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Empieza amanecer en Venecia y allí vamos cámara en mano para fotografiar todo aquello que podamos.
Nos encontramos con muy poquita gente, cosa que hace todavia mucho más interesante el haber madrugado.
El sol asoma y decidimos volver al hotel para ducharnos, desayunar y a la salida del vaporetto que nos llevara a Burano.
A las 10:00 horas aproximadamente cogemos el vaporetto de la Línea LN la cual realiza el trayecto entre la Plaza de San Marcos, Burano y Murano, pasando por Lido. Es un trayecto de unos 40 minutos aproximadamente y el precio del billete si no recuerdo mal me parece que estaba alrededor de los 10€ por persona.
Fotografiando del el vaporetto.
Burano es una de las islas del archipiélago de la Laguna Veneciana.
Se encuentra situada al norte de la laguna, muy cercana a Torcello, y es conocida por la producción de encaje de hilo. La isla, con más de 4.000 habitantes posee un inclinado campanario que se ve desde la lejanía.
Turísticamente hablando, Burano es famosa por sus casitas de colores. Los vecinos están obligados a pintar sus fachadas cada poco tiempo. Existe la leyenda de que las casas son de colores porque los marineros las pintaban así para poder llegar hasta ellas los días de niebla.
Al llegar al pueblo me quede con la boca abierta, no es que sea grande porque no lo es, pero tiene un encanto especial. La isla para recorrerla a pie con dos horitas hay mas que suficiente para verla bien.
Aparte de las fachadas de las casas que cada una es de un color diferente, el pueblo tiene como interes el campanario, que esta ligeramente inclinado. Por lo demas el pueblo no tiene nada mas de interes.
Tiene alguna que otra tienda de souvenirs, pero con poquita cosa.
Fotografia a los reflejos de las casas en el canal.
El pueblo tiene alguna que otra calle estrechita por donde pasear.
Una vez recorrimos la isla de Burano dos veces, es que es muy pequeñita, nos fuimos a esperar al vaporetto para que nos llevase a Murano.
Murano es la isla más grande de la Laguna Veneciana por detrás de Venecia. La población de la isla ronda los 30.000 habitantes.
La Isla de Murano es mundialmente conocida por su cristal. Al ser el cristal es el principal negocio de la isla, lo normal es que por las calles os ofrezcan visitar alguna de las múltiples fábricas de cristal para ver como se sopla el vidrio. Después de la demostración, como ya supondréis, tendréis que pasar por la tienda por si casualmente queréis comprar algo.
Murano no es sólo la isla del vidrio, sino que allí también se encuentra una de las iglesias más antiguas de la laguna: la Basílica de Santa María y San Donato.
La isla en si no tiene nada, sobre mi punto de vista, esta todo de cara a las figuras de cristal de Murano. Que por muy pequeñita que sea la figura te cuesta un ojo de la cara. Incrédulos de nosotros que vimos una figura que nos gusto y entramos en la tienda para quedarnosla y cuando nos dijo lo que valia un poco mas y no esperamos ni el vaporetto para que nos llevase a Venecia. Como se puede llegar a pedir 7500€ por una figurita de cristal de menos de 25 cm. Menos mal que no le di la targeta para que se cobrase sin haberle preguntado lo que valia, bueno me hubiese dado cuenta ya que no se hubiese realizado la compra por falta de fondos. jajajajja
Aprovechando que ya era la hora de comer nos metimos en un restaurante que hay en el canal principal, y la verdad que comimos bastante bien, pero fue caro de cojones para lo que comimos. Dos ensaladas, dos platos de pasta, unas cervezas, postre y cafes me parece que nos sablearon unos 55€ sino recuerdo mal.
Asi que una vez comimos volvimos a coger el vaporetto y dirección a Venecia.
Nos bajamos en la parada de Arsenale y dando una vuelta, ya que teniamos casi toda la tarde, fuimos hasta el Sur-Este dirección Isola Di Santa Elena.
Esta zona tiene unos jardines que para pasar la tarde estan geniales, y encima era el Festival de Cine de Venecia.
Fuimos haciendo tiempo hasta que llego el atardecer, donde habiamos cogido un puesto de privilegiados.
De aqui nos fuimos a cenar a la misma pizzeria de la noche anterior y luego nos fuimos a tomar unas copas en la Piazza San Marco.
A la mañana siguiente teniamos el viaje de vuelta hacia Barcelona, despidiendonos de esta tal y como nos recibio.... comiendo en el hotel Locanda Vivaldi.
Y como dije en la introdución según los cálculos deben faltar siglos. Pero aun así, antes de que Venecia se sumerja como una Atlántida más moderna, algunas imágenes se empecinan en volver, una y otra vez: sentirse un extra de la película "Venecia rojo shocking", así, con los ojos alucinados y aferrado al pasamanos del vaporetto que recorre el Gran Canal; pagar el café más caro del mundo, sólo por tener el privilegio de tomarlo sentado entre la bruma de piazza San Marcos; escuchar el silencio suspendido en una plaza seca del Ghetto; sacarte las ganas de una foto con una máscara de carnaval o junto a un maniquí vestido con traje de seda; atravesar el Puente de los Suspiros y hasta soportar durante dos horas que traten de venderte piezas de cristal de Murano que cuestan miles de euros y nunca comprarías.
Lo siento: algunas frases hechas son ciertas. Venecia es un sueño y no hay estadística que pueda borrarla.
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