El plan del día sería salir temprano hacia el Death Valley para que no nos pillaran las horas de máximo calor, y seguir hasta Mammoth Lakes, donde pasaríamos la noche. Nuestra idea era estar relajados en Mammoth Lakes, ver el pueblito esa tarde, ver alguna cosilla más al día siguiente, y luego salir a Yosemite temprano. No teníamos demasiadas expectativas puestas en este día: ni por DV, que lo habíamos incluido en la ruta simplemente porque nos cogía de paso, ni en Mammoth Lakes, que lo habíamos elegido para no hacer de un tirón el trayecto hasta Yosemite. Pues cómo nos equivocamos! Para mi fueron una grata sorpresa los dos sitios, y dos de los puntos del viaje que más me gustaron.
Desayunamos gracias a nuestras reservas de la neverita de corcho, que desde hacía días ya empezaba a filtrar el agua derretida del hielo, y salimos hacia DV tras una parada en el pueblo (parecía fantasma, por cierto, porque no había NADIE) para comprar algunas botellas de agua. Teníamos el depósito lleno y el maletero a tope de botellines de agua fría. Crema solar puesta, gorros, coche revisado el día anterior, etc. Vamos, preparados para la aventura!
Ya desde primera hora del día hacía un calor abrasador. Cogimos la 374 hacia la entrada este del parque, atravesando una laaarga recta sin nada alrededor más que piedra y tierra. A fondo se veían las montañas que debíamos atravesar para entrar en el valle. A pesar de que no había nada, ya me pareció bonito. Como un mundo a parte, sin nadie. En EEUU no es que te cruces con demasiados coches cuando sales de las grandes ciudades o de las principales carreteras, pero en este caso era exagerado. No nos cruzamos con un coche tras mucho rato de carretera. Tras cruzar las montañas apareció ante nuestros ojos la inmensidad del Valle de la Muerte, con las montañas que deberíamos atravesar para salir a lo lejos dimufinadas.
Cogimos un desvío a la izquierda para ir al Furnace Creek Visitor Center para que nos dieran un mapa del parque y nos recomendaran qué cosas podíamos ver con poco tiempo, ya que no queríamos estar allí más de un par de horas para no coger las horas de máximo calor.
No sé si por el efecto del calor, del paisaje, o de qué, el caso es que me parecía que avanzábamos por la carretera y no llegábamos a ningún sitio. Se me hizo eterno desde que cogimos el desvío a la izquierda hasta que llegamos al centro de visitantes. Tuvimos que mirar varias veces un “mapa” que habíamos sacado de internet para comprobar que no nos habíamos equivocado. Finalmente llegamos, nos pidieron el Anual Pass (si no se pasa por el centro de visitantes, nadie lo pide) y nos recomendaron seguir hacia el sur para tomar el desvío de la derecha hacia Badwater y ver a la vuelta la carretera escénica Artist’s Drive, con el Artist Palette y luego ir hacia Zabriskie Point y Dante’s View. Ya hacia la salida del parque, podríamos parar en las dunas Mesquite Flat Sand Dunes, sin necesidad de desviarnos.
Ya a las 10 de la mañana hacía un calor de 48 grados. Tremendo agobio! No me fijé a cuantos grados estábamos cuando llegamos a Badwater Basin, pero seguro que a varios más. Se trata de una llanura de sal, a -85.5 metros, el punto más bajo de Norteamérica. Las pocas veces que llueve en este desierto, se puede formar un lago en esta zona. En algunos puntos había agujeros de un palmo de profundidad donde aparecía agua.
A la vuelta tomamos el desvío para Artist’s Drive, un tramo de 9 millas unidireccional. No se tarda en llegar a la Paleta del Artista, un punto multicolor que se recomienda fotografiar con la luz del atardecer. Es precioso incluso a plena luz del día. Y la carretera Artist’s Drive también, entre colinas de colores amarillo-verdosos. Lo disfrutamos mucho.
Al final decidimos no ir a Dante’s View. El tiempo se nos pasó muy rápido y cada vez hacía más calor. Fuimos a ver las dunas y nos pusimos en camino hacia Mammoth Lakes.
Quiero comentar algo que seguramente sea demasiado obvio, pero lo hago por si acaso. Si vais a ir hacia el norte (o hacia el sur, es lo mismo), como era nuestro caso, comprobad si la ruta que os dice el GPS es por dentro o por fuera del parque, sobre todo en un día de tanto calor. Puede ser que por ahorrarse unos minutos, el GPS elija la ruta más corta hacia vuestro destino y tal vez esa ruta sea por las carreteras del valle. Aseguraos de salir del parque primero, si no tenéis intención de ver nada más.
Esta vez nuestro GPS se portó bien, y eligió la carretera correcta. Subiendo por las montañas, pudimos ver con alivio cómo la temperatura bajaba un poco (de 48 a 46, tampoco ninguna maravilla). Pero entonces vimos un cartel que decía que en las siguientes 20 millas (creo), había que apagar el aire acondicionado para evitar un sobrecalentamiento del coche. Estamos locos??? El caso es que lo hicimos, por si acaso. Pero 20 millas por carreteras de montaña y con la velocidad a paso de tortuga se hacen muuuuy largas. Y hacía muuucho calor. Así que al cabo de un rato pusimos el aire bajito porque nos abrasábamos. Pues de repente el coche empezó a hacer cosas rarísimas! Pensamos que quizás se estaba calentando, y nos volvimos locos buscando el indicador de la temperatura. ¿Pero dónde estaba? Seremos tontos, tanto rollo con revisar el coche, y a nadie se le ocurrió mirar dónde demonios se mira la temperatura del coche!!! Pues no lo encontramos! ¿Qué es lo peor que puede pasar? pues que se nos estropee el coche aquí, con un calor abrasador, y encima por aquí no pasa ni Perry…. ¿Qué hacemos?
Por suerte, tras varias tonterías más que nos hizo el dichoso coche, al final la temperatura bajó otro poco, y terminamos por atravesar las malditas 20 millas… Y nuestro coche siguió luego tan normal! Fue un pequeño susto, que le añadió un poco de emoción a la ruta.
Almorzamos en Lone Pine una deliciosa y casera comida mexicana. Y ya con fuerzas y bien hidratados, seguimos hacia Mammoth Lakes.