Allí dormimos en el hotel Zaci (370 pesos) que nos encantó. Tiene un patio muy bonito y piscina (muy recomendable!). Dimos una vuelta por la ciudad ya casi de noche, visitando el zócalo y los murales del ayuntamiento. Antes de volver al hotel, paramos en un café que esta en el zócalo donde hacían unos licuados muy buenos. A la mañana siguiente nos dirigimos a Coba. Para esta visita también cogimos guia. Quizá de las cosas más sorprendentes de Cobá sea su entorno pues estan situadas en la selva y han despejado un camino para poder visitar las ruinas, el resto... salvaje. El guia nos explicó a la entrada lo que posteriormente veríamos y nos ocupó unos tres cuartos de hora. Aqui hay una gran pirámide (bastante inclinada) que SI se puede subir (eso si, provisto de una botellita de agua...). Para moverte dentro de Coba puedes hacerlo andando (5km), en bici (30 pesos) o en bici-taxi (90pesos). Siguiendo los consejos del foro, lo que hicimos fue comenzar andando y al poco cogimos una bici-taxi por 65 pesos. El "paseito" no tiene desperdicio, nosotros encontramos una serpiente coral de camino a la pirámide.
A la salida de Cobá nos ofrecieron en el mismo parking, la entrada para tres cenotes próximos. El precio era 90 pesos por persona para los tres cenotes. Así que las cojimos. Cho Ha y Tamkach Ha, del tercero no recuerdo el nombre. La experiencia en los cenotes fue muy buena y sobretodo refrescante. Tienen baño, duchas, etc... Lo que menos me gustó fue la senación de "ahogo" cuando llevabas un ratito dentro. ya que estan a unos 20/30m de profundidad y se nota la falta de oxigeno, pero me quedo con lo fresquita y transparente que estaba el agua.
Ese día comimos en el "meson El Marqués" que esta en el mismo zócalo de valladolid. Un gran sitio con un servicio excelente y una comida riquísima, además tiene un patio donde se come muy fresquito. Por la tarde, visitamos el cenote Samula y el Dzitnup. Uno de ellos tiene la curiosidad de que las raices de un arbol de arriba baja los 20 metros para beber de las aguas del cenote.
Después de estos bañitos, dedicamos la tarde a recorrer Valladolid. Visitamos el monasterio, la iglesia, la Candelaria,... Y a la mañana siguiente, rumbo a Chichen Itza!
De Chichen hay poco que no se haya dicho, son unas ruinas preciosas y bastante bien conservadas. El calor, eso sí, también pega allí de lo lindo. Chichén esta plagado de puestecitos de artesanias o souvenirs por lo que en la visita uno se entretiene aunque no quiera. Es un buen sitio para comprar los regalitos. Nosotros le dedicamos unas 4h, lo mejor es ir a primera hora antes de que el calor sea más agobiante. Chichen tiene un cenote, pero no es apto para el baño (es más, está de un color verde intenso...). La acustica en Chichen Itza es asombrosa,por lo que es curioso ver a casi todo el que lo visita dando palmadas para ver como resuenan y como en el "juego de pelota" (de unos 120m) uno puede escuchar la conversación de otros que están justo en el otro extremo.
Ese día comimos en "el carrousel" un bar de Piste, el pueblo al que pertenece Chichen Itza. Después fuimos a ver las grutas de Balamkanché, descubiertas en los 60 por un guia de Chichen. Allí encontró ofrendas de los mayas que llevaban ocultas todos esos años. Una de las cosas buenas de este sitio es que los objetos encontrados, una vez analizados, han sido devueltos a su posición original, por lo que es facil imaginarse la situación de los rituales de las ofrendas...
De camino a Mérida, pasamos por Izamal. Es un pueblo muy bonito, que tiene 12 piramides totalmente integradas en el pueblo actual. Visitamos el convento y como disponiamos de poco tiempo, cogimos u na calesa (con un raquítico caballo llamado vitamina) que por 50 pesos nos llevó a recorrer los principales lugares de Izamal.

A la salida de Cobá nos ofrecieron en el mismo parking, la entrada para tres cenotes próximos. El precio era 90 pesos por persona para los tres cenotes. Así que las cojimos. Cho Ha y Tamkach Ha, del tercero no recuerdo el nombre. La experiencia en los cenotes fue muy buena y sobretodo refrescante. Tienen baño, duchas, etc... Lo que menos me gustó fue la senación de "ahogo" cuando llevabas un ratito dentro. ya que estan a unos 20/30m de profundidad y se nota la falta de oxigeno, pero me quedo con lo fresquita y transparente que estaba el agua.
Ese día comimos en el "meson El Marqués" que esta en el mismo zócalo de valladolid. Un gran sitio con un servicio excelente y una comida riquísima, además tiene un patio donde se come muy fresquito. Por la tarde, visitamos el cenote Samula y el Dzitnup. Uno de ellos tiene la curiosidad de que las raices de un arbol de arriba baja los 20 metros para beber de las aguas del cenote.
Después de estos bañitos, dedicamos la tarde a recorrer Valladolid. Visitamos el monasterio, la iglesia, la Candelaria,... Y a la mañana siguiente, rumbo a Chichen Itza!
De Chichen hay poco que no se haya dicho, son unas ruinas preciosas y bastante bien conservadas. El calor, eso sí, también pega allí de lo lindo. Chichén esta plagado de puestecitos de artesanias o souvenirs por lo que en la visita uno se entretiene aunque no quiera. Es un buen sitio para comprar los regalitos. Nosotros le dedicamos unas 4h, lo mejor es ir a primera hora antes de que el calor sea más agobiante. Chichen tiene un cenote, pero no es apto para el baño (es más, está de un color verde intenso...). La acustica en Chichen Itza es asombrosa,por lo que es curioso ver a casi todo el que lo visita dando palmadas para ver como resuenan y como en el "juego de pelota" (de unos 120m) uno puede escuchar la conversación de otros que están justo en el otro extremo.
Ese día comimos en "el carrousel" un bar de Piste, el pueblo al que pertenece Chichen Itza. Después fuimos a ver las grutas de Balamkanché, descubiertas en los 60 por un guia de Chichen. Allí encontró ofrendas de los mayas que llevaban ocultas todos esos años. Una de las cosas buenas de este sitio es que los objetos encontrados, una vez analizados, han sido devueltos a su posición original, por lo que es facil imaginarse la situación de los rituales de las ofrendas...
De camino a Mérida, pasamos por Izamal. Es un pueblo muy bonito, que tiene 12 piramides totalmente integradas en el pueblo actual. Visitamos el convento y como disponiamos de poco tiempo, cogimos u na calesa (con un raquítico caballo llamado vitamina) que por 50 pesos nos llevó a recorrer los principales lugares de Izamal.
