Día 11 de junio. Nos vamos de Noruega. ✏️ Travel Journeys of Norway

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El vuelo (con Ryanair) lo tenemos por la tarde, así que tenemos tiempo más que suficiente para dar una vuelta más que aprovechable.

Nos vamos al parque Vigeland (vamos en tranvía, que pasa justo por la puerta de nuestro hotel). Como no compramos la tarjeta de Oslo, tenemos que pagar el transporte público, se hace en máquinas expendedoras que hay en las paradas, cuesta lo mismo para el bus o el tranvía.
Si compras una, te aguanta 1 hora, da igual el número de viajes. Si necesitaras para 3 horas, te sale más rentable comprar un billete de 24 horas.
Revisores no vimos nunca. De hecho, en algún que otro bus fuimos sin billete y nadie nos lo pidió (aunque avisan de multas si te pillan).

En fin, fuimos al parque Vigeland, el tranvía te deja justo en la puerta principal. En una hora puedes recorrerlo perfectamente, parándote en todas las increíbles estatuas. Míralas y, sobre todo, TÓCALAS. Sobre todo las de granito, notarás venas, tendones, músculos, etc. Recuerda encontrar el niño enfadado que es seña de identidad de Oslo.

Del parque Vigeland fuimos vía tranvía y bus a la península de Vigdoy. Como en otra ocasión vimos los museos polar y fram, ahora vamos al museo folk.
Echamos una hora, pero merece más. Hay casas de todas las zonas y épocas de Noruega. Con actores dentro, incluso una muchacha nos ofreció comer unas gachas asquerosas que preparaba en una cabaña.
La Stavkirke de allí es espectacular.
El precio es bastante alto. Es el museo más caro de la península, 100 kr.

Volvemos bus - tranvía y llegamos a la estación de bus (único medio de transporte público para llegar al aeropuerto de Oslo Rygge). No tiene una gran frecuencia, lo hacen coincidir con la salida de los vuelos. Hay que estar atentos para no cagarla.

El museo de Rygge no es el de Gardemoen, pero no está mal.
Nosotros íbamos hacia Polonia, ya contaré en otro diario la experiencia y nos llamó la atención el "trato" que recibían los polacos que iban a coger el vuelo. Una pareja de "señoras" con una camiseta que ponía toll se dedicó en recorrerse todos los polacos que iban hacia su país haciéndoles preguntas personales y sobre el dinero que tenían encima... curiosa experiencia.

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