La ciudad en general:
Roma ha sido una ciudad que nos impactó. Incluso superó nuestras expectativas. Disfrutamos cada momento que pasamos en ella y para mejor, la gente con la que tratamos resultó ser por demás amable.
En 5 días, y andando lento por nuestras niñas, alcanzamos a ver todo lo indispensable y sin tener que usar transporte público ya que las distancias son cortas. Creo que es un lapso de tiempo ideal para quien quiera ver lo esencial de esta gran urbe.
Nos quedaron muchas cosas para ver, que serán seguramente la excusa para volver algún dia: la Necrópolis Vaticana, San Clemente, Santa Maria Maggiore, las Catacumbas, las Termas de Caracalla, Ostia y Tivoli, etc
Limpieza, seguridad y tráfico:
Roma nos pareció bastante limpia y ordenada. Quizás en un mes con mayor afluencia turística este aspecto no debe ser tan bueno, pero ahora en noviembre, disfrutamos a nuestras anchas. En cuanto a la seguridad, en ningún momento sentimos miedo o esa fea sensación de que en cualquier momento pueden atracarte. Todo lo contrario.
Lo del tráfico y lo mal que manejan los romanos comprobamos que es un mito total. Los automovilistas respetan absolutamente a los peatones, ya que apenas poníamos un pié en la calle, frenaban instantáneamente.
Vimos algunos aglutinamientos de tráfico pero nada fuera de lo común.
Si quieren saber lo que es manejar mal, tomen mi consejo: conozcan buenos Aires!
Es posible ir a Roma con niños?
La respuesta es absolutamente sí! Nuestras niñas han disfrutado muchísimo a pesar de que mucha gente nos decía que se aburrirían de ver tantas “piedras”!
En sí todo el viaje ha sido una aventura para ellas, los aeropuertos, el vuelo en avión, los hoteles, comer helados, pasear, comer afuera, etc.
A Martina, nuestra niña mayor que tiene 6 años, tratamos de estimularle su imaginación explicándole antes del viaje, cómo era la antigua Roma, su vida, sus costumbres, sus monumentos. De manera que a su modo, era una pequeña experta sobre Roma y eso posibilitó mucho más que disfrute sus paseos esta magnifica ciudad.
Además, su hobbie en Roma fue juntar agua en cada fuente por la que pasábamos, y ya saben ustedes que en Roma hay cientos y cientos de fuentes así que nuestra nena jamás se aburrió! Por otra parte, aún hoy estamos sorprendidos como soportó largas caminatas a la par nuestra sin quejarse nunca.
Ambar, la más pequeña disfrutó a su modo paseando todo el tiempo en el carrito.
Si bien la mayoría de las calles son adoquinadas, se puede andar con el sin problema. La gran mayoría de las atracciones son accesibles con el carro, por ejemplo el Coliseo, que cuenta con ascensores.
Por supuesto, hay lugares donde no quedaba otra opción que cargar el carro para subir y bajar algunas escaleras, como en los foros, pero tampoco nos representó un esfuerzo mayor.
En síntesis, ha sido un viaje en el que hemos disfrutado toda la familia, pequeños y grandes!
Agradecimientos
A todo el foro en general. La ayuda que nos han prestado fue inmensa, y escribir este diario es un poco mi retribución a tanta buena información y buena predisposición que encontramos en el.
En particular agradezco a todos los que colaboran en los hilos sobre Italia y Roma. No quiero hacer nombres propios por miedo a ser injusto y olvidarme de alguien. A todos ellos vá dedicado este relato. Saludos!!!