Blogs / Diarios 
Otro madrugón más! Eran la 5:30h, pero en cuatro horas estaría en NY! Menudo subidón! Había estado esperando este momento durante muuuucho tiempo! Y por fin, había llegado el día!
Desayunamos en la habitación viendo el amanecer de Philadelphia.
Aprovechamos la cafetera que había en la habitación. Por cierto, qué malo estaba el café con leche!!!!!! Puro veneno! Dónde estaba mi capuccino del Starbucks?
Arreglamos cuatro cositas en la maleta y nos despedimos de aquella vista que nos había acompañado durante dos días.
Bajamos a hacer el check-out. Pedimos al señor del front-desk avisara a Cathleen. Vino enseguida y nos despedimos de ella. Le agradecimos muchísimo todas sus atenciones, y lo amable que había sido con nosotras. Nos intercambiamos e-mails y nos hicimos una foto con ella.
Ella misma nos acompañó hasta la puerta del hotel y nos pidió un taxi. Se esperó allí hasta que nos marchamos. Qué chica más maja!
Apenas había tráfico, así que en un momento nos plantamos en la estación. La cruzamos por dentro, porque los autobuses de Megabus estacionan en el exterior. Había varias colas, para varios destinos, pero todo estaba muy bien organizado.
Llegó el bus, enseñamos la reserva, dejamos las maletas en la bodega y subimos al segundo piso del bus.
Como en Washington salimos muy puntuales. El Megabus estaba muy bien, pero esta vez falló el wifi. No hubo manera! No pude conectarme en todo el trayecto… Suerte que el trayecto era cortito: dos horas.
Por la ventana íbamos viendo los típicos moteles de carretera, las grandes autopistas y, de repente… Es? Es? Es? Sí! ES! Empecé a ver el famosísimo Skyline de New York! Estábamos muy lejos aun, pero no pude evitar hacer las primeras fotos.
La veía preciosa, grandiosa! Qué emoción! Ya estábamos llegando! De entre todos los edificios destacaba majestuoso el Empire State!
Poco a poco nos íbamos acercando. Y poco a poco, también, el tráfico se iba haciendo menos fluido… Hasta encontrar un atasco! Ahora sí que estamos en NY! Cruzamos el Lincoln Tunnel, que se me hizo eterno, y al salir… New York! Here we are! Vi los primeros “yellow”, y yo, venga a hacer fotos!!!!
El Megabus nos dejó a las 9:30h en la 7th Avenue con la 28th Street. Recogimos las maletas, sacamos el mapa y como no estábamos muy lejos del hotel, decidimos ir andando.
Primera sensación: cuanta gente por la calle!
Segunda sensación: qué rápido iban todos!
Tercera sensación: llegaba algún que otro olorcillo raro…
Y de repente, al llegar a la esquina de una de las calles… Queréis ver lo que vimos?
Nuestra primera vista (de muchas) del Empire State! Me impresionó tanto! Así que, venga, a parar todas! Tocaba foto, sí o sí! La primera foto (de muchas) de uno de los edificios de la ciudad.
Finalmente llegamos a nuestro hotel: The Strand. Estaba en la 33th Street entre la 5th y la 6th Avenue.
La recepción era pequeñita, pero muy mona, muy bien puesta. Nos atendió un chico llamado Peter y nos dijo que hasta las 15h no podíamos hacer el check-in. Pero intentó mirar si había alguna habitación disponible. Nos propuso una habitación en la planta 10 disponible en ese momento, o esperarnos a las 15h y tener la habitación en la planta 14. Le pregunté cual tenía mejores vistas (aunque ya me lo imaginaba). La 14, claro. Pues nada, esperaríamos hasta las 15h.
Nos guardaron las maletas (sin recargo), y dejamos cosas innecesarias para no ir tan cargadas. Lo básico para la primera toma de contacto con la gran ciudad! El maletero era hispano y se llamaba Carlos. Era muy amable; nos proporcionó un mapa y estuvimos hablando un poco con él.
Pero queríamos ir a ver la ciudad, así que nos despedimos de Carlos, y a patear NY!
Dónde íbamos primero? Lo tenía clarísimo! A Times Square! Me había pasado más de un mes viendo la webcam de Times, y quería verla en directo!!!
La webcam es esta: www.earthcam.com/ ...?goto=live
Llegamos a la calle Broadway (mítica!), y de ahí ya estábamos a un paso del dispendio de luces! Muuuuuchas fotos! Pero muchas, muchas!
No me lo podía creer, ya estaba allí!!!! La sensación que tenía (que es la de la mayoría, supongo) era que me parecía como si yo ya hubiera estado allí.
Vimos la bola de fin de año, las tiendas, los colores, las luces, la gente, los carteles de teatros…!
Y de repente, llamó mi atención un cartel enorme: TOYS R US.
Tenía que entrar! Unos de los lugares míticos! Cuando entramos, nos recibió la descomunal noria. Había visto fotos, pero verla en directo es otra cosa! Me encantó que cada cesta era con un personaje diferente. Había Bob Esponja, Scooby Doo, Barbie, M&M’s, …
Dimos una vuelta por la tienda. Tres pisos! Qué locura! Cuántos juguetes! Subimos a la sección de LEGO, y vimos las fantásticas esculturas que hacen con infinidad de piezas.
Y también vimos el mítico dinosaurio que te recibe en la zona de Jurassic Park.
Había demostraciones de algunos de los juguetes en directo, niños jugando, … Me encantó la tienda.
Pero nada más salir, otro cartel (o más bien un dibujo) captó mi atención…!
Madre mía! Madre mía! Madre mía! DISNEY STORE! Tengo que decir que soy una superfan de Mickey, Así que para mí esa tienda era…. el paraíso! Así que en menos de lo que tardas en decir Mickey, yo ya estaba dentro! En la entrada había un chico con una mano de Mickey grandota, que hacía chocar los cinco a cada persona que entraba (muy americano todo)!
Bua!!!!! Muñecos, peluches, camisetas, pijamas, tazas, disfraces…! De todo! Y todo, amenizado con música Disney (El rey león, La Bella y la Bestia…). Yo iba saltando de aquí para allí. Y poco a poco, iba mirando que me llevaría para casa!!!! Juas!
Subimos al piso de arriba, donde había más cosas! Incluso una pequeña réplica del típico castillo de princesas de todas las películas.
Me costó, pero volvimos a salir a Times Square.
Y de repente, nos fijamos en una de las grandes pantallas, y quién estaba ahí? Nosotras! A esas horas no había mucha gente por ahí, así que era fácil podernos localizar en la pantalla (más adelante ya pondré otra, tipo “Dónde está Wally?).
Así que si os podéis acercar a la zona de las escaleras (donde está TKTS) temprano, no os costará mucho encontraros en la pantalla. No todos los días se puede decir que has salido en una de las pantallas de Times Square!
Entramos en la Oficina de Turismo de Times Square. Objetivo: encontrar descuentos para subir al Top of the Rock. Al entrar encontramos una pequeña selección de vestidos de algunos musicales de Broadway: Cats, The Phantom of the Opera, … Y justo, delante nuestro, la gran bola de fin de año!
He leído que ésta que está expuesta fue la que se utilizó para celebrar el centenario de la primera bajada de la esfera en 2007, y que cada 20 minutos se simula la tradicional cuenta atrás con una proyección de un documental en la gran pantalla que tiene detrás. Tengo que decir que nosotras no vimos la simulación (no lo sabíamos).
También está el muro Hopes and Dreams (Deseos y Sueños). Me encantó la idea que hay detrás.
Aparentemente, es un muro lleno de papelitos de colores con deseos escritos. Lo mejor de todo es que puedes pedir un papelito sin escribir, y allí anotar tu deseo. Después hay una urna donde tú depositas tu papelito. El día de fin de año hacen volar todos los papelitos, que han escrito los miles de personas que han pasado por la oficina de turismo, sobre la gente que está en Times Square.
Me gustó tanto que escribí mi deseo, lo puse en la urna, y espero que el día 31 de diciembre vuele por los aires de Times Square. Quién sabe quien lo recogerá?
Pregunté si había descuentos para el Top of the Rock, porque en el foro me había parecido leerlo, y me dijeron que no había ningún tipo de vale de descuento. Qué pena!
Al salir de la Oficina de Turismo, fuimos andando por la 42th Street.
En ese momento tuve una de las primeras imágenes del edificio que más me gustó de toda la ciudad: el edificio Chrysler. Es evidente que quizá el rascacielos más mítico de New York es el Empire, pero la modernidad arquitectónica que destila el Chrysler, para mi, no tiene igual.
Llegamos a Bryant Park.
Fue el primero de los parques de New York que veíamos! Era la hora de comer y había mucha gente aprovechando el solecito que hacía y las mesitas, para comer rápido antes de volver a la oficina.
El parque es bonito, y todo rodeado de rascacielos. Entre ellos, destaca, majestuoso el Empire State.
En verano hacen cine al aire libre por la noche, conciertos de musicales… Le sacan un partido!
Y como estábamos al lado de la NY Public Library decidimos entrar. No es que yo sea muy cinéfila, pero quería ver en directo uno de los escenarios de Cazafantasmas. Las escaleras que dan acceso a la biblioteca son las que bajan corriendo después de haber visto el primer fantasma dentro de la biblioteca.
Para poder entrar hay que pasar un control de seguridad. Y cuando estás dentro… menuda entrada! Es enorme! Y a los lados había los leones de la entrada (Fortitude y Patience; fortaleza y paciencia) hechos con LEGO. Mira que les gustan los LEGO a estos americanos, eh?
Subimos hasta la sala más conocida de la biblioteca, donde también se rodó una escena de la película Cazafantasmas. Es impresionantemente grande! Preciosa!
Me puse en una esquina de la sala para poder hacer la foto, y al girarme descubrí atónita la Gran Enciclopèdia Catalana! Lo había leído en algunos de los diarios del foro, y lo pude comprobar yo misma!
Tanto en la biblioteca como en Bryant Park hay servicio de wifi gratis.
Al salir de la biblioteca giramos por la mítica 5th Avenue. Queríamos llegar hasta el Empire para preguntar qué teníamos que hacer el día que decidiéramos subir, ya que teníamos las entradas compradas e imprimidas desde casa.
Pero el hambre apretaba, así que paramos en un Pret a Manger que estaba casi delante del edificio. Para mi es una de las buenas alternativas a la “comida basura” y que está bastante razonablemente bien de precio. Hay ensaladas de todos los tipos, sándwiches, baguettes, sopas… Comimos una ensalada completísima y enorme!
Y con el estómago lleno continuamos nuestra primera toma de contacto con la ciudad, ahora sí, acercándonos al enorme Empire.
La sensación de estar a sus pies y mirar hacia arriba, es indescriptible! Te sientes chiquitita!
La entrada al edificio estaba llena de gente ofreciendo tours guiados, entradas para el edificio, ... Qué locura!
El vestíbulo es espectacular.
En ese momento no había mucha gente, y tampoco vimos colas para entrar.
Os dejo una curiosidad de la historia del edificio que me contó una amiga: cuando acabaron de construirlo coincidió con la época de la Gran Depresión. Ante esta circunstancia, el espacio que estaba destinado a oficinas no fue ocupado (ya que pocas compañías podían pagar el elevado alquiler), así que la gente de New York empezó a llamarlo en tono de burla Empty State Building (vacio).
Por la 34th Street llegamos hasta el edificio de Macy’s, pero como ya eran las 15h decidimos ir al hotel para poder hacer el check-in. Peter, el chico de la recepción, nos comunicó que en ese momento tenían problemas informáticos. Había más gente esperando para hacer el check-in. Para hacernos más llevadera la espera, nos invitó a tomar algo en el bar del hotel (todo un detalle!).
Nos fue de perlas para descansar un poco. Llevábamos un ritmo trepidante desde hacía siete días! Y lo que nos quedaba por delante!
En el hotel hay wifi gratis en el lobby, y en las habitaciones (todo un detalle, porque puedes estar conectada mientras estás cómodamente tumbada en la cama!).
Al cabo de un rato nos avisaron que ya estaba todo arreglado. Peter nos informó de todo. Teníamos el desayuno continental incluido, y si queríamos desayunar algo diferente de la carta teníamos que pagar la diferencia.
Carlos, el maletero que nos guardó las maletas al llegar, nos las subió a la habitación, y nos explicó un poco dónde estaba cada cosa y cómo funcionaba todo.
Sobre todo, si vais a este hotel, ni se os ocurra abrir el mini bar y mover lo que hay dentro. Tienen un sensor que a la mínima que mueves o levantas un producto, te lo carga automáticamente en la tarjeta de crédito! Evidentemente, no hay espacio para guardar nada que traigas de la calle.
Estábamos en el piso 14 y esta es la vista que tuvimos durante 7 días y medio:
La habitación era un poco justa para las tres (más aun si la comparábamos con las otras que habíamos tenido en Toronto, Niágara, Washington y Philadelphia!). Las tres maletas cabían justitas (una en una esquina, otra encima de una mesita y la otra debajo). El armario era pequeño (tuvimos que pedir alguna percha más), y dentro estaba la tabla de planchar, la plancha y un paraguas. Teníamos unos cajones que también nos fueron bastante bien para poder poner la ropa. El baño también era justito y con poco sitio para poder guardar nuestras cosas. Teníamos secador de pelo.
Carlos se encargó de traernos otro juego de toallas.
Eso sí, las camas, como siempre, CO-MO-DÍ-SI-MAS!
Os dejo la página web del hotel:
www.thestrandnyc.com
Deshicimos las maletas, nos preparamos para volver a salir y… a aprovechar la tarde!
Al salir del hotel, menudo bochorno! Mientras estábamos en la habitación habían caído cuatro gotas, que aun incrementaban más la sensación de humedad y calor. Pero eso no nos iba a parar!
La primera parada en nuestro planning de la tarde era Penn Station y el Madison Square Garden.
Como ya habíamos leído en el foro, está en reformas, así que nos conformamos con verlo desde fuera y entrar hasta donde pudimos.
Vimos también la enorme General Post Office y el hotel New Yorker.
Son fantásticos los contrastes que te ofrecen los edificios de la ciudad. Puedes ver modernos rascacielos, al lado de edificios que aun conservan antiguos depósitos de agua.
Seguimos andando por la 8th Avenue esquivando a cada paso a montones de gente, dejando paso a los que iban más rápido, percibiendo los distintos olores de la ciudad. Y delante de Port Authority vimos alzarse otro fantástico edificio: el del New York Times.
Es gigante! En New York, constantemente estás mirando hacia las alturas!
Al llegar a la esquina con la 44th Street estuvimos buscando la escultura del bombero arrodillado que habíamos leído en el foro. Pero no estaba.
(La foto la he sacado de un mensaje de nari85)
Para los futuros viajeros que la queráis ver, el emplazamiento actual es delante del Emigrant Savings Bank, en la 43th Street entre Madison Avenue y la 5th Avenue.
No vimos la escultura, pero sí que vimos el Majestic Theater, donde hacen desde hace 25 años el musical The Phantom of the Opera. Si todo iba bien, lo veríamos, ya que nuestra intención era ir a TKTS a la mañana siguiente para coger entradas para la matinal del siguiente día.
En la otra esquina de la 44th Street y la 8th Avenue vimos uno de los típicos garajes neoyorkinos.
Continuamos nuestro paseo por la 8th Avenue hasta el World Wide Plaza (entre la 49th Street y la 50th Street). Más rascacielos! Entramos a la placita central: un remanso de paz, en medio del ruido de la ciudad! Había terracitas de bares, con gente descansando y tomando el sol. Un espacio muy bonito.
Por la 50th Street llegamos hasta el Rockefeller Center. Menudo complejo de edificios! Vimos el mítico Radio City Music Hall. Entramos en el Top of the Rock (la entrada está en la 50th Street) para preguntar los horarios (de 8h a 24h) y cuál sería la mejor hora para subir y poder ver el atardecer desde arriba. La chica que nos atendió nos recomendó las 19.30h (para futuros viajeros: estábamos a 23 de julio). No había casi nadie! Nada de cola!
Y llegamos hasta la plaza que está a los pies del Top of the Rock, conocidísima en invierno porque es donde montan el enorme árbol de navidad y la pista de patinaje sobre hielo.
No me lo podía creer! Estaba allí! Uno de mis sueños es patinar en la pista del Rockefeller. Durante todo el viaje salieron varias excusas para volver, pero esta, para mi es la definitiva! Y tengo clarísimo que más tarde o más temprano la cumpliré!
En verano, la pista se convierte en una terracita para tomar algo y contemplar las magníficas vistas del TOR.
Entramos en la tienda Lego (definitivamente, les encanta!). Menudo paraíso de piezas de todos los colores imaginables! Vimos un enorme dragón, la famosa escultura del atlas que hay delante de Saint Patrick’s Cathedral, una reproducción de la plaza del Rockefeller Center…
Siguiente parada: Saint Patrick´s Cathedral. Nos la encontramos en reformas. La fachada estaba toda tapada con una bastida. Qué pena! Entramos y nos llevamos una buena sorpresa. Desde fuera, entre los enormes edificios que la rodean, parece pequeña, pero al entrar no lo es tanto.
No podía faltar la visita a la escultura de Atlas que hay justo delante de la catedral.
Haciendo mil y una virguerías para evitar que salieran las bastidas de la catedral…
Nos acercamos a la parte trasera de la catedral, para ver Villard Mansions, con el hotel The New York Palace justo detrás. No teníamos suerte! También estaba lleno de bastidas. Se notaba que en verano los ayuntamientos aprovechan para reformar y arreglar edificios y calles…
Eran las 19h y pensamos que sería una buena hora para ir a cenar al famoso Ellens Stardust Diner (en Broadway con la 51th Street) y comer viendo el espectáculo de sus camareros cantando. Pero al llegar había una cola impresionante! Desistimos totalmente!
Así que tiramos mano del plan B: Bubba Gump (en Broadway con la 44th Street).
Pasamos por primera vez por Times Square iluminada! Era increíble! Mareaba incluso, con tanta luz!
También había mucha gente, así que me acerqué a preguntar cuánto podíamos tardar en entrar. 15 minutos. No nos lo pensamos dos veces y decidimos probarlo. El chico de la recepción nos pidió un nombre y cuántas seríamos. Nos esperamos en un rinconcito. El chico iba llamando por el micro a los que podían ir entrando. Para amenizar la espera hay una tienda donde puedes comprar desde sudaderas hasta vasos con el logo del restaurante. Eso es visión del negocio! Sí señor!
A los tres minutos de estar esperando escuché mi nombre. A eso se le llama rapidez! Un chico nos acompañó escaleras arriba hasta el restaurante. Esperas en una pequeña cola, rodeada de fotos y frases de la película Forrest Gump. Incluso hay el famoso banco donde se sentaba Forrest, con la maleta y la caja de bombones, y las bambas en el suelo.
Finalmente unos de los camareros nos llevó hasta la mesa, haciéndonos todo un tour turístico por dentro del restaurante! Menudas vistas tenían los que estaban sentados al lado de las cristaleras de Times Square. Nosotras no tuvimos tanta suerte… El restaurante es muy curioso.
Nos atendió un camarero hispano (de padre ecuatoriano) muy amable. Nos recomendó los platos estrella de la casa, y nos explicó los cartelitos de RUN FORREST RUN y STOP FORREST STOP (para los que vayáis, os dejo con la duda, porque vale la pena que lo descubráis vosotros mismos).
Mientras esperas hay unas pantallas donde constantemente están pasando la película.
Esperamos muy poquito, porque enseguida nos trajo la cena. Shrimper’s Net Catch (una cazuelita con gambas cocinadas con cerveza, al ajillo. Cuando te la traen a la mesa, abren la cazuela y echan las gambas encima de una especie de papel de periódico) y Shrimper’s Heaven (cuatro cucuruchos con gambas rebozadas, patatas fritas y salsas varias).
Buena pinta, eh? Pues estaba todo de vicio! Prueba de ello es que no duró nada! Lo devoramos en un plis plas!
Teníamos claro que repetiríamos antes de marcharnos de NY!
Al salir nos encontramos con el primer chaparrón en Nueva York. Yo quería haberme acercado hasta las escaleras de Times Square, pero llovía a mares, así que saqué una foto precipitada de nuestra primera noche en Times Square, y nos fuimos andando hacia el hotel.
En Bryant Park había unos chicos repartiendo batidos de chocolate. Nos cogimos uno cada una. Nos serviría de postre en la habitación!
Llegamos al hotel y al entrar en la habitación nos encontramos las camas abiertas (bien puestas, eh) y con dos chocolatinas encima.
Qué mono! Y desde la ventana… esta vista!
Durante siete noches esta fue la imagen que nos acompañó antes de quedarnos dormidas. Preciosa, verdad?
Ya desde la cama me venían mil y una imágenes a la mente de todo lo que habíamos visto ese día (que no era poco!). Las impresiones que me había causado la ciudad eran bien distintas: la multitud de gente que anda por sus calles a diario, lo rápido que van, los contrastes entre gente que va muy muy muy arreglada y gente que va como realmente le da la gana (o sea, como si en su casa no tuvieran espejo!), los olores (e incluso, a veces, hedores), el asfalto en bastante mal estado en muchas de las calles…
Pero sobretodo pensaba: YA ESTOY, POR FIN, EN NEW YORK!
Eran las 23:20h y tenía que dormir ya! Había sido un día lleno de emociones y tenía que descansar porque a la mañana siguiente nos quedaba otra buena ruta por andar: toda la zona del Distrito Financiero.
Buenas noches New York!
Etapa anterior
Últimos comentarios al diario: 
Tema: 
Ir a tema del foro
