9 de agosto
Después de un desayuno completo en la piscina del hotel, mirando la playa y las ardillas que van a comerse las ofrendas que los empleados del hotel hacen a los Dioses, me preparo para recibir al guía que voy a tener hoy para visitar la isla. Bali es un paraíso, pero mucha gente se conforma con ir a la playa (que tampoco son tan espectaculares), y no disfruta del maravilloso entorno de la isla, de sus templos, paisajes... Es una maravilla.
Hoy me voy a centrar más o menos en la parte central de la isla, y empezaré por el templo de MENGWI, también conocido como TAMAN AYUN, con unos magníficos jardines perfectamente cuidados y una paz y quietud sensacionales. Hay muy pocos visitantes en el templo y dispongo de un buen rato para disfrutarlo con tranquilidad.

Seguidamente vamos montaña arriba a ver los LAGOS GEMELOS (Buyan y Tamblingan),

y en principio tenía que ir a ver la cascada más famosa de Bali, llamada GIT-GIT, pero el guía dice que está muy masificada, y me lleva a otra, MUNDUT, en la que no hay nadie, y después de descender hasta ella en medio de una vegetación compuesta de árboles frutales (piñas, vainilla, café, cacao...), me permito el lujo de darme un baño bajo el chorro que cae desde una altura de 30 metros. Sensacional, aunque la temperatura del agua te deja sin respiración momentáneamente.

Seguimos la ruta visitando un fábrica de café, en la que veo como lo tuestan, lo muelen... y lo degusto en una terracita, con unas vistas de los valles circundantes que quitan el aliento.
La ruta por el interior sigue hacia el templo de ULUN DANU, en Bedugul, uno de los más famosos de Bali, que se encuentra sobre un lago, rodeado otra vez de unos espléndidos jardines (y tiendas de souvenirs, como no).

Es hora de comer, así que nos detenemos en Pacung, en un restaurante abarrotado de turistas para una comida estilo chino. Seguimos a través de los imponentes campos de arroz de JATILUWIH, dispuestos en terrazas y proporcionando unas vistas muy bonitas, que parecen de postal. La carretera serpentea entre ellos y una vez fuera, nos paramos en la carretera para ver y dar unos cacahuetes a unos macacos que esperan a los turistas que bajan de los arrozales.

La siguiente etapa es el templo de BATUKARU, en medio de la selva, no tan bien cuidado como los que he visto antes. Es el primer templo en que me obligan a ponerme el Sarong, un pareo atado a la cintura para que las piernas no queden al descubierto, ya que según sus creencias, son impuras y no deben verse en el interior de los templos.
La visita no merece muchos comentarios ni tiempo, y continuamos hacia ALAS KEDATON, el templo de los monos, adivináis por qué? Cientos de monos, unos pacíficos y otros más agresivos, andan sueltos en busca de lo que los visitantes les puedan ofrecer, desde cacahuetes hasta cámaras o gafas de sol si no tienen cuidado. A un tipo se le sube uno a la cabeza y se asusta bastante, lástima que no tenía la cámara a punto... Salgo por miedo a más "ataques", y después de atravesar las inevitables tiendas de souvenirs y ropa, me detengo para, después de una pequeña donación, poder sostener una gigantesca pitón enrollada en mi cuerpo, y alimentar unos murciélagos frutícolas, sujetándolos contra el pecho, con Fanta de Naranja! Les vuelve locos!

El día se acaba, pero para la puesta del sol he reservado la visita más esperada, al templo más famoso: TANAH LOT. Llego con el tiempo muy justo, y las terrazas de los bares frente al templo están saturadas. Es un templo curioso, ya que está en el mar, y con la marea baja se puede llegar andando a él, pero con la marea alta, queda transformado en un islote.

Es precioso, y ver la puesta de sol tras el templo es un auténtico lujazo. Lástima que en el trópico es muy rápida... Al oscurecer, incluso los tenderetes cierran las puertas, o sea que me quedo sin poder hacer unas compras, así que vuelvo al hotel. Estoy cansado, llevo un montón de horas en el coche y haciendo visitas. El servicio proporcionado por los guías y chóferes, excepcional, cómodo, con aire acondicionado, botellas de agua fresca todo el día...Genial!

Después de una relajante ducha en el hotel, salgo a cenar por la zona de Kuta-Seminyak, la oferta es amplia y variada, y al final me meto en un italiano a comer un buen plato de pasta.
Mañana me espera otro trote, así que a dormir!
10 de agosto
Me levanto a las 6 y doy un largo paseo por la playa antes de desayunar en la piscina, menudo estrés... A las 7 y media he quedado con el guía para ir a visitar la parte este de la isla, menos salvaje y espectacular que ayer, pero con un montón de cosas por ver.
Empezamos por GOA GAJAH, la cueva del elefante, nombre dado erróneamente por los descubridores al confundir la imagen esculpida en la entrada de la cueva.
Un paseo por la zona ajardinada, para disfrutar de la naturaleza antes de seguir en ruta hacia BLAHBATUH, un templo desconocido para la mayoría de gente, y bastante abandonado y en mal estado, una pérdida de tiempo.

Durante la ruta se pueden ver muchos locales, hoteles y restaurantes cerrados y abandonados debido a la pérdida total del turismo unos años atrás a causa de los atentados terroristas que ocasionaron gran número de víctimas. La ruta sigue hacia Tampaksiring, al templo de TIRTA EMPUL, de aguas sagradas, donde los locales van a purificar sus cuerpos bañándose en ellas. En este templo puedo ver una ceremonia hinduista, creo que una boda, aunque no tengo tiempo de quedarme para verla toda.

Paramos a comer en Kintamani, en una terraza con vistas al volcán BATUR y al lago del mismo nombre. Sin tiempo que perder, seguimos hacia Penulisan, para visitar el templo de KAURIPAN, al que se accede después de subir millones de escalones. Al llegar arriba debo coger oxígeno, pues estoy agotado. No hay nadie aquí, deben estar todos en la playa, pero las vistas son geniales, aunque el templo en sí es pequeñito, así que voy rápido.

El siguiente templo (hay cientos), es el de BANGLI, otra vez vacío, con las típicas puertas de los templos hindús, abiertas por arriba, y las edificaciones con tejados piramidales de número impar de terrazas.
Aprovecho para hacer algunas compras antes de llegar al templo Madre: BESAKIH. Este es mucho mayor que todos los vistos hasta ahora, y el más sagrado para los creyentes. Aquí sí que hay un montón de turistas, pero no es ni de lejos el más bonito de los vistos. No paso mucho tiempo, ya que vamos un pelín justos de tiempo y aún me quedan un par de visitas antes de la puesta del sol.

La primera, KLUNGKUNG, una especie de palacio de justicia al aire libre en medio de un estanque artificial, sin mucho que ver. La última visita del día va a ser complicada, pues el sol se está poniendo y al llegar a GOA LAWAH (cueva de los murciélagos), nos encontramos ya las puertas cerradas. Pablo, el guía, habla con el encargado y me permite la entrada en exclusiva (soborno mediante), el tiempo justo para ver el altar a la entrada de la cueva, los cientos de murciélagos que la habitan, disfrutar del pestilente olor del guano producido por todos ellos y de la vista de una pitón cazando alguno de los murciélagos con los que convive en la cueva.

Llego al hotel cuando ya es noche cerrada, agradeciendo los servicios a Pablo, y preparándome para salir mañana hacia KOMODO, a ver dragones.
Primero una cena en un restaurante muy cercano al hotel, para reponer fuerzas.