Esta mañana nada de Starbucks y de gastarnos una millonada en desayunar; nos vamos a los locales de debajo del hostal y picoteamos unos sandwiches con café en la calle. Mucho más económico y más de integrarnos con el ambiente...
Nos vamos dirección a Central para subir al edificio del Banco de China, al que se puede subir al mirador gratuito de la planta 43.
La verdad es que nos liamos con el edificio y a pesar de ser el más representativo de HK, creíamos que el Banco de China era el edificio del Two Internacional Centre. Así que vamos en dirección de este último. Esta confusión nos hizo conocer el intríngulis de pasos elevados que conectan calles, plazas y edificios entre si, es alucinante; esta ciudad tiene varios niveles! La de gente que hay por aquí.
Ya una vez centrados con el edificio correcto, entramos en el lobby y nos piden que nos identifiquemos con el pasaporte (no olvidarlo) y nos dan una tarjeta de acceso; nos indican por donde debemos entrar al ascensor de subida. Por supuesto las vistas de lujo. Es curioso ver la maqueta que en este mirador en la que se puede ver como era el proyecto y como actualmente le han ido comiendo terreno al mar.
Desde aquí nos acercamos a comprar unas cosas al mercado de St Graham que habíamos visto el día anterior.
Y cogemos un tranvía que nos deje cerca del HK Convention and Exhibition Centre. En el edificio solo había gente en la entrada porque después dentro estaba vacío. Habíamos leído que las vistas hacia Kowloon eran espectaculares; y si que son chulas pero no como para perder el tiempo si no se tiene mucho. Personalmente no recomiendo esta visita.
Desde aquí volvemos a Central a la estación de buses. Cogemos el nº 6 para ir a Stanley. En todo momento utilizamos la tarjeta Octopus para pagar los buses. Conseguimos ir en el piso de arriba en la primera fila y la verdad es que el trayecto impresiona; como también impresionan la burrada de edificios que tienen construidos en el medio del monte. Es que no respetan nada!
El viaje es interesante. Llegamos a Stanley y como ya es la hora de comer, lo hacemos en las terrazas del “paseo marítimo”. Y en el pueblo a parte de ver el mercado poco más se puede hacer. Un poco decepcionante.
Cogemos otro bus, creo recordar que el 63, a Aberdeen. Preguntamos y más o menos paramos en el centro. Lo único a destacar de este pueblo es la zona del puerto, pero tampoco es que nos diga mucho, así que nos volvemos a HK en el bus 70.
Nos acercamos a Avenue of the Stars, para ver el espectáculo de luces y sonido. Como es una buena turistada, el sitio está hasta la bandera. El espectáculo normalito…pero merece la pena verlo, básicamente porque desde aquí las vistas de HK son el verdadero espectáculo.
Nos volvemos a Temple de nuevo a cenar y al hotel.
El día no ha sido malo, pero ni Stanley ni Aberdeen nos han gustado. Si no se tiene tiempo no perdería tiempo en verlos.