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Nos levantamos a las 5 de la mañana ya que el vuelo sale de Barajas a las 7:25 h, así que hay que madrugar bien para empezar el viaje.
Hacía unos 3 años que no viajábamos con Easyjet, y esto de que ya no te asignen asiento nos sorprende… Es realmente un atraso, tener que hacer la cola de pie durante tanto rato a pesar de llevar el check-in de casa… En fin, para la próxima ya sabemos cómo va e iremos mentalizados.
Llegamos a Roma a las 10 de la mañana ya que hemos tardado un poco en salir de Madrid, y en Fiumicino nos espera el taxista que he contratado a través del hotel para que nos lleve a 5 personas hasta la ciudad, y ha sido una idea estupenda ya que nos permite llegar rápido y empezar a hacer turismo a las 12 de la mañana, no sin antes desayunar para empezar con energía. En la Piazza Cavour encontramos una cafetería, donde nos clavan 8 eurazos por 2 capuccinos y 2 croisanes, un adelanto de lo que nos espera casi cada vez que nos sentemos a comer ó tomar algo…
Nuestro hotel, NH Giustiniano, está al lado del Castillo de Sant Angelo, así que como queremos empezar nuestro itinerario en Santa María Maggiore cogemos un autobús hasta allí (el 70).
Visitamos la preciosa iglesia, en la que me llama mucho la atención que no tienen bancos en la nave principal, sino sillas… Quizás sea para poder admirar los mosaicos del suelo, pero la da un aspecto extraño.
En principio queríamos ir a San Pietro in Vincoli después, pero cierran hasta las 15:30, así que vamos directamente dando un paseo hacia el Coliseo, atravesando la Viale del Monte Oppio.
Como no habíamos comprado la Roma Pass (echamos cuentas y no nos compensaba para lo que íbamos a visitar pagando) toca comprar la entrada con la consiguiente cola, que nos saltamos porque ofrecen visita guiada sin esperar la cola por 4 € más, y aunque solo sea por no seguir allí parados nos decidimos a hacerla. Al llegar a taquilla resulta que la visita guiada está completa, así que nos dan unas audio-guías, mejor, así vamos a nuestro ritmo.
El Coliseo es impresionante y lo recorremos entero haciendo muchísimas fotos.
Cuando acabamos la visita son las 2 y media del mediodía y nos vamos a comer para reponer fuerzas. Acabamos en un restaurante en la Vía del Santissimi Quattro, ya que el restaurante Luzzi que recomienda el foro está cerrado por vacaciones…
Después de la comida vamos a la Iglesia de San Clemente, que aunque en sí misma no es gran cosa tiene una visita muy recomendable ya que debajo se pueden ver los restos de las iglesias antiguas que había en ese emplazamiento antes.
Toca ver por fin el Moises de Miguel Angel, que aunque es más pequeño de lo que esperábamos es espectacular por lo expresivo de la escultura.
San Pietro in Vincoli me resulta una iglesia bonita
Bajamos unas escaleras que comunican San Pietro in Vincoli con la calle Cavour y vamos hacia el Foro, donde pasamos un buen rato imaginándonos cómo sería aquello hace 2.000 años…
Rodeamos el foro por fuera y subimos a la Piazza del Campidoglio, que es una preciosidad.
Nuestro paseo continua bajando hacia el monumento a Vittorio Emanuele II, y después tomando la mítica Vía del Corso.
Son casi las 8 de la tarde y empieza a hacerse de noche, ¡mucho antes que en Madrid! Vamos hacia el Pantheon, y en la placita de enfrente nos sentamos a tomar una coca-cola con las espectaculares vistas de ese monumento delante de nosotros.
Aunque estamos cansados no queremos irnos a dormir sin ver la mítica Fontana de Trevi, así que hacía allí nos dirigimos, para acabar cenando en un Burger muy cerquita de la Piazza di Spagna.
Toca recogerse, y de camino al hotel pasamos por la Piazza di Spagna, y tomamos la Via Condotti hasta llegar a un puente por el que cruzar el Tiber y llegar a nuestro merecido lugar de descanso.
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