Despertamos y desayunamos en la zona común. Al hacer el check out reservamos los dos días del final del viaje que íbamos a estar en Atenas. Lo habíamos hablado el día anterior, nos gustaba el hotel. Nos ofrecieron una cuádruple a muy buen precio.
Nada mas pisar la calle nos envolvió un olor a especia al más puro estilo zoco oriental. Y casi no se podía ni andar por la acera de lo concurrida que estaba.
Hoy la parada de metro de Monastiraki ya estaba operativa y pudimos coger el tren al aeropuerto. Otros 7 euros por persona el desplazamiento. Al presentarnos en la oficina de Hertz puntuales – porque si no te penalizan – hicimos el trámite de contratar el seguro, dar de alta un segundo conductor y por supuesto pagar. Aún así me dieron a firmar un cheque en blanco del que no me habían dicho nada en las explicaciones de su call center lo que no me gustó nada, y menos aún a mi chica que sentenció: “jamás se firma un cheque en blanco”. El trabajador muy serio me explicó que era parte del trámite, que a la devolución del vehiculo se devolvía al cliente. Nos entró tal paranoia que hasta hicimos un video de cómo lo firmaba para que se viera que estaba en blanco..
Fuimos a la zona del aparcamiento y seguimos dando rienda suelta a nuestra locura y echamos fotos a todos los raspones del vehiculo. Como en el parte no tenía foto de dónde presentaba los daños el coche le pregunté al tipo que “why?”. Contestación aceptable, como el vehiculo lleva todo el exterior asegurado nos daba igual lo que hubiese porque en el caso de que nosotros le hiciéramos algo estaría cubierto y tampoco lo iban a mirar ni valorar a la entrega. Conectamos el GPS y … “gire a la derecha en 300 mts”, ¡ya teníamos rumbo marcado! destino Kalambaka
DESPLAZAMIENTO:
Aeropuerto Atenas – Lamia (termópilas): Autopista A1-E75 – 231 km – 2 horas.
Lamia – Trikala: provincial E65. 200km – 3h30min (con parada)
Trikala – Kalambaka: provincial E92 21km – 30 minutos
El primer trayecto es por autopista, donde se van pagando pequeñas tasas por tramos, que hasta Lamia suman 12,50 euros. Se tarde en recorrer mas o menos dos horas, siendo un lugar perfecto para parar a estirar las piernas y almorzar/comer el desfiladero de las termópilas. El desvío se marca en la autopista, 10 km antes de llegar a Lamia y paras justo “al lado”.
En la misma entrada estaba Leónidas con su guardia personal reconstruyendo el muro, esperando a los persas y comiendo su incomible comida espartana. Como las chicas no lo conocían se lo presenté y les conté un poco lo que estaban haciendo allí. Confirmaron que los cuadraditos son de verdad. Unos turistas que pararon no tuvieron agallas para acercarse al campamento. Los barcos de Jerjes ya se veían acercarse desde la misma costa que no esta a mas de 100 mts del lugar así que le pedí un autógrafo a Leónidas y fuimos recogiendo el almuerzo no nos fuera a coger a nosotros el combate.
El siguiente tramo de carretera de Lamia – Trikala ya es carretera convencional y cruza dos puertos de montaña, uno de 100 y otro de 600mts. Los pasamos con lluvia y nieve haciéndose el tramo bastante cansado. Podéis considerar el tramo alternativo que sugiere la trotamundos y que Google ofrece como segunda opción al trayecto: seguir la A1 hasta Larissa y de allí a Trikala por la E92, mejor carretera, más kilómetro y más tiempo.
Paramos en Domokos y Karditsa donde se cruzó un Carrefour en el camino para hacer la compra de los siguientes días. Pensamos también en prepararnos unos bocadillos pero la verdad que apetecía algo caliente. En un pequeño puesto paramos y comimos un kebab en plato que nos supo a gloria.
Quedaba el último tramo de la etapa que a pesar de la lluvia y los camiones, agradecimos que fuese todo recto y llano. Al llegar a Kalambaka daban justas las 6 horas desde que habíamos salido del aeropuerto. Nuestra primera opción de alojamiento – también sugerido en la trotamundos – era un hotel familiar a pies de los montes:
HOTEL METEORA.
Habitación cuádruple (2 dobles) con baño: 75 euros. Nos bajó 10 euros por no querer el desayuno, pues ya habíamos comprado todo lo necesario. Como la lluvia no paraba, descansamos y preparamos los bocadillos de atún de cena, salimos por los alrededores para confirmar que el pueblo en si no ofrece ningún atractivo turístico y volvimos al hotel sin ni siquiera poder ver el monte que teníamos al lado por la niebla.
Antes de acostarnos rezamos a los dioses y les hicimos en la terracita una pequeña ofrenda pidiendo a Eolos, hijo de Poseidón, que tuviese a bien mandar esa noche los vientos de céfiro para retirar las nieblas de su hermano Cecias. Para el tema este de las ofrendas existe un tutorial en la wikipedia, es importante saber en cada situación y por cada propósito a conseguir hacer las ofrendas adecuadas al Dios correcto.
Al despertar fue lo primero que hicimos, abrir la ventana. Y estaba la cosa ahí ahí, algo de niebla pero “¡se ve la montaña!” Tras desayunar cargamos de nuevo el coche y a la carretera, el dueño insistió en invitarnos a un café. Dirección Kastraki empieza la carretera que sube a los monasterios, perfectamente asfaltada y sin ningún riesgo para la conducción aun con niebla, cosa que no esperábamos y como conductor agradecí mucho.
El primer monasterio que aparece en el camino es el monasterio de Rusanos , el único de monjas. Entrar nos costó 2 euros y las chicas se tuvieron que poner falda. Para mi no era obligatoria pero me la puse también.
En el exterior se pueden hacer fotos pero no una vez en la capilla ni las partes de sus aposentos que son visibles en el camino. En la tienda venden objetos artesanales hechos por ellas, postales y demás souvenirs. De vuelta en el coche la niebla comenzó a bajar mucho y se espesó el ambiente.
Tanto que cuando llegamos al Monasterio de Valaam ya no veíamos a dos palmos y además llovía. También cuesta 2euros entrar pero no pagamos porque no había nadie en la puerta.
Siguiendo el camino hacia el Gran Meteoro paramos en un mirador donde niebla nos dio la última tregua. De hecho vimos como la niebla cubría completamente la poca visión que teníamos hasta dejar todo completamente gris. La noche anterior no habíamos hecho la ofrenda al dios adecuado seguro, cosa normal entre los novatos como nosotros. Almorzamos y viendo que la cosa no mejoraba sobre la 1 reconfiguramos el GPS y nos pusimos de nuevo en ruta. Próximo destino: Delfos.