Cómo llegar: Air New Zealand tiene rutas entre Auckland y las principales capitales europeas con escala en EEUU, normalmente en Los Angeles, por lo que si se opta por volar con esta compañía habrá que tener en cuenta las normas estadounidenses para los pasajeros en tránsito, recientemente modificadas, lo que implica que es recomendable consultar en la web de exteriores o en la de la embajada estadounidense. Además otras grandes aerolíneas como British, Quantas, Air France, Lufthansa, Emirates o Iberia vuelan a Nueva Zelanda ya sea en solitario o en código compartido con otras aerolíneas haciendo una escala técnica en diferentes ciudades (generalmente asiáticas). Es interesante enterarse de si permiten hacer una parada gratis a mitad de trayecto en la ciudad donde realizan la escala. Para entrar al país por turismo las personas con nacionalidad española únicamente necesitan pasaporte en vigor, con validez por al menos tres meses a partir de la fecha prevista de salida.
Cuando ir: En principio cualquier época del año es buena para ir a Nueva Zelanda. Sin embargo el momento elegido para ir condicionará las actividades que podamos llevar a cabo. Así, las estaciones de esquí acostumbran a abrir hasta finales de septiembre e, incluso en algún caso, hasta mediados de octubre. Sin embargo la mayoría de las grandes rutas para hacer trekking no estarán practicables hasta el mes de noviembre como mínimo. Hay que tener en cuenta que en algunos casos (como el Milford Track) es necesario inscribirse con antelación pues tienen limitado el número de personas que pueden transitar al día por la ruta.
Clima: es básicamente templado oceánico. Salvo en los Alpes del sur, no se registran temperaturas extremas en el país en ninguna época del año con temperaturas suaves tanto en invierno como en verano. Ahora bien, es un país lluvioso con grandes variaciones en el nivel de precipitaciones dependiendo de la zona. En general las diferencias son menos acusadas en la isla norte donde varían según la zona entre los 750 mm al año del sudeste y los 1500 mm de la costa oeste; en la isla sur, por el contrario, las borrascas que se forman en el mar de Tasmania con sus fuertes vientos del oeste se frenan en los Alpes neozelandeses del sur haciendo de la costa oeste de la isla la zona mas lluviosa del país, con medias de mas de 5000 mm al año, que llegan a ser en ocasiones de hasta 7500-8000 mm en la región de los fiordos, mientras que en la costa opuesta hay zonas del interior en las que apenas caen 400 mm al año. Lo que hay que tener en cuenta es que el clima es extremadamente variable, lo que significa que hay que estar preparado para que en cualquier momento descargue un aguacero, incluso aunque el día parezca que va a ser radiante. No en vano suelen decir que si no te gusta el tiempo que hace espera un cuarto de hora...
Qué llevar: básicamente ropa y calzado cómodos para caminar, algún jersey o forro polar para el frío es mas que recomendable incluso en verano al igual que un cortavientos, impermeable para la lluvia, un buen anorak si se va a ir en invierno o se va a estar por zonas de montaña o glaciares, bañador, gafas de sol, repelente de mosquitos y crema protectora. Es necesario tener en cuenta que hay que declarar a la llegada al país todo el material de acampada que se lleve encima, botas, etc... pues será desinfectado antes de pasar la aduana y la multa por no declararlo es considerable. Hay muchas limitaciones a la hora de introducir alimentos y bebidas en Nueva Zelanda y los agentes de aduanas nos retirarán todo ello al pasar los controles. La corriente eléctrica es a 220V, pero nos hará falta un adaptador para los enchufes, aunque en caso de no tenerlo es posible adquirir uno en cualquier sitio.
Información turística: Hasta el pueblo mas pequeño dispone de un i-site. Se trata de oficinas de información turística que dependen del gobierno neozelandés. Disponen de folletos de información de todo tipo sobre cualquier zona del país ya sea de alojamientos, actividades, excursiones, alquiler de vehículos, horarios, guías de las diferentes zonas, ofertas de última hora... Además gestionan gratuitamente la reserva de todo ello en función de las necesidades de cada uno, por lo que es posible ir sin nada reservado y gestionar los alojamientos, alquiler de vehículos, excursiones... al llegar al país. Evidentemente hay que tener en cuenta que en temporada alta es posible que esté todo completo en determinadas zonas... El personal es muy amable en general y se desviven por asesorarte y ayudarte. Ahora bien, salvo en las principales ciudades, en general cierran a las cinco de la tarde al igual que ocurre con los bancos, la mayoría de las tiendas, oficinas y demás por lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de planificar nuestros pasos.
Condiciones sanitarias: No es necesario vacunarse de nada antes de ir a Nueva Zelanda aunque conviene asegurarse antes consultando en sanidad exterior. Las infraestructuras sanitarias del país son excelentes aunque caras, por lo que es mas que recomendable contratar un seguro de viaje que cubra cualquier tratamiento de urgencia que podamos necesitar. Si se tiene pensado practicar algún deporte o actividad de riesgo o bien realizar algún trekking por zonas de difícil acceso o rescate conviene asegurarse de que las pólizas contratadas incluyen esas coberturas.
Cómo desplazarse: El país tiene una red de carreteras bastante amplia y en su mayor parte asfaltada. Sin embargo el trazado es bastante deficiente, muy sinuoso y las condiciones de conservación de la red viaria son regulares, encontrándose frecuentemente obras de reparación debido a que las grietas y desprendimientos causados por las lluvias son frecuentes. De todas formas la señalización es mas que adecuada. Hay que prestar atención cuando nos acercamos a un puente debido a que la inmensa mayoría solo tienen un carril para los dos sentidos por lo que es frecuente tener que esperar a que cruce el que viene en sentido contrario para poder pasar. Como curiosidad en la isla sur, cerca de Greymouth, hay un par de puentes por los que por ese único carril además de los coches pasan los trenes así que hay que tener aun mas cuidado. Todo esto hace que los desplazamientos por carretera sean lentos y las medias de velocidad bajas. Los cálculos de tiempo que vienen en las guías turísticas gratuítas que hay disponibles por todas partes, de lo que llevan los desplazamientos entre las diferentes localidades son muy ajustados a la realidad. Conviene tenerlos en cuenta.
Hay que destacar también que en Nueva Zelanda se conduce por la izquierda. Muy importante, sobretodo en la isla sur, es que puede haber tramos largos (en ocasiones de mas de 100 km) en los que no haya ninguna gasolinera, así que hay que estar muy atento en esas zonas para no dejar pasar la ocasión de repostar si no queremos vernos en apuros. Como regla general nunca habría que dejar que la aguja del depósito esté por debajo de 1/4.
Además Air New Zealand tiene vuelos que conectan casi a diario las principales ciudades de las dos islas. Hay que tener en cuenta que los aviones que utilizan son pequeños (muchos no tienen mas que 19 asientos) por lo que habrá que realizar la reserva con bastante anticipación para asegurarse plaza y un buen precio.
Dos compañías de ferrys conectan entre sí la isla norte y sur entre los puertos de Wellington y Picton con varios barcos al día y una duración de algo mas de tres horas. La travesía vale la pena y, con algo de suerte, podrán verse manadas de delfines nadando a la par del barco a lo largo del estrecho de Cook. Además el último tramo del viaje, cuando el barco atraviesa los Marlborough Sounds en su aproximación al puerto de Picton, es simplemente espectacular.
Por último la compañía de autobuses Intercity comunica prácticamente todo el país y dispone de pases de diferentes tipos para recorrerlo, por zonas, por islas, por periodos de tiempo... Pueden adquirirse en las paradas, los i-site...
Alojamiento: Nueva Zelanda ofrece una amplia gama de alojamientos a lo largo y ancho de todo el país, desde los lujosos hoteles de cinco estrellas que hay en las principales ciudades y zonas turísticas hasta albergues con habitación y baño compartidos para mochileros, pasando por sencillos moteles y bed and breakfast. Hay establecimientos que combinan varios tipos de alojamiento, en función de las diversas necesidades de sus posibles clientes por lo que disponen de zona de hotel, junto con apartamentos dotados de cocina completa e incluso zona de camping. Una forma muy común de recorrer el país es en autocaravana. Son muy abundantes las instalaciones y lugares habilitados para acampar dotados con los servicios básicos para ello como agua corriente y electricidad. Y la gran mayoría de campings incluyen duchas, cocinas comunes y lavandería que resultan muy económicos.
Qué hacer: Confío en que los capítulos anteriores sirvan para hacerse una idea de las enormes posibilidades que tiene el país para emplear el tiempo libre. Aun así, en lineas generales Nueva Zelanda ofrece multitud de rutas para realizar a pie, perfectamente señalizadas y con alojamientos dispuestos a lo largo de las mismas. Sin embargo, algunas de ellas atraviesan zonas protegidas por lo que las posibilidades de acampada están muy limitadas, si es que no está prohibido. Incluso alguna de ellas requiere de inscripción previa. Por ello habrá que informarse previamente antes de planear realizar cualquiera de ellas. Además pueden cerrarse las rutas por inclemencias meteorológicas así que aun cuando estemos allí hay que pasar antes por el i-site correspondiente para consultar las condiciones meteorológicas y el estado de la ruta.
Además hay varias estaciones de esquí así que a quienes les gusten los deportes de invierno tienen grandes posibilidades aquí de practicar esquí o snow en la temporada invernal. En verano en las playas son el surf y el buceo los deportes estrella, con permiso de la vela, claro está. A los amantes de la fotografía les sobrarán paisajes que fotografiar. En Nueva Zelanda la fauna salvaje terrestre autóctona son únicamente aves y mosquitos, así que a quienes les guste fotografiar animales esto es lo que tienen que buscar, aunque será complicadísimo conseguir una fotografía del ave nacional, el Kiwi, que no esté cautivo. La fauna marina es otro cantar y hay grandes posibilidades de avistar varias especies de delfines, ballenas, cachalotes, pingüinos, elefantes y leones marinos a lo largo de las costas.
Mención aparte merecen los deportes y actividades de riesgo, que en Nueva Zelanda están a la orden del día. Actividades como paracaidismo, bungy jumping, rafting, descenso de cañones, excursiones en quad, a caballo, vuelos panorámicos en avioneta o helicóptero y casi cualquier cosa que se nos ocurra pueden practicarse en lugares como Taupo, Queenstown o Wanaka. Ahora bien, los que estén interesados en cualquiera de ellas tendrán que tenerlo en cuenta a la hora de calcular su presupuesto pues, en general, son bastante caras.
Moneda y cambio de divisas: El uso de las tarjetas de crédito está extendidísimo por todo el país siendo utilizadas incluso para pagar consumiciones en bares, dado que la cantidad mínima de gasto que se exige para usarlas es muy pequeña. Por ello las principales tarjetas son generalmente aceptadas sin problemas (Visa, American Express, Mastercard...). Tanto el euro como el dolar estadounidense o el australiano se admiten sin problemas en bancos y casas de cambio para cambiarlos a dolares neozelandeses. A la llegada al país conviene cambiar poca cantidad en el aeropuerto de Auckland ya que obtendremos bastante mejor cambio en los bancos de la ciudad. Para sacar dinero con tarjeta en los cajeros automáticos hay que tener en cuenta que las comisiones son bastante elevadas.
Seguridad: Nueva Zelanda es en general un país muy seguro, con un bajo índice de delincuencia, lo que no quita para que haya que tomar unas mínimas precauciones sobre todo de noche en las grandes ciudades, como en cualquier otro lugar similar. En la carretera hay que ir pendientes de los límites de velocidad porque abundan los radares en vehículos camuflados. Asimismo las sanciones por conducir habiendo bebido son muy duras. Además hay que tener en cuenta que la normativa sobre drogas es muy severa y en muchos lugares no se permite fumar.
Cuando ir: En principio cualquier época del año es buena para ir a Nueva Zelanda. Sin embargo el momento elegido para ir condicionará las actividades que podamos llevar a cabo. Así, las estaciones de esquí acostumbran a abrir hasta finales de septiembre e, incluso en algún caso, hasta mediados de octubre. Sin embargo la mayoría de las grandes rutas para hacer trekking no estarán practicables hasta el mes de noviembre como mínimo. Hay que tener en cuenta que en algunos casos (como el Milford Track) es necesario inscribirse con antelación pues tienen limitado el número de personas que pueden transitar al día por la ruta.
Clima: es básicamente templado oceánico. Salvo en los Alpes del sur, no se registran temperaturas extremas en el país en ninguna época del año con temperaturas suaves tanto en invierno como en verano. Ahora bien, es un país lluvioso con grandes variaciones en el nivel de precipitaciones dependiendo de la zona. En general las diferencias son menos acusadas en la isla norte donde varían según la zona entre los 750 mm al año del sudeste y los 1500 mm de la costa oeste; en la isla sur, por el contrario, las borrascas que se forman en el mar de Tasmania con sus fuertes vientos del oeste se frenan en los Alpes neozelandeses del sur haciendo de la costa oeste de la isla la zona mas lluviosa del país, con medias de mas de 5000 mm al año, que llegan a ser en ocasiones de hasta 7500-8000 mm en la región de los fiordos, mientras que en la costa opuesta hay zonas del interior en las que apenas caen 400 mm al año. Lo que hay que tener en cuenta es que el clima es extremadamente variable, lo que significa que hay que estar preparado para que en cualquier momento descargue un aguacero, incluso aunque el día parezca que va a ser radiante. No en vano suelen decir que si no te gusta el tiempo que hace espera un cuarto de hora...
Qué llevar: básicamente ropa y calzado cómodos para caminar, algún jersey o forro polar para el frío es mas que recomendable incluso en verano al igual que un cortavientos, impermeable para la lluvia, un buen anorak si se va a ir en invierno o se va a estar por zonas de montaña o glaciares, bañador, gafas de sol, repelente de mosquitos y crema protectora. Es necesario tener en cuenta que hay que declarar a la llegada al país todo el material de acampada que se lleve encima, botas, etc... pues será desinfectado antes de pasar la aduana y la multa por no declararlo es considerable. Hay muchas limitaciones a la hora de introducir alimentos y bebidas en Nueva Zelanda y los agentes de aduanas nos retirarán todo ello al pasar los controles. La corriente eléctrica es a 220V, pero nos hará falta un adaptador para los enchufes, aunque en caso de no tenerlo es posible adquirir uno en cualquier sitio.
Información turística: Hasta el pueblo mas pequeño dispone de un i-site. Se trata de oficinas de información turística que dependen del gobierno neozelandés. Disponen de folletos de información de todo tipo sobre cualquier zona del país ya sea de alojamientos, actividades, excursiones, alquiler de vehículos, horarios, guías de las diferentes zonas, ofertas de última hora... Además gestionan gratuitamente la reserva de todo ello en función de las necesidades de cada uno, por lo que es posible ir sin nada reservado y gestionar los alojamientos, alquiler de vehículos, excursiones... al llegar al país. Evidentemente hay que tener en cuenta que en temporada alta es posible que esté todo completo en determinadas zonas... El personal es muy amable en general y se desviven por asesorarte y ayudarte. Ahora bien, salvo en las principales ciudades, en general cierran a las cinco de la tarde al igual que ocurre con los bancos, la mayoría de las tiendas, oficinas y demás por lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de planificar nuestros pasos.
Condiciones sanitarias: No es necesario vacunarse de nada antes de ir a Nueva Zelanda aunque conviene asegurarse antes consultando en sanidad exterior. Las infraestructuras sanitarias del país son excelentes aunque caras, por lo que es mas que recomendable contratar un seguro de viaje que cubra cualquier tratamiento de urgencia que podamos necesitar. Si se tiene pensado practicar algún deporte o actividad de riesgo o bien realizar algún trekking por zonas de difícil acceso o rescate conviene asegurarse de que las pólizas contratadas incluyen esas coberturas.
Cómo desplazarse: El país tiene una red de carreteras bastante amplia y en su mayor parte asfaltada. Sin embargo el trazado es bastante deficiente, muy sinuoso y las condiciones de conservación de la red viaria son regulares, encontrándose frecuentemente obras de reparación debido a que las grietas y desprendimientos causados por las lluvias son frecuentes. De todas formas la señalización es mas que adecuada. Hay que prestar atención cuando nos acercamos a un puente debido a que la inmensa mayoría solo tienen un carril para los dos sentidos por lo que es frecuente tener que esperar a que cruce el que viene en sentido contrario para poder pasar. Como curiosidad en la isla sur, cerca de Greymouth, hay un par de puentes por los que por ese único carril además de los coches pasan los trenes así que hay que tener aun mas cuidado. Todo esto hace que los desplazamientos por carretera sean lentos y las medias de velocidad bajas. Los cálculos de tiempo que vienen en las guías turísticas gratuítas que hay disponibles por todas partes, de lo que llevan los desplazamientos entre las diferentes localidades son muy ajustados a la realidad. Conviene tenerlos en cuenta.
Hay que destacar también que en Nueva Zelanda se conduce por la izquierda. Muy importante, sobretodo en la isla sur, es que puede haber tramos largos (en ocasiones de mas de 100 km) en los que no haya ninguna gasolinera, así que hay que estar muy atento en esas zonas para no dejar pasar la ocasión de repostar si no queremos vernos en apuros. Como regla general nunca habría que dejar que la aguja del depósito esté por debajo de 1/4.
Además Air New Zealand tiene vuelos que conectan casi a diario las principales ciudades de las dos islas. Hay que tener en cuenta que los aviones que utilizan son pequeños (muchos no tienen mas que 19 asientos) por lo que habrá que realizar la reserva con bastante anticipación para asegurarse plaza y un buen precio.
Dos compañías de ferrys conectan entre sí la isla norte y sur entre los puertos de Wellington y Picton con varios barcos al día y una duración de algo mas de tres horas. La travesía vale la pena y, con algo de suerte, podrán verse manadas de delfines nadando a la par del barco a lo largo del estrecho de Cook. Además el último tramo del viaje, cuando el barco atraviesa los Marlborough Sounds en su aproximación al puerto de Picton, es simplemente espectacular.
Por último la compañía de autobuses Intercity comunica prácticamente todo el país y dispone de pases de diferentes tipos para recorrerlo, por zonas, por islas, por periodos de tiempo... Pueden adquirirse en las paradas, los i-site...
Alojamiento: Nueva Zelanda ofrece una amplia gama de alojamientos a lo largo y ancho de todo el país, desde los lujosos hoteles de cinco estrellas que hay en las principales ciudades y zonas turísticas hasta albergues con habitación y baño compartidos para mochileros, pasando por sencillos moteles y bed and breakfast. Hay establecimientos que combinan varios tipos de alojamiento, en función de las diversas necesidades de sus posibles clientes por lo que disponen de zona de hotel, junto con apartamentos dotados de cocina completa e incluso zona de camping. Una forma muy común de recorrer el país es en autocaravana. Son muy abundantes las instalaciones y lugares habilitados para acampar dotados con los servicios básicos para ello como agua corriente y electricidad. Y la gran mayoría de campings incluyen duchas, cocinas comunes y lavandería que resultan muy económicos.
Qué hacer: Confío en que los capítulos anteriores sirvan para hacerse una idea de las enormes posibilidades que tiene el país para emplear el tiempo libre. Aun así, en lineas generales Nueva Zelanda ofrece multitud de rutas para realizar a pie, perfectamente señalizadas y con alojamientos dispuestos a lo largo de las mismas. Sin embargo, algunas de ellas atraviesan zonas protegidas por lo que las posibilidades de acampada están muy limitadas, si es que no está prohibido. Incluso alguna de ellas requiere de inscripción previa. Por ello habrá que informarse previamente antes de planear realizar cualquiera de ellas. Además pueden cerrarse las rutas por inclemencias meteorológicas así que aun cuando estemos allí hay que pasar antes por el i-site correspondiente para consultar las condiciones meteorológicas y el estado de la ruta.
Además hay varias estaciones de esquí así que a quienes les gusten los deportes de invierno tienen grandes posibilidades aquí de practicar esquí o snow en la temporada invernal. En verano en las playas son el surf y el buceo los deportes estrella, con permiso de la vela, claro está. A los amantes de la fotografía les sobrarán paisajes que fotografiar. En Nueva Zelanda la fauna salvaje terrestre autóctona son únicamente aves y mosquitos, así que a quienes les guste fotografiar animales esto es lo que tienen que buscar, aunque será complicadísimo conseguir una fotografía del ave nacional, el Kiwi, que no esté cautivo. La fauna marina es otro cantar y hay grandes posibilidades de avistar varias especies de delfines, ballenas, cachalotes, pingüinos, elefantes y leones marinos a lo largo de las costas.
Mención aparte merecen los deportes y actividades de riesgo, que en Nueva Zelanda están a la orden del día. Actividades como paracaidismo, bungy jumping, rafting, descenso de cañones, excursiones en quad, a caballo, vuelos panorámicos en avioneta o helicóptero y casi cualquier cosa que se nos ocurra pueden practicarse en lugares como Taupo, Queenstown o Wanaka. Ahora bien, los que estén interesados en cualquiera de ellas tendrán que tenerlo en cuenta a la hora de calcular su presupuesto pues, en general, son bastante caras.
Moneda y cambio de divisas: El uso de las tarjetas de crédito está extendidísimo por todo el país siendo utilizadas incluso para pagar consumiciones en bares, dado que la cantidad mínima de gasto que se exige para usarlas es muy pequeña. Por ello las principales tarjetas son generalmente aceptadas sin problemas (Visa, American Express, Mastercard...). Tanto el euro como el dolar estadounidense o el australiano se admiten sin problemas en bancos y casas de cambio para cambiarlos a dolares neozelandeses. A la llegada al país conviene cambiar poca cantidad en el aeropuerto de Auckland ya que obtendremos bastante mejor cambio en los bancos de la ciudad. Para sacar dinero con tarjeta en los cajeros automáticos hay que tener en cuenta que las comisiones son bastante elevadas.
Seguridad: Nueva Zelanda es en general un país muy seguro, con un bajo índice de delincuencia, lo que no quita para que haya que tomar unas mínimas precauciones sobre todo de noche en las grandes ciudades, como en cualquier otro lugar similar. En la carretera hay que ir pendientes de los límites de velocidad porque abundan los radares en vehículos camuflados. Asimismo las sanciones por conducir habiendo bebido son muy duras. Además hay que tener en cuenta que la normativa sobre drogas es muy severa y en muchos lugares no se permite fumar.