Hoy nos despertamos de buen humor.
Hemos descansado en el superhotel y nos preparamos para uno de los días importantes del viaje, visitar el Amber Fort y la ciudad de Jaipur.
Bajamos a desayunar y ....sorpresa! Aquello era increíble. Un pedazo de buffet con un millón de cosas apetecibles. Tenían de todo, desde comida hindú (que a esas horas de la mañana, como que no apetece...) hasta comida china. Incluso un horno de leña que iba sacando croissant y bollitos calentitos todo el tiempo!
Huuuum! No sé cuántos pastelitos me puse en el plato, pero me parecieron pocos...jajaja...Ya me pondré a dieta después, que nunca se sabe en el cutrerestaurante tendremos que comer hoy
Por cierto, el zumo de mango de este hotel estaba impresionante. Lo recomiendo!
Cuando salimos al hall con la tripa llena, nos estaba esperando nuestro guía que hablaba perfectamente español y que sería nuestro fotográfo durante todo el día...jajaja...Menudo artista!!! Le dijimos que podría poner un estudio fotográfico porque al final con la coña, las fotos que nos hizo fueron muy chulas.
Amber Fort se encuentra a unos 11km de Jaipur así que fuimos cruzando hacia la ciudad antigua a través de un intenso tráfico de vacas, coches, motos, ... en fin, lo normal en India. Cruzas varias puertas monumentales hasta llegar a la parada donde ibamos a tener la experiencia del día! Subir en elefante!!!
Os parecerá una tontería, pero me hacía ilusión subirme en uno. Luego no fue tan chulo como esperaba pero estuvo bien.
El caso es que el guía nos fue advirtiendo antes de llegar que tuvieramos muchíiiiiisimo cuidado con los vendedores de esa zona porque acosan a los turistas. Con cierto desprecio, nos dijo que son todos musulmanes y que por lo tanto siempre te quieren engañar... (Ya véis que prejuicios hay en todos lados). Los que llevan los elefantes también lo son porque ningún hindú podría pegar a un animal sagrado como el elefante, ni siquiera para domarlo.
Bueno, yo había leído sobre el tema y creía que iba preparada. Pues no!.... La realidad me superó y caímos como novatos!!! Los vendedores fueron a por nosotros como carnaza, en serio!
El guía te lleva hasta unas escaleras desde donde te montas en el elefante, allí esperabamos todos los güiris nuestro turno. Los vendedores te acosan enseñándote todo tipo de baratijas: miniaturas, pulseras, figurillas,...incluso encima del elefante!!
Os voy a contar nuestra experiencia por si podéis evitarla...
A nosotros se nos pegó un tipo por toda la subida dando la vara. A grito pelao iba diciendo "100, 100..." , "sándalo, sándalo..." enseñando una bolsa con figuritas de madera. Nos la tiró a las manos sin pedírselo. Intentabamos ignorarlo pero era casi imposible porque el elefante no es que fuera muy rápido...jejeje...
El caso es que me puse a mirar la bolsa. Las figurillas no estaban mal y parecían de madera. Le digo a mi pareja " no están mal pa los compromisos, no?". Total, que al final lo convenzo y le damos al tipo 100 rps.
JAJAJAJA...jajaja....JAJAJA...Que ilusos!!!
El tipo NO queria 100 rps, sino 100 dólares!!!!
Estamos locos o qué? Ni de coña ibamos a darle tanto. Así que se las intentamos devolver pero no aceptaba, sólo quería el dinero.
Qué pesao!!! El elefante cada vez más despacio y el tipo dando la coña. Conseguimos tirale la bolsa, casi a la cabeza, pero seguía insistiendo.
Sacó un elefantito de madera que intentó tirarnos de nuevo pero se cayó al suelo y el elefante le pasó por encima! Quedó hecho trizas y la cara del tipo era un poema...
Creo que el dios Ganesha vino a nuestro rescate!
A pesar de todo, la subida hasta el fuerte tenía unas vistas increíbles y una vez entras en el recinto, ya no te molestan los vendedores.
El sitio es realmente una pasada llenos de patios con columnas talladas, frescos en las paredes y salones llenos de espejo. Estuvimos allí casi dos horas disfrutando de todo ese lujo.
Ah! Y no faltaba el típico encantador de serpientes!
Después de cruzar una serpenteante carretera con vistas espectaculares de Jaipur, llegamos a la cima de una colina donde se situaba el fuerte.
Está algo abandonado pero los patios son impresionantes, llenos de frecos con miniaturas de flores y animales que todavía conservan el color a pesar de los graffitis. Por lo visto el sitio es refugio de los jóvenes enamorados de la ciudad que suben hasta allí en busca de intimidad...
No había ningún turista y el sitio nos encantó. Recomiendo llegar hasta allí si tenéis tiempo.
De regreso a la ciudad nos acercamos a varias tiendas. Una joyería (de la que conseguí "escapar" sin comprar nada...jajaja...) y un taller artesano donde nos enseñaron el modo de estampación típico con tintes naturales. Fue interesante e incluso nos dieron una muestra. Además la tienda estaba muy bien para comprar ropa y todo eso. Al final, como era previsible en mí...compré un par de foulard estampados a mano.
Era mediodía y nos llevaron a comer al restaurante Parampara, cerca de allí. Nada del otro mundo pero había hindúes así que no era totalmente turista y la comida estuvo bien. Por lo menos estaba limpito!
Seguimos la visita hacia el Observatorio o Jantal Mahal, un lugar muy curioso del que había visto algunos documentales y que resultó muy interesante. Hay un montón de instrumentos astronómicos realizados en piedra y un reloj solar con una precisiónde 2 min!!!
Justo al lado se encuentra el City Palace. Siempre había creído que los llamado city palace eran todos iguales pero me equivocaba. El de Jaipur es muy chulo, de color arenisca rojiza llenos de detalles y arabescos pintados de blanco.
Allí nuestro guía nos hizo un "reportaje fotográfico"...jajaja...
De regreso hacia el hotel fuimos hasta el famoso Palacio de los Vientos. Allí conseguimos hacernos unas fotos sin tráfico!! Cosa que parecía imposible. El sitio sorprende porque en las fotos que siempre había visto parecía un edificio completo, pero el caso es que es sólo una fachada...Bastante chulo, por cierto.
Ya en el hotel decidimos darnos un bañito en la piscina de los elefantitos, el caso es que hacía un calor horrible y al final terminamos por subimos al AC de la habitación.
Esa noche antes de cenar, nos acercamos al templo hinduista de Birla, un lugar muy apreciado de la ciudad pero que a nosotros nos pareció un poquillo "horterada de mármol". Es de construcción contemporánea y sin ningún valor artístico, pero bueno había que ir a verlo.
La agencia nos invitaba a una cena en un restaurante hindú. Nos llevaron hasta un centro comercial lleno de gente, muy al estilo europeo. Allí cenamos en auténtico vegetariano para la gente local. Muy moderno y bien servido, aunque nos arriesgamos con los nombres porque no teníamos ni idea qué habiamos pedido. El caso es que estuvo bien aunque no tenían ni cerveza ni te!! Curioso.
De todas formas había que irse pronto a la cama porque al día siguiente partiamos hacia nuestro objetivo principal del viaje...el Taj Mahal!