ya nos habíamos gastado bastante por la mañana!!) y también nos cayó algún chaparrón de agua poco importante (quizá avisándonos de lo que se nos venía encima al día siguiente). Sobre las 19:30 ya estábamos en el apartamento, aunque no por mucho tiempo.

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En la entrada de Victoria Secret

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Una foto le-gen-daria!!

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Empezaban las fotos con lluvia

A las 21:00 nos pusimos en camino al Dinosaur BBQ. De este sitio para cenar no teníamos noticias hasta que vimos esta entrada en el blog de Tere y cuando lo leímos, nos pareció interesante y reservamos mediante Opentable. El sitio está genial, aunque la única pega que tiene es que está un poco apartado. Además, el tiempo seguía empeorando y estaba empezando a llover más fuerte, así que ahí íbamos los dos por unas calles sin un alma (y eso que era relativamente pronto), con bastante poca iluminación y bajo la lluvia. Pasamos por delante del Cotton Club (parecía abandonado) y tras unos 5 minutos a pie, ya vimos el restaurante.

Eso si, cuando llegamos al sitio y entramos, nos cambio la cara. Un ambiente espectacular, lleno de gente de todas las edades con ganas de pasárselo bien, con un montón de televisiones en las que pude seguir el partido definitivo de las finales NBA (como hacía gran parte del restaurante) y con una carta de cervezas bastante importante. Además, nos atendió una camarera sudamericana que nos aconsejó excelentemente. Pedimos una especie de parrillada de carne para dos, acompañada por patatas al horno y chili (buenísimo todo). Además, cayeron un par de pintas de cerveza y una cheesecake que tampoco tenía desperdicio, todo por poco más de 46$.

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Una foto del interior del restaurante (perdonad la calidad, pero sirve para ver el ambiente

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¡¡Buenísima comida!!

El viaje de vuelta, pues como el de ida, bajo la lluvia hasta llegar a la parada de metro de la 125 y vuelta al apartamento. Una cosa que si queríamos destacar es que, pese a la poca gente que había, la poca luz, la lluvia, y la gente que iba en el metro (es el que va al Bronx), en ningún momento tuvimos ni una pizca de sensación de peligrosidad, por si a alguien le echa para atrás este aspecto.

👉 Ver Etapa: 6 de Junio. Compras compulsivas y Dinosaur BBQ ⏫ Volver arriba Compartir: