Hoy es el segundo día del viaje. A pesar del cansancio acumulado por el día de viaje anterior y por haber dormido tan sólo 2 horas, no queda otro remedio que levantarse a las 7:30, puesto que hemos decidido ir de excursión al yacimiento de la ciudad romana de Jerash, que perteneció a la provincia romana de Siria y posteriormente a la Decápolis. La Decápolis estaba formada por un conjunto de ciudades cuya misión era unir las posesiones romanas y favorecer las actividades comerciales. Estaban ubicadas en las actuales Jordania, Siria, Israel y Palestina. En su época de mayor apogeo llegó a tener hasta 20000 habitantes, pero el período de esplendor duró poco. La destrucción de Palmira, la desaparición de las rutas terrestres de caravanas y el empuje del comercio marítimo, contribuyeron a su decadencia. No tardamos demasiado en llegar a Jerash, ubicada 50 km al norte de Ammán. La visita guiada que realizaremos está estimada en unas 3 horas de duración (5 JOD, 8:00-16:00 oct-abr, hasta las 19:00 may-sep).
A la ciudad entramos por el arco de Adriano o arco de Triunfo. Originalmente era el doble de alto cuando se construyó en el siglo II, pero aún así sigue siendo espectacular. El arco central alcanza los 13 m. No se llegó a utilizar como puerta meridional a la ciudad.
A la ciudad entramos por el arco de Adriano o arco de Triunfo. Originalmente era el doble de alto cuando se construyó en el siglo II, pero aún así sigue siendo espectacular. El arco central alcanza los 13 m. No se llegó a utilizar como puerta meridional a la ciudad.
Tras pasar el arco de Adriano se encuentra el hipódromo, del siglo I-II d.c. Este recinto tenía unas dimensiones de 244x50 m y se utilizaba para desarrollar competiciones de atletismo y carreras de cuadrigas. Tenía un aforo de 15000 espectadores.
Tras pasar la puerta Sur, una de las 4 puertas de la antigua ciudad, llegamos al foro, que era un lugar de mercado y encuentro, aunque podía tener funciones de sacrificio también. Su peculiar forma se puede deber a que pretendían unir el eje norte-sur de la ciudad con el templo de Zeus. 56 columnas jónicas rodean la plaza.
Desde el foro subimos hasta lo que queda del templo de Zeus, construido hacia el 162 d.c sobre un antiguo templo romano. Al lado está el teatro Sur, construido hacia el 81-96 d.c, aunque no se inauguró hasta el siglo II d.c. Admitía un aforo de 5000 espectadores. Desde lo alto del teatro hay una bonita panorámica de la ciudad de Jerash, con el Foro y el Cardo Maximus (eje norte-sur de la ciudad).
Nos vamos hacia el oeste del yacimiento, donde hay restos de varias iglesias junto al templo de Artemisa: la iglesia de San Juan Bautista, bastante dañada; la iglesia de San Cosme y San Damián, que aún conserva algunos mosaicos; la iglesia de San Teodoro y la catedral, que probablemente no fue mas que una iglesia bizantina construida sobre un templo dedicado a una deidad nabatea.
Al lado de la catedral está el templo de Artemisa, diosa de la caza y la fertilidad. Se construyó entre el 150 y el 170 d.c y tenía 12 columnas, de las que conserva aún 11.
El teatro Norte fue construido hacia el 165 d.c para celebrar reuniones del gobierno. Actualmente puede albergar hasta 2000 personas.
En dirección al Cardo Maximus aparece el Tetrapylon Norte, edificado en honor de la esposa siria del emperador Septimio Severo para acceder al teatro Nortte. El Cardo Maximus era la vía principal de la ciudad, formando el eje Norte-Sur, que unía el foro con la puerta Norte. Conserva todavía el enlosado original y se pueden ver algunas rodadas dejadas por los carros que circulaban por ella. Algunas de las 500 columnas que había, fueron levantadas a diferentes alturas para complementar las fachadas de los edificios que se alzaban de ellas.
Pasamos por el Propileo, que era la entrada del templo de Artemisa, y por el Ninfeo, fuente pública dedicada a las ninfas del agua. El agua descendía por la fachada hasta una gran pila y el agua que rebosaba salía por 7 cabezas de león hasta las alcantarillas de la calle.
Allí donde las columnas del Cardo Maximus son más altas, está la entrada al ágora, o lo que es lo mismo, el mercado principal. Allí la gente se reunía en torno a la fuente central. Sobre las patas de la foto los carniceros cortaban la carne.
Después de 3 horas de visita ya estoy exhausto y la pierna me empieza a molestar un poco. Por suerte ya hemos terminado y nos vamos a comer a un restaurante donde tenemos concertado el almuerzo. Éste consiste en un menú de degustación a base de humus, falafel, ensalada de perejil y tomate, pollo, cordero, todo acompañado con pan de pita con semillas de sésamo. Me encanta la comida árabe en general y me estoy poniendo las botas. Después del almuerzo nos dirigimos ya hacia Ammán. Esta ciudad no tiene demasiados puntos de interés, siendo lo más interesante la ciudadela, el teatro romano, la mezquita del rey Abdullah o la de Abu Darwish. El autobús para en el centro de la ciudad para el que quiera bajar a dar una vuelta y volver ya por su cuenta al hotel. A mí me hubiera gustado pasear un poco para hacerme una idea general de la ciudad. Sin embargo, prefiero no fatigar la pierna y me voy para el hotel, a echarme una siesta de unas cuantas horas. La cena en el hotel no está mal, es tipo buffet, y es mayoritariamente comida árabe, por suerte. Todavía tienen que llegar 3 miembros del grupo que salían 1 día más tarde de España, entre ellos mi compañero de habitación. Está previsto que lleguen al hotel sobre las 5 de la mañana, como nosotros.