El día 18 (nuestro penúltimo día) nos tocaba subir al ESB por la mañana y al TOR por la tarde noche. Madrugamos para evitar colas y, a eso de las 8:30, ya estábamos allí (andando desde el apartamento, como a 15 minutos). Subimos directamente hasta la taquilla porque no había casi nadie, menos mal, porque había tal cantidad de cintas de organización de colas preparada que no quiero imaginarme eso lleno. Nos vendieron una audioguía y un mapa (bastante caro) vendiéndonos la moto de que arriba no hay ninguna indicación, yo no la hubiera cogido (no necesitaba indicaciones, llevaba meses preparando el viaje y años soñando con estar allí, con lo que me sabía la ciudad de memoria) pero mi novio es el fan número 1 de las audioguías así que la cogimos. La que hablaba era una ancianita con acento de sudamérica, hija de emigrantes a NY que decía poco de la ciudad y mucho de sus experiencias en la infancia con un tono muy cansino ¡menuda petarda! Tal como yo suponía pudimos identificar todo perfectamente sin ayuda: el Chrysler, el Flatiron, el Downtown, los puentes, la estatua de la libertad (muy pequeñita), etc. Estuvimos un buen rato y eso que hacía un frío del copón, aunque abajo haga bueno pensad que aquello está muy alto y hay mucho viento…

Después fuimos a Bryant Park, donde estuvimos un buen rato sentados al sol muy agustito y a la New York Public Library, muy muy bonita.

Como nos quedaban algunas cosas por comprar, regalos principalmente, nos dedicamos a eso el resto de la mañana. Fuimos a B&H a por unos filtros para la cámara que me había encargado mi hermano y a por unos Levi’s y unas camisetas de Roxy (en Broadway, a la altura de Washington Square, más o menos) para el hermano y la cuñada de mi novio.
Para comer (ya tarde, sobre las 5), nos cogimos algo en un carrito de éstos que hay por la calle y nos fuimos a Washington Square a comer en el césped, con todos los estudiantes jejej. Pasamos un rato buenísimo porque hacía un tiempo espectacular, parecía mentira que fuese marzo.

Depués de comer, fuimos al apartamento a dejar las compras y descansar un buen rato. Ya por la noche y a pesar de la mucha pereza que nos daba, nos vestimos para salir a cenar y subir al TOR. Como íbamos justos de tiempo porque el último ascensor subía como a las 11 o así, no pudimos cenar antes así que subimos directamente. Las vistas desde el TOR son espectaculares… Yo aconsejo subir por la noche, porque así se ve el ESB iluminado y todas las luces de la ciudad… ¡impresionante! Hicimos unas cuantas fotos y, como siempre, nuestra cámara decidió quedarse sin batería en el mejor momento… así que después de un buen rato nos bajamos.

Al bajar dimos una última vuelta por Times Square ¡no podíamos créer que fuese nuestra última noche! Para cenar ya tuvimos que tirar de McDonald’s porque a esas horas imposible, pero no importa porque yo soy muy muy fan de la ensalada césar y allí, además, podías elegir entre pollo rebozado (como aquí) o pollo a la parrilla ¡¡y tengo que decir que con pollo a la parrilla está infinitamente mejor!! Ojalá esa costumbre llegue aquí algún día… La salsa también era diferente, la de allí estaba mucho más buena.
Nos cogimos la cena para llevar y nos la tomamos tranquilamente en nuestro apartamento viendo la tele por última vez…