Llegamos con nuestro querido bus ADO a San Cristobal de las Casas sobre las ocho de la mañana. Nos habian recomendado el hostal Los Camellos y allí fuimos. Tienen un patio con hamacas y puedes hacer uso de estancias comunes como la cocina (útil por ejemplo para los desayunos) y la habitación era grande, dividida en dos “plantas” y con una cama matrimonial en cada una. Limpio y decorado con tapices tipicos. Te hacen sentir como en casa. Las excursiones empezaban a las 9 y se nos habia pasado un poco la hora pero salimos a dar un paseo y encontramos una agencia que aún no habia partido. Nos costó unos 200pesos y fuimos en furgoneta hasta el cañon del sumidero.
Es una visita imperdible. Atravesar el cañon en barca viendo las rocas, el “Arbol de Navidad”, cocodrilos, aves, monos… Después nos acercaron a Chiapa del Corzo donde aprovechamos para comer cerca de la plaza. La tarde la dedicamos a recorrer las calles de San Cristobal. Visitamos el templo de Santo Domingo y el de La Caridad y su mercado de Artesanías y el de alimentos.
Al día siguiente cogimos una excursión de una agencia que había publicitada en el hostal. Al principio pensabamos ir a San Juan Chamula y Zinacantán por libre porque veíamos innecesario un guia para visitar un pueblo. La verdad es que salimos contentísimos de la visita y del guía. Era un chico formado e informado, que resolvia todas las dudas y nos contaba desde la historia y la cultura de esos pueblos a las anecdotas más diversas. La visita comenzó en Zinacantán, visitando una casa particular, viendo como tejían, y posteriormente pasamos a la cocina donde vimos como hacían las tortitas. Después pudimos comer con ellos las tortas calentitas con varios ingredientes. Con la panza llena nos enseñaron los trajes tipicos e incluso nos mostraron los trajes de boda y nos los probamos.
Una vez en San Juan Chamula, y advertidos de la prohibición de hacer fotos, recorrimos el pueblo y visitamos la iglesia. Que decir de San Juan Chamula? De las visitas que más me han gustado de este viaje. Una iglesia totalmente diferente, con el suelo de hojas de pino, ofrendas, coca cola, gallinas…
Ese día comimos en un italiano en la misma calle del hostal, el real de Guadalupe. No era extremadamente económico pero las pizzas eran inmensas y estaban buenísimas. En la tarde continuamos disfrutando de la maravillosa ciudad de San Cristobal.
En nuestro tercer día en Chiapas vino el sustito del viaje. Habiamos cogido la excursión que sale de San Cristobal, pasa por las cascadas de Agua Azul y Misol-Ha y acaba en las ruinas de Palenque porque era perfecta para que continuasemos nuestra ruta hacia el sur. En el cartel del hotel donde se anunciaba la excursión ponia que pasaban a recoger a los pasajeros a las 6.30 a.m. pero en el recibo de haber pagado la excursión ponía a las 6 a.m. Nuestro error fue guardar ese papelito y no mirarlo y confiar en el cartel del hotel. Cuando te ves con tus mochilas, a las seis y media pasadas y nadie viene a buscarte te empiezas a poner nervioso, pero cuando abres el papelito olvidado y ves que la furgoneta pasó a las seis…. La sensación de haber tirado el dinero, el dia, la visita a las cascadas… Nuestra reacción fue salir corriendo (mochilas en ristre!) hacia la dirección fisica de la agencia y efectivamente, medio ahogados, comprobamos que a esas horas no habia nadie. Cuando nos mentalizamos de que la opcion que nos quedaba era cargarnos de paciencia y coger un bus a Palenque y nos sentamos a mirar en la guia los horarios, vemos que pasa una furgoneta por un hotel cercano, a buscar dos pasajeros. Era la misma! Así que nos pudimos subir y hacer el viaje. El santo conductor estaba dando una segunda vuelta a los hoteles para recoger a los pasajeros rezagados. El camino fue una cadena de curvas sinuosas entre un paisaje espectacular. La primera parada se hacia esperar pero al llegar a Agua Azul vimos que valió la pena. Bañarse ahí es sentirse en una película. Nadar bajo una cascada de agua dulce… Lo malo fue el momento de salir, era difícil abandonar tremendo lugar. Aprovechamos para comprar 5 empanadas por 20 pesos de sabores diferentes y recien hechas.
Pero nos esperaba Misol-Ha, también bonita y apta para el baño. Al fin llegamos a Palenque, con un calor inmenso y pegajoso. En palenque puedes contemplar las ruinas en medio de la selva mientras oyes a los monos aullar y no paras de beber agua. Ahí también cogimos un guia.

Es una visita imperdible. Atravesar el cañon en barca viendo las rocas, el “Arbol de Navidad”, cocodrilos, aves, monos… Después nos acercaron a Chiapa del Corzo donde aprovechamos para comer cerca de la plaza. La tarde la dedicamos a recorrer las calles de San Cristobal. Visitamos el templo de Santo Domingo y el de La Caridad y su mercado de Artesanías y el de alimentos.
Al día siguiente cogimos una excursión de una agencia que había publicitada en el hostal. Al principio pensabamos ir a San Juan Chamula y Zinacantán por libre porque veíamos innecesario un guia para visitar un pueblo. La verdad es que salimos contentísimos de la visita y del guía. Era un chico formado e informado, que resolvia todas las dudas y nos contaba desde la historia y la cultura de esos pueblos a las anecdotas más diversas. La visita comenzó en Zinacantán, visitando una casa particular, viendo como tejían, y posteriormente pasamos a la cocina donde vimos como hacían las tortitas. Después pudimos comer con ellos las tortas calentitas con varios ingredientes. Con la panza llena nos enseñaron los trajes tipicos e incluso nos mostraron los trajes de boda y nos los probamos.
Una vez en San Juan Chamula, y advertidos de la prohibición de hacer fotos, recorrimos el pueblo y visitamos la iglesia. Que decir de San Juan Chamula? De las visitas que más me han gustado de este viaje. Una iglesia totalmente diferente, con el suelo de hojas de pino, ofrendas, coca cola, gallinas…
Ese día comimos en un italiano en la misma calle del hostal, el real de Guadalupe. No era extremadamente económico pero las pizzas eran inmensas y estaban buenísimas. En la tarde continuamos disfrutando de la maravillosa ciudad de San Cristobal.
En nuestro tercer día en Chiapas vino el sustito del viaje. Habiamos cogido la excursión que sale de San Cristobal, pasa por las cascadas de Agua Azul y Misol-Ha y acaba en las ruinas de Palenque porque era perfecta para que continuasemos nuestra ruta hacia el sur. En el cartel del hotel donde se anunciaba la excursión ponia que pasaban a recoger a los pasajeros a las 6.30 a.m. pero en el recibo de haber pagado la excursión ponía a las 6 a.m. Nuestro error fue guardar ese papelito y no mirarlo y confiar en el cartel del hotel. Cuando te ves con tus mochilas, a las seis y media pasadas y nadie viene a buscarte te empiezas a poner nervioso, pero cuando abres el papelito olvidado y ves que la furgoneta pasó a las seis…. La sensación de haber tirado el dinero, el dia, la visita a las cascadas… Nuestra reacción fue salir corriendo (mochilas en ristre!) hacia la dirección fisica de la agencia y efectivamente, medio ahogados, comprobamos que a esas horas no habia nadie. Cuando nos mentalizamos de que la opcion que nos quedaba era cargarnos de paciencia y coger un bus a Palenque y nos sentamos a mirar en la guia los horarios, vemos que pasa una furgoneta por un hotel cercano, a buscar dos pasajeros. Era la misma! Así que nos pudimos subir y hacer el viaje. El santo conductor estaba dando una segunda vuelta a los hoteles para recoger a los pasajeros rezagados. El camino fue una cadena de curvas sinuosas entre un paisaje espectacular. La primera parada se hacia esperar pero al llegar a Agua Azul vimos que valió la pena. Bañarse ahí es sentirse en una película. Nadar bajo una cascada de agua dulce… Lo malo fue el momento de salir, era difícil abandonar tremendo lugar. Aprovechamos para comprar 5 empanadas por 20 pesos de sabores diferentes y recien hechas.
Pero nos esperaba Misol-Ha, también bonita y apta para el baño. Al fin llegamos a Palenque, con un calor inmenso y pegajoso. En palenque puedes contemplar las ruinas en medio de la selva mientras oyes a los monos aullar y no paras de beber agua. Ahí también cogimos un guia.
