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A la hora acordada nos recogieron en el hotel a cuatro de los seis que íbamos; la otra pareja se quedó a guardar reposo por lo del ojo de ella.
Salimos de Chiang Mai por carretera hacia el centro de adiestramiento de elefantes de Maesa, dónde disfrutaríamos de un show con elefantes que nos dejó con la boca abierta.
Como llegamos pronto Tim nos llevó a visitar un poco el centro. Vimos dónde dormían los elefantes, donde cuidaban de las crías, dónde ensayaban los ejercicios......
Gran sorpresa la que nos llevamos todos pero sobretodo yo!, al acercarnos al cercado dónde se encontraban un bebé elefante y su madre. Cuando me dispuse a hacerle una foto al pequeño, este alargó su trompa y de un tirón me birló la camara!!!. Cojida por la correa la empezó a zarandear arriba y abajo.
Ya me temía lo peor........ En un golpe de suerte, uno de los cuidadores logró cojerle la camara, pero al intentar quitarsela "Dumbo" se puso como una fiera. Cuando lo oyó su mamá también se empezó a poner nerviosa, y no era cuestión de quedarse mucho rato por ahí dentro, pero al final el cuidador me devolvió la camara casi sana, a parte de unos rasguños en la pantalla y caca de elefante por todos lados
.Una vez superado el susto continuamos con la visita al centro. Fuimos junto a otro de los paquidermos al que estaban adiestrando, y muy amable el cuidador se prestó a que el animal nos demostrara lo que había aprendido. Un poco receloso me situé debajo de su trompa (esta vez sin cámara) y me dejé poner un sombrero. Me lo encajó bien encajado a base de golpecitos con la trompa y nos dejaron hacer todas las fotos que quisimos. Le dimos la propinilla al animal y este se la puso en el bolsillo al cuidador. Esto es lo primero que les enseñan jaja
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En la primera parte del espectaculo te enseñan como lavan a diario a los animales en el rio, bueno y los elefantes también lavan a los cuidadores, los ponían perdidos de agua!.
Luego fuimos a unas gradas donde hicieron el resto del show. Los animles jugaban al fútbol, al baloncesto, a los dardos, y pintaban.
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Y lo hacían muy pero que muy bien. Hicieron las delicias de todo el personal que allí habíamos.
Al terminar nos fuimos al show de los monos.
Allí también dimos una vuelta por el recinto y pudimos interactuar con un pequeñín. Se nos caía la baba!!!
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Pero hay que tener cuidado con los macacos porque son traïcioneros y tienen muy malas pulgas. En cualquier descuido aprovechaban para intentar birlarte la fruta que llevábamos para ellos...o lo que pillaran.......
En el show nos reímos de lo lindo. Los monos hacían flexiones, pesas, abdominales, mates en una canasta, triples, y hasta se atrevieron con el mentalismo o la mágia, ya que le hícieron una espécie de juego como el de los trileros pero con más vasitos, y acertaron cada vez. También sumaban y restaban, vamos una pasada!!
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Mas tarde fuímos a un jardín de horquídeas. También muy bonito pero con menos que explicar, esto es más visual. La cantidad, variedad y colorido espectacular de alguna de las variedades de orquídea nos encantó. Hay de muchísimos tipos!.
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La mañana había dado mucho de sí, pero aún nos faltaban los tigres.
Nuestra última parada esa mañana sería Tiger Kingdom. Una espécie de zoo-restaurante.
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Allí podías hacer un circuito por las diferentes jaulas de los tigres, desde los babys hasta los más grandes. La verdad es que nos hacía ilusión ver a los cachorrillos, pero eso de meterme en una jaula con esos pedazo de tigres........me daba mas bien miedo. Además no era precisamente barato, alrededor de 15 euros por persona en cada jaula que visitabas. Decidimos ver los "toros" desde la barrera y observar las caras de la gente y la de los animales (que pasaban de todo).
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Ya que estabamos Tim nos propuso comer allí en vez de volver a Chiang Mai, y aceptamos comer rodeados de jaulas de felinos......
Despues de comer nos sentamos en un estanque que había allí, y estuvimos dado de comer a los peces, que aparecían a miles!.
Ya de camino a Lampoon pasamos a recoger a nuestros otros compañeros, ya que por suerte la chica se encontraba mucho mejor de su ojo, y todos juntos nos fuimos a visitar el último templo que vimos en nuestra estancia, Haripoonchai.
Como todos, muy bonito y ostentoso.
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Algunos de sus edificios se parecían al de Doi Suthep
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Y además aquí fué donde más niños-monje vimos.
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No me cansaría de ver templos (creo), porque son unos edificios tan diferentes a los que vemos aquí dia a dia......tan elaborado todo.....
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Aqui solo visitamos este templo, y ya nos volvimos para el hotel.
Por el camino encontramos un control policial, donde tenían parados varios conductores.
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Vosotros diríais que a la chica la multaron??????? Yo creo que no, jejeje
.Esa noche, por ser la última, y porque así lo ponía en el circuito, cenaríamos en el restaurante Grand Lanna.
Antes de dejarnos en el hotel, Tim nos recomendó que nos "arreglaramos" un poquito para la cena, ya que el restaurante era bastante selecto.
Entretanto tuvimos tiempo de darnos el último baño en la piscina junto a nuestros compañeros de viaje, ya que al dia siguiente cada uno se iba a una hora distinta, unos para España, otros para Koh Samui, y nosotros para Phuket.
Al salir a recepción Tim ya nos esperaba, y nos recibió con un gran "que guapos!!". De otra persona me lo hubiese tomado como un cumplido, pero de Tim no, se notaba que todo lo que hacía y decía era de corazón.
Al llegar al restaurante unas fotos de rigor, por algunos de sus rincones, que aunque eran muy bonitos, estaban bastante mal iluminados.
Según nos explicaron, este es un restaurante bastante lujoso que la gente local casi no se pueden permitir, y en el cuál en su dia cenó Lady Di. Si no me pareció ver mal estaba en el recinto de un hotel muy lujoso, el Mandarín Oriental, que alguna vez había visto en alguna película sobre Tailandia, pero no me hagais mucho caso porque igual me confundo, ya sabeís que en este país no me pude orientar nunca!!!!
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Debía ser por los mosquitos, lo de la poca luz, ya que en el rato que estuvimos haciendo fotos y pese que iba hasta arriba de repelente, me picó uno en el dedo con el que le daba al disparador de la camara. Que por cierto debía tener mucha hambre, primero porque se la jugó mucho a que lo descubriera, y segundo porque el dedo se me puso como una morcilla, dios, que picorrrrr
Bien, seguimos con el restaurante. Era todo de madera de teka (supongo), y con una luz tenue bastante romántica.
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La verdad es que esa noche volvimos a cenar de maravilla. Comida thai pero no muy picante. Estaba todo buenísimo. Entre plato y plato nos amenizó la velada un grupo de folklore (otra vez...), al que si os he de ser sincero no le presté demasiada atención ya que era la tercera vez que veía algo parecido.
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Ya sabeís que en Tailandia es costumbre dar propina casi por todo, aunque la verdad es que nosotros la dimos cuando pensamos que la persona la merecía. Y PARA MI MUJER Y PARA MI, ninguno de los guías de nuestro viaje la mereció más que Tim. Pese a que su español era mas bien "justo" se esforzaba al máximo, y nos contaba todo con una pasión que a mí me llegó al corazón.
Asi que entre todos reunimos unos baths que le dimos de todo corazón. Si ella lo creía conveniente que lo repartiera con el chófer, que pese a que hizo su faena, se le notaba cierto aire de desgana.
Con el estómago y el alma llenos, nos fuimos del Grand Lanna, a que no sabeís dónde??????? Al mercadillo!!!!. Los paradistas ya nos recibian con un -"buenas noches sres de...., que van a comprar hoy?" jaja, es coña, pero bien podía ser cierto..
Hicimos las compras de última hora y nos pasamos por el puesto de las camisetas de deporte, pero de la segunda equipación del barça ni rastro.....
.Y yo me sé de uno que se volvió para el hotel bastante feliz, por no tener que volver OTRA VEZ a dar tumbos por el mercado viendo cada noche lo mismo.....
Esa noche al ser seis otra vez volvimos a cojer la pick-up roja. No os preocupeis, teneis transportes de sobras para volver al hotel justo al lado del mercadillo. Eso si, negociad el precio antes.
Al llegar al hotel nos despedimos de A y V, que al dia siguiente se iban temprano para Koh Samui, y nos intercambiamos teléfonos y e-mails todos con todos.
Deprisa y corriendo hicimos nuestras maletas, dejándonos unicamente la ropa que nos íbamos a poner al dia siguiente y el bañador, ya que podríamos aprovechar la piscina hasta mas o menos las 11 de la mañana, hora en la que nos recogerían para llevarnos al aeropuerto a cojer el vuelo a nuestro siguiente destino, Phuket.
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