La emoción del viaje hizo que me despertara muy pronto, así que, con los ojos como platos, me levanté corriendo para no perderme ningun instante previo a nuestra marcha. Llevaba mas de cuatro meses planeando nuestra luna de miel, metiendome en el foro para exprimir de información a todos los viajeros que iban posteando y gracias a los cuales, llevaba toda la información necesaria para hacer nuestro viaje por libre.
Despues de varios ataques de nervios, cogimos el coche para llegar al aeropuerto. El avión salía a las 14, pero a las 11.30 ya estabamos puestos en la cola de facturación de Iberworld, una fila inmensa de gente con la misma cara de emoción que la nuestra. A medida que pasaba el tiempo de espera, nuestras caras iban cogiendo tintes de desesperación, pero por fín entregamos el documento de reserva de nuestros asientos y facturamos las maletas.

Despues de comprar varios libros de entretenimiento para tantas horas de viaje, embarcamos a la hora prevista, pero ¡¡faltaban cuatro pasajeros por embarcar!!. Despues de media hora de espera, en las que ya empezaban a hincharse los tobillos, el piloto nos informa que nos estamos retrasando porque tienen que sacar las maletas de estos cuatro individuos. ¡¡ Otra media hora de retraso!!... Cuando por fín pensamos que ya despegabamos... sorpresa!!!... aparecen los cuatro que faltaban con cara de tierratragame,¡podeis imaginar los aplausos que recibieron de todo el avión!.
La comida fue bastante mala, con una lasaña recalentada que te sabe a gloria con tal de ocupar tu tiempo de espera. Despues de comer, la pelicula de "los 4 fantasticos", pequeña siestecita y a rellenar los papeles de inmigración.
Despues de 9 horas y media de viaje, donde practicamente no te sientes el pandero, te vuelven a traer de cenar y te ponen "Piratas del Caribe". Tu ya solo tienes animo de asomarte por la ventanilla para ver algun atisbo de tierra, pero nada.
La última media hora es la mas entretenida, porque, a medida que te vas acercando a Mexico, ibamos viendo por la ventanilla una estupenda panoramica del país, donde lo primero que te sorprende, es la espesura de su vegetacion.Absolutamente todo lo que alcanzabamos a ver estaba cubierto por un manto verde de arboles.
Por fín aterrizamos en el aeropuerto a las 18:15 con un alivio considerable de poder estirar las piernas. Antes de que nos dejaran salirdel avión nos fumigaron con algun tipo de spray (segun la azafata es normativa del país). Mi marido y yo alucinabamos.
Por fín pasamos por inmigración, ante varios revisores que te sellan el pasaporte al mismo tiempo que te perdonan la vida. Y nueva cola para apretar el botoncito del semáforo...ufff... verde.
Según salimos a la calle, ya con el cigarro en la mano, bofetada de calor que hace que tus pantalones vaqueros pasen a ser parte de tí. Una vez te acostumbras a la humedad, a buscar el autobus de nuestro hotel...Iberostar Paraiso Lindo (hay un encantador empleado de Iberojet que te facilita el nº de autobus cuando le dices tu nombre).
Ya en el autobus, empezamos a hacer amistad con otra pareja de recien casados durante el trayecto al hotel, el cual te van amenizando con pequeñas indicaciones del pais al que habiamos llegado, evitando que nadie se durmiera en el trayecto.
Despues de otra media hora mas de trayecto, y de pasar por otros hoteles dejando pasajeros, por fín llegamos a nuestro hotel. Junto con la pareja que habiamos conocido, dejamos las maletas a la entrada para que nos las llevaran a la habitación y fuimos a registrarnos. Nada mas llegar, te ofrecen un ponche de frutas que te sabe a gloria despues del calor que estabamos pasando.
El hotel es una maravilla y todo el personal encantador. Ibamos mirando a todas partes con cara de alucinados... habiamos llegado al paraíso. Estabamos rodeados de fuentes iluminadas, preciosos puentes y palmeras por todas partes. El camino que llevaba a los diferentes módulos de habitaciones era increiblemente bonito, con pequeñas lamparas dispuestas a los lados que te iban señalando el camino. Cuando llegamos a nuestro módulo, nos despedimos de la pareja esperando verles en la cena.
La habitación era... una pasada. Sobre la cama de dos metros de ancho había un figura de un dinosaurio hecha con toallas y lleno de pétalos de rosa por todas partes. Además de que la habitación era inmensa, teniamos una terraza en forma de L que era un maravilla.

Despues de tomar posesión de la habitación y acostumbrarnos al lujo (te acostumbras rapidisimo), metimos en la caja fuerte los pasaportes, el dinero y el visado de salida del país y bajamos al restaurante a cenar.
Ubicado al lado de la pisicina principal, disponía de un bufet espectacular. Nuestra primera cena mexicana estuvo compuesta de nachos, tacos, pizza... ¡todo estaba buenisimo!. Cuando ya habiamos terminado, llegó la pareja que habiamos conocido y se sentó con nosotros, así que, cuando terminamos todos de cenar, nos fuimos a tomar una copa, junto con otras dos parejas mas que ellos habían conocido.
Estuvimos muy poco tiempo, y completamente agotados (llevabamos muchisimas horas sin dormir con el cambio de hora), nos fuimos a la habitación. Antes de que terminara de tumbarme en la cama, ya me había quedado frita.