Que estraña y sobrecojedora sensación la del que viaja, me refiero a que tan solo hacía 48 horas que habíamos abandonado Kastela y nos parecía, a los dos, una eternidad, bueno en realidad como una semana. Que duda cabe de que la intensidad de los momentos hace que éstos se dilaten en la memoria.

En el marco de la República de Croacia, Istria es una región importantísima. Su relevancia estriba en su enorme potencial agrícola y turístico, con enormes tesoros artísticos y por todos los movimentos de alzamiento nacional contra potencias externas que fueron forjando la nación croata. Su situación, en la encrucijada de tres civilizaciones -romana, eslava y germánica- la ha hecho protagonista de enormes momentos históricos durante los últimos 20 siglos, con sus rivalidades y sus tensas convivencias. Ha sido un territorio anexionado, intercambiado y expoliado a lo largo de la historia por casi todas las grandes potencias habidas en Europa, desde los romanos hasta los nazis, pasando por Venecia, Napoleón o el Imperio Austrohungaro. Gran parte de las tribulaciones acaecidas en Europa han tenido su reflejo en Istria y prueba de ello, además de su variada demografía, es su rico -y no siempre conservado- patrimonio artístico.
La primera impresión cuando pones los pies en la península de Istria es la de estar en un auténtico vergel. No es tan plana como la imaginé escepto en su litoral occidental, muy recortado, hacia donde desciende suavemente desde el interior y donde se hallan las ciudades de Pula, Rovinj y Porec así como otros muchos pueblecitos. El interior continental es un terreno de colinas en cuyas cumbres dominan ciudades pequeñas y pintorescas como Labin, Bale, Grosjan, Plomin, Bruje, Gracisce o Motovun -la foto superior es bajada de la red-. Es un paisaje cultivado con viñedos, alamedas, robledales además de extensiones de bosque virgen de hoja perenne tipo pino negro, rojo o abeto en las zonas más elevadas y matorral mediterraneo en las mas hondas. Por ser un espacio extraordinariamente preservado, con una gran riqueza paisajística y por la belleza de sus poblaciones se la suele comparar con la Toscana.

La idea era hacer un recorrido circular LABIN - PULA - ROVINJ para volver a última hora a Pazin. Así que a primera hora cogimos el coche y desde Pazin nos dirigimos hacia el sur por una carretera secundaria que transita por una zona bucólica.


LABIN
Una hora después de salir de Pazin (gasolinera en Vinez y cajero en Grascice incluído) y tras atravesar una serranía tapizada de viñas y bosque mediterráneo llegamos a nuestro primer destino.
Labin es una encantadora ciudad fortificada, en forma de acrópolis y surgida sobre los vestigios de un poblado tumular ilírico. Domina el golfo de Kvarner y se asoma estratégicamente al Adriático desde cierta altitud. Su nucleo histórico es peatonal y desde su soleada vertiente meridional se atisba el mar, Rabac y al fondo la isla de Cres.

En realidad, en la ciudad no existe ningún monumento reseñable, pero es muy pintoresca por sus colores y arquitectura barroca-renacentista que, una vez mas, es el reflejo de la influencia veneciana. Además de deambular por sus empedradas y empinadas callejuelas se puede visitar el Museo Municipal, la Iglesia de Santa María y extramuros, La Logia y numerosos talleres artísticos que dotan a la ciudad de cierto aire bohemio.




Salimos de Labin en dirección a Pula.
PULA
Pula es el centro urbano dominante y la ciudad más grande de toda Istria. Se encuentra en el extremo sur de la península en el fondo de una extensa y accidentada bahía que mira hacia el oeste.
La centro histórica ofrece una rica variedad de munumentos legados por los romanos. Éstos diseñaron la ciudad elípticamente alrededor de la colina que domina la ciudad antigua y el anfiteatro. En esta colina se halla actualmente el Castillo y Museo histórico de Istria. Es una visita recomendable ya que es un lugar lleno de historia. Fue el asentamiento original de un poblado fortificado ilírico, posteriormente el capitolio romano y las sucesivas fortalezas medieval y veneciana (la actual). Del entramado de calles, tanto elípticas como radiales hacia el centro de la colina, se conserva aún buena parte y en muy buen estado.

Si algún monumento se identifiica con la ciudad es su Anfiteatro que data del siglo I y es el sexto en tamaño de entre todos los anfiteatros que se conservan en el mundo.









El agotamiento hacía mella en nuestros cuerpos ya que hacía escasas 24 horas habíamos sufrido lo de Plitvice. Paramos para descansar con la excusa de la comida. Y aún quedaba Rovinj.
Que ganas teníamos de embarcarnos a los dos días en Rijeka con destino Korcula y así poder descansar durante un trayecto de casi 20 horas.
MIS CONSEJOS EN PULA:
- Hay varios parkings, uno frente al anfiteatro y hay otro no tan concurrido al lado del foro. Existen más y aunque estén cerca no están situados en el mismo centro.
- Dentro del casco antiguo, me quedé prendada con las calles peatonales de Kandlerova y Sergijevaca que en realidad son continuación la una de la otra y son el principal eje de todo el casco antiguo formando media elipse. Si transitas por ellas desde el Arco del Triunfo de los Sergios hasta el Anfiteatro además de ver estos dos monumentos, se visitan casi todos los monumentos reseñables: El Foro, la Catedral, la Capilla de Santa María Formoza, el Monasterio Franciscano, la iglesia ortodoxa de San Nicolás, un mosaico de una estancia romana e incluso unos restos de una vivienda griega. Además la calzada de esta calle son inmensas losas de roca calcárea pulidas por los siglos que junto antiquísimas y deformadas aceras que confieren al conjunto un aire absolutamente romano. Y por si fuera poco, innumerables palacios y mansiones gótico-venecianas jalonan dicha calle dotandola de una atmośfera barroca. Bulle de actividad porqué también abundan restaurantes y tiendas de souvenirs, convirtiéndola por méritos propios en la calle más turística de Pula. Sin duda, por su alta densidad de atracciones arquitectónicas, el paseo por toda esta zona fue uno de los momentos más interesantes de todo el viaje.
- La visita a Pula, por tanto, yo la dividiría en tres grandes unidades: el Anfiteatro, el Museo Histórico y la Ciudad Antigua con todas las atracciones antes mencionadas. Todo está en un radio relativamente pequeño y puede representar entre 3 y 4 horas de visita.
- Sin olvidar la visita al Parque natural de las Islas Brijuni, si se está más de un día en la zona. Hay cruceros que parten delante mismo del anfiteatro y suelen ocupar entre 3 y 8 horas Algunos llegan hasta el fiordo de Lim, superando Rovinj. También se puede ir hasta el cercano pueblo de Fazana y coger el barco que tiene entre 3 y 15 salidas diarias según la temporada. Con visita guiada de 4 horas puede costar entre 100 y 200 kunas.
ROVINJ
Rovinj es un destino turístico de primer orden y está considerada como una de las ciudades más fotogénicas del mediterráneo. Al hallarse cerca de Italia frente a Venecia, existen conexiones marítimas con la ciudad de los canales. Es notable la influencia italiana fruto de su expansión por Istria durante los siglos anteriores. La ciudad antigua, verdadera joya que atrae numerosos visitantes, está construída en una península de la accidentada costa con calas e islotes cercanos.
Sobre las 17:00 dejábamos el coche en un parking que hay al norte de la famosa península y empezamos nuestra visita.
La verdad es que llegamos a Rovinj bastante petados y es que las últimas 48 horas habían sido de órdago. Pero sacamos fuerzas de donde pudimos para visitar la ciudad antigua e intentar ver todo lo posible. Nuestra intención era aprovechar las tres o cuatro horas de luz y luego cenar en uno de los apetecibles restaurantes.
Casi poseídos por la inconfundible silueta de Rovinj, que ya dominaba el paisaje a 500 metros, incluso desde la carretera, nos fuímos acercando a una de las puertas para adentrarnos en la laberíntica y pintoresca ciudad.










Al poner los pies en la ciudad antigua se apodera de tí una agradable sensación de atemporalidad. Sus estrechas y tortuosas callejuelas con porches serpentean hacia la parte alta de una ciudad intacta, como la empinada calle Grisia llena de galerías de arte en un ambiente bohemio. Sus edificios apiñados, refugiándose del frío u otras amenazas, muestran una decadencia casi deliberada que fácilmente podría inspirar a cualquier pintor romántico.
Las pocas horas de luz tan solo nos permitieron ver la mitad de la ciudad y nos quedamos con ganas de más. Y es que Rovinj tiene mil rincones, prácticamente cada edificio, cada plazoleta, cada detalle despierta la curiosidad y es digno de ser fotografiado incluso fuera de la ciudad antigua.
Cenamos en un acogedor restaurante de la calle Pietra Ive lleno de turistas italianos y alguna pareja española y donde nos trataron muy bien. Pagamos por el equivalente de 40 €, nos despedimos de la fantasmagórica silueta de la ciudad antigua a medio iluminar y... a buscar el coche.
En media hora, muertos de sueño, llegamos a Lindar (Pazin).
Más tarde, en la cama me visitaron las imágenes resplandecientes, aún grabadas en mi retina. 'A ver si mañana también hace sol'......'Bona nit'.