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Nos levantamos temprano, ya que teníamos un largo viaje por delante hasta Vancouver.
Nos daba muchísima pena abandonar las Rockies, que tan buenos momentos nos habían proporcionado, pero había que continuar el viaje... Así que maletas al coche (rapidito que las mañana eran heladoras, pasadas las 7 de la mañana tendríamos un par de grados) y... en marcha!!
El camino inicial nos ofreció paisajes bonitos de carretera, montañas bañadas por la bruma y lagos serenos. La primera parada de nuestro viaje fue Mount Robson Provincial Park. Llegamos a las 8:15 y no se veía un alma por allí. Nuestra intención era echar un vistazo al Mount Robson y así lo hicimos. O lo que pudimos, ya que la bruma lo envolvía, restándole visibilidad pero rodeándole de un aura de misterio.
Foto de Mount Robson:
Seguimos acumulando kilómetros a lo largo de un paisaje montañoso, en ocasiones interesante.
Foto camino de Kamloops:
La siguiente parada del día fue Kamloops, ciudad que habíamos elegido para comer. Fuimos al Hello Toast, recomendado en la Lonely Planet y nos encantó, tanto el sitio como la comida. Muy orgánico, muy verde, muy sabroso. Pagamos 36$ por unas deliciosas quesadillas con patatas asadas y una hamburguesa riquísima.
Anduvimos un poco por la calle principal, pero no le encontramos especial interés a la ciudad. Nos pusimos otra vez en marcha, haciendo una pequeña parada en el super para reponer bebida y comida.
El camino hasta casi Vancouver fue muy llevadero, sólo paramos para cambiar de conductor. Sin embargo, los últimos kilómetros se nos hicieron pesados, porque había obras en un puente y tuvimos unos cuantos kilómetros de caravana, que nos retrasó 1 hora y media...
Por fin estábamos en VANCOUVER!!! Estábamos muy contentos, tres meses antes ni me hubiera imaginado que íbamos a estar aquí...
Sobre las 19:20 llegamos a nuestro B&B de Vancouver, el Peloquin Pacific Pad B&B. Siempre vamos a hoteles en vez de B&B, pero con los precios que encontramos en Banff y Jasper habíamos optado por esta opción, que fue muy buena. Al buscar alojamiento en Vancouver lo barajamos de nuevo y fue, otra vez, buena opción.
Janet, nuestra anfitriona, fue una mujer super simpática y con muchas ganas de ayudar. Nos enseñó la habitación, con baño y entrada privada, incluso con uso de cocina, que estaba muy bien. Dejamos las maletas y cargados de mapas y consejos de Janet, decidimos ir a ver el atardecer en la zona de Spanish Banks y Kitsilano Beach.
Foto de Vancouver con el Harbour Centre de fondo:
Foto de coche en Kitsilano:
A la altura de Kitsilano seguimos por la carretera casi paralela al mar hasta Spanish Banks. El camino tenía buena pinta, todo parques y zonas de entretenimiento junto al mar.
Spanish Banks Beach resultó ser una playa enorme y tranquila, con ambiente de familias y grupos de amigos y, sobre todo, con una vista excepcional del skyline del downtown de Vancouver. Resultaban curiosos, y sobre todo cómodos, los grandes troncos que en dos hileras recorren la playa.
Un paseo tranquilo por la arena fue lo que necesitábamos después de tantas horas de coche.
Foto del skyline desde Spanish Banks:
Fotos del atardecer en Spanish Banks:
Volvimos al coche para acercarnos a Kitsilano Beach, o Kits, para los amigos
, una de las 10 mejores playas de ciudad del mundo, o así la publicitan.Fotos del anochecer en Kitsilano Beach:
Eran las 21:30 y estábamos agotados, así que renunciamos a cenar por allí como era la idea inicial y nos fuimos al alojamiento a cenar algo y..... dormir!!!.....
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