El tercer día de viaje, segundo en Londres se iba a iniciar con otra excursión de Londres en Español, la del Londres histórico en la que íbamos a recorrer lo más típico y tópico desde Piccadilly circus hasta el Parlamento y la Abadía de Westminster. Como no empezaba hasta las 10:30, además de no madrugar demasiado, decidimos caminar dando un paseo atravesando el Hyde Park hasta el Arco de Wellington. Allí cogimos Piccadilly Street que nos llevaría hasta Piccadilly circus. Un paseo estupendo y que nos permitió de paso retomar algo que se nos habiá quedado en el tintero el primer día con la lluvia: el conjunto formado por la travesía de Burlington Arcade y enfrente el proveedor de su graciosa majestad, Fortnum & Mason y su peculiar reloj. Todo al lado de la Real Academia de las Artes, (en este país casi todo es Real). Ninguno de los dos lugares es propio para no pertenecientes a clases adineradas varias
Burlington Arcade:

Fortnum & Mason

Paseando por Piccadilly se nos ocurrió sacar una instantánea a uno de esos pompones de flores, que están por todo el centro y que a nosotros nos llamaban la atención.

Y ya que íbamos a hacer un tour típico ¿por qué no enseñaros algo no menos típico que nos encontramos también en esta calle?

Obviamos por conocidas las típicas cabinas rojas. Finalmente llegamos a Piccadilly Circus, lugar de encuentro con el Tour de Londres en Español. Igual que en el día anterior, y a pesar de que se trataba del tour más “turístico” de todos, consiguieron dar un giro a todo lo que íbamos viendo y además de lo típico conseguimos conocer aspectos no habituales. No obstante el tipo de tour algo si os podemos enseñar fuera de lo típico, esta escultura que está en Trafalgar Square y que se coloca en un pedestal cambiándose cada cierto tiempo:

Es como un contrapunto a todo lo restante de la plaza.
Una vez hecho el recorrido Piccadilly Circus, Trafalgar Square, Whitehall, Parlamento, Abadía de Westminster y St James Park, se acabó el Tour. Un dato eminentemente práctico para los viajeros, es comentar que en Trafalgar Square hay unos servicios públicos (toilettes), francamente bien cuidados. Pueden sacar a más de uno de un apuro.
Era la hora de comer y nos acercamos al primer pub en el que íbamos a entrar. El guía del tour nos había recomendado uno junto a Trafalgar Square, ya en Whitehall: el llamado “The Lord Moon of the Mall”. Nos gustó su interior y yo personalmente decidí probar el famoso fish and chip, a ver qué tal. Me pareció totalmente insípido y completamente necesario colocarle alguna salsa por encima para que supiese a algo. Ni que decir tiene que ya no lo volví a probar en todo el viaje. Por lo demás el pub recomendable. Como no le saqué foto, también aquí he buscado una por internet:

Después de comer cogimos Victoria Street para llegar a Westminster Cathedral. Curioso templo por fuera aunque no tanto por dentro. Habíamos leído algo de unas pretendidas estupendas vistas desde la torre y pagamos una pasta gansa por subir. Naturalmente se trata de una opinión bipersonal, de mi mujer y mía, pero entendemos que no merece la pena. Si fuera gratis subir pues bueno. Pero gastarse unas cuantas libras en ello entendemos que no. Un dato cinematográfico de esta iglesia es que aquí se celebró la misa de requiem por Alfred Hitchcock. Previamente en su película “corresponsal extranjero”, un asesino se tira desde la torre de esta iglesia mientras se celebraba una misa de réquiem.
Desde allí nos acercamos al Palacio de Buckingham por eso de verlo por fuera, pero vamos, me quedo con el Palacio Real de Madrid. Seguimos paseando por The Mall y nos acercamos brevemente a St James Park donde cómo no tuvimos por compañía algunas de las conocidas ardillas

Al final de The Mall está Trafalgar Square donde bajamos a ver eso del restaurante en la cripta de St Martin in the Field. Pues era verdad. Y el caso es que no queda tan mal como me pensaba:

Aunque claro algo sí chirría. Nos explicaron los de Londres en Español que la cuestión del restaurante está ligado a obtener fondos para la Iglesia, ya que no tiene categoría para ponerle una entrada. Y solo se les ocurrió lo del restaurante. No son los únicos. La catedral de St Paul’s, además de cobrar y bien cobrada la entrada también tiene un restaurante abajo para mí peor integrado que este de St Martin. Y más fashion, según dice el personal.
Ya que estábamos en Trafalgar Square buscamos esa antigua minicomisaría que parece la base de una farola. Y la encontramos:

El motivo de su aspecto, “pasar desapercibida” ya que esta plaza fue y sigue siendo un lugar de protesta y manifestaciones. En efecto, parece ser que se instaló en 1926 a fin de vigilar a agitadores y manifestantes que se reunían en esta plaza y disponía de un teléfono que conectaba directamente con Scotland Yard por si las cosas se agravaban. En la actualidad la garita sirve para guardar el material de limpieza urbana. La farola que decora la garita fue instalada en 1826 y según algunas fuentes, fue rescatada del navío de Nelson, el HMS Victory.
Como no teníamos más cosas programadas, decidimos irnos al hotel a descansar un rato. Y se nos ocurrió acercarnos a la estación de Waterloo para recoger los billetes de Salisbury para el próximo sábado. Dicho y hecho. Al llegar decidimos utilizar por una vez las máquinas, que por cierto, al menos allí no estaban en español. De todas formas no me resultó difícil utilizarlas. El problema fue cuando me dice que los billetes ya habían sido correctamente sacados y que consultáramos en taquilla. Allí que nos vamos y nada, el taquillero nos dice una y otra vez que no se encuentran los billetes. Lo dejo por imposible porque mi nivel de inglés macarrónico no daba para más. Y era incapaz de expresar lo que pensaba. Más de 60 libras a la basura pensábamos de vuelta al hotel con un cabreo monumental. Entonces nos encontramos con el milagro de un recepcionista del hotel que hablaba español. Y no solo hablaba español sino que se puso en cuerpo y alma a echarnos una mano. Logró dar con un teléfono para reclamar y con una paciencia digna del santo Job intentó durante más de media hora que le dieran una respuesta. Al final logró ponerse en contacto con una jefa que le dijo que tendría que llamar a otro teléfono pero dada la hora que era, las 21:00 tendría que ser mañana. Yo estaba convencido que el billete estaba perdido y decidimos con el cabreo que llevábamos irnos a dormir y mañana sería otro día.