MARRAKECH A NUESTRO AIRE ✏️ Diarios de Viajes de Marruecos

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Empezaba un nuevo día y este iba a ser por fin para nosotros solos, es decir sin ayuda de nadie para buscar lo que queríamos ver y movernos por los zocos. Escuchamos a las cinco de la mañana la llamada a la oración desde las Mezquitas cercanas, pero no es difícil conciliar el sueño otra vez y nos levantamos a las ocho. Desayunamos tranquilamente en la terraza del riad , el tiempo era espléndido no demasiado caluroso por la mañana , aunque al mediodía ya pasaríamos de los 30 grados y refresca por la noche, lo que se agradece para poder pasear. Este día queríamos visitar los Jardines Majorelle , así que con un mapa en la mano y las indicaciones que nos dieron en el riad nos dispusimos a ir dando un tranquilo paseo, tardamos unos veinte minutos. El camino fue muy interesante ya que empezamos a ver el Marrkech de verdad , el del día a día ,no el turístico y la verdad es que nos encantó. Pasamos por un mercado local de alimentación. ¡Era tan diferente! Las carnicerías tienen las piezas de carne por ahí colgadas , ni cámaras frigoríficas ni nada , los puestos de fruta y verduras y las pollerías. ¡ Que gozada! Los pollos están vivos , tu eliges y ya sabes ¡Ave que vuela, a la cazuela! Claro estos no vuelan pero es igual , se les mata se despluman y se trocean , no puede ser más fresco. Creo a que a nuestras abuelas a lo mejor les sonaría de algo. De todas formas por toda esta zona no había turistas y era todo gente local y nosotros , no hubo ningún problema.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Puesto de verduras en el mercado local

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Pollería local

Poco después de cruzar el mercado salimos de la muralla por una de sus puertas , cerca de una estación de autobuses. Allí , como se ve la pinta de turista que tienes y más con mapa y cámara de fotos en mano , enseguida se nos ofrecieron para ser nuestros guías , pero en este caso lo que hicimos fue ignorar su presencia, ya que decir que no ,no sirve de nada y al cabo de un rato cuando se cansan se van. En esta zona ya vimos la parte más nueva de Marrakech , esto ya se parece más a nuestras ciudades, y enseguida llegamos a la entrada de los Jardines. Está todo perfectamente indicado en cuanto estáis allí y enseguida encontraréis la entrada porque en la puerta se juntan un montón de taxis , calesas y autobuses de los grupos organizados. Llegamos temprano y fue un gran acierto porque el lugar no es muy grande y enseguida que se llena con los autobuses de turistas que van hasta allí. La entrada nos costo 50 dirhams por persona.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Jardín de cactus americanos

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Estanque con Nenufares

Estos jardines fueron creados por el pintor Jacques Marjorelle a principios del siglo XX y junto en sus jardines plantas procedentes de todo el mundo , cuando murió quedó casi abandonado hasta que Yves Sant-Lurent lo compró y restauró. El lugar es bonito por el contraste de colores entre los edificios y los jardines , interesante para el que le guste la botánica y un sitio fresco para descansar.

Cuando terminamos esta visita nos dirigimos otra vez a los zocos y comenzamos a caminar sin un rumbo especial , cosa que recomiendo , dejaros llevar y pasear que ya encontraréis el camino , no pasa nada. Empezamos a mirar algunas cosas que nos gustaban para llevar de recuerdo y como no podía ser de otra manera comienza el regateo. Te dicen siempre un precio desorbitado , os recomiendo empezar siempre bastante por debajo de la mitad de lo que os pidan , harán como que se ofenden y se enfadan pero seguirán preguntándoos cual es vuestro precio , si no os ponéis de acuerdo decir que no con una sonrisa , dais las gracias y os vais , si realmente está dispuesto a vender en lo que habéis ofrecido os llamará y os lo venderá con cara de disgusto , sino probad suerte con otro vendedor, nunca se sabe.
Cuando llegó la hora de comer nos decidimos por el Chez Brahim 1 , muy cerca de la plaza , la comida estuvo muy buena el el lugar cómodo, fresco , limpio y el personal bastante amable. Comimos ensalada , pinchos de pollo que los ponen con patatas y ensalada y un pollo que estaba riquísimo con almendra y miel . Para postre seguimos los consejos del foro y tomamos el yogur de la casa que estaba realmante estupendo y un te a la menta riquísimo , pagamos algo menos de 200 dirhams.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Chez Brahim 1

Cuando salimos del restaurante hacía muchísimo calor , así que como lo de pasear a esa hora podía hacerse bastante pesado decidimos alquilar una calesa para ir al palmeral. En cuanto nos vieron que mirábamos de reojo las calesas se acercaron a nosotros unos cuantos conductores , el que llevaba la voz cantante nos preguntó donde queríamos ir y le dijimos que al Palmeral. Uf¡ ¡Eso está muy lejos! ...
¡Ya empezamos! pensamos nosotros. Y nos pidió 450 dirhams, así como si nada. La verdad es que aquí nos costó mucho regatear , el fallo creemos que fue el coger la calesa en la misma plaza, quizá en otro sitio hubiéramos podido conseguir un precio mejor, además somos muy ,muy blandos regateando. Finalmente y después de que vinieran todos como las moscas a ver quien se quedaba el cliente , conseguimos bajar a 250 dirhams, no sabemos si fue caro o barato, pero estuvimos 2 horas dando vueltas en la calesa y así descansamos de la pateada de la mañana y mientras tanto aflojó el calor.
Sinceramente fue mucho más interesante el camino de ida y vuelta al Palmeral que el sitió en si. Por el camino de ida volvimos a travesar las murallas y pasamos por un mercado local enorme , allí había de todo y sobre todo mucha, mucha gente, era auténtico sin turistas y disfrutamos mucho mientras lo cruzamos con la calesa.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Mercado junto a la muralla

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Puesto de fruta junto una de las puertas de la muralla

Después de un ratito de paseo llegas al Palmeral y salvo que quieras montar en camello o tomar algo en un precioso hotel que hay por allí, no hay nada especial que ver. Puedes dar una vuelta por un urbanización con casas de superlujo y el paisaje no tiene demasiado encanto , la verdad es que para nuestro gusto nos pareció totalmente prescindible.

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Camellos para pasear en el Palmeral

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Paseo en calesa por la urbanización próxima al Palmeral

A la vuelta pudimos ver un buen trozo de las preciosas murallas que rodean la ciudad y mientras atravesábamos las calles llenas de tráfico con la calesa pasamos por un colegio del que estaban saliendo los niños de clase. Iban todos corriendo a ver quien aguantaba más rato enganchado detrás de la calesa, se subieron unos cuantos que poco a poco se fueron soltando , pero finalmente el conductor tuvo que parar para que uno que parecía que se había quedado allí pegado se bajara porque era muy peligroso por el tráfico, pero bueno, los chavales se lo pasaron en grande y nosotros también nos divertimos. El trayecto terminó donde empezamos , en la plaza Jmaa el Fna.

*** Imagen borrada de Tinypic ***
Puertas de las murallas

Como quedaba bastante tarde por delante decidimos seguir con nuestros paseos por Marrakech y así empezamos por los zocos que rodean la plaza hasta salirnos de ellos para poder callejear fuera de la zona turística. En esas calles ves como trabajan , hay oficios , como la carpintería , que aquí se han perdido y allí les ves tallar la madera a mano , barnizar con muñequilla, bueno cosas que aquí hace tiempo se perdieron. Los hornos también abundan por todas las calles y vimos un puesto de dulces que si hubieran sido a peso valdrían más las moscas que llevaban pegadas que la pasta, pero debían ser deliciosos. En estas calles que recorrimos varias veces durante estos días éramos casi siempre los únicos turistas , pero en ningún momento tuvimos sensación de inseguridad, así que os recomiendo totalmente que os salgáis de las rutas fijadas , solo usad el sentido común.

Cuando empezaba a anochecer era la hora de volver al plaza , es impresionante el ambiente que hay cada día y vale la pena escuchar a los distintos grupos que están tocando diversas melodías por la plaza, observar las caras de los que escuchan con interés a los cuenta cuentos, decir que no a las tatuadoras de henna y como no ,meterte otra vez entre los puestos de comida ,dejar que te mareen un rato y por fin sentarte en el que mejor te parezca rodeado de todo este ambiente. El día había sido largo y habíamos caminado mucho así que después de comprar los pastelitos como todos los días nos fuimos al riad paseando tranquilamente. Al día siguiente íbamos de excursión al Valle de Ourika.

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