Km etapa: 470 Km
Se nos presentaba un día con muchos kilómetros por delante así que en principio, sólo pensábamos dar una vuela rapidita por Toulouse en coche. La ciudad estaba en obras, y el GPS se desorientó completamente. Finalmente conseguimos llegar a la plaza du Capitole… con sorpresa incluida: la calle acababa en un parking subterráneo, sin posibilidad de dar la vuelta. Así que tras aparcar el coche, subimos a la plaza a visitar Toulouse: fue toda una sorpresa, nos encantó lo poco que vimos de la ciudad.
Después de esta visita, nos dirigimos hasta la basílica de St.Sernin por la Rue du Taur. Se cree que es la iglesia de estilo románica más grande de Europa.
Volvemos por la misma calle y descubrimos una placa. Curiosidades que nos encontramos en los viajes.
Decidimos poner fin a nuestra inesperada visita a Toulouse, y nos dirigimos hacia Cahors. Es una ciudad bastante animada y turística, cuyo principal atractivo es el famoso Pont Valentré.
Nuestros siguientes destinos eran Domme y La Roque-Gageac (de la famosa lista de “Les Plus Beaux Villages de France”), a escasos kilómetros uno del otro. Ambos son pueblos preciosos, pero atestados de gente por lo que no nos bajamos en ninguno de ellos. Personalmente fueron la decepción del día; más que pueblos, son destinos turísticos, explotados como tal y llenos hasta reventar de gente (fue la única carretera comarcal en la que nos encontramos atascos de todo el viaje). Como lado positivo, he de decir que el entorno es precioso.
El siguiente y último objetivo del día era Collongues la Rouge. Llegamos sobre las 7 de la tarde, y dejamos el coche en un parking cerca de la entrada del pueblo (no hay alternativa, se nota que esto de los pueblos más bellos lo explotan a tope). A excepción de los restaurantes, todos los comercios estaban cerrados (incluso la oficina de turismo). Había gente paseando, pero sin llegar ni de lejos a la aglomeración de los dos pueblos anteriores (quizás por la hora tan “tarde” a la que llegamos). El pueblo es precioso, con todos sus edificios de piedra roja y repleto de flores. Se nota que cuidan hasta el último detalle para que nada desentone con el ambiente.
No recuerdo bien el motivo (creo que por llegar después de las 19:00h), pero no tuvimos que pagar el parking.
Era tarde y todavía teníamos que llegar a Limoges. Así que decidimos coger la carretera de peaje desde Brive La Gallairde para no llegar tarde al hotel. Aunque la carretera estaba marcada en el mapa como peaje y el GPS la reconocía como tal, no nos encontramos ningún control para pagar (nos sucedió varias veces en el viaje).
Por fin llegamos a Limoges, hoy nos quedamos en el Formule 1. Como eran casi las 10 de la noche, no había nadie en recepción, así que fuimos a la máquina automática que está en el exterior del hotel. Su uso es muy sencillo: tras seleccionar el idioma, te pide el número de reserva. Cuando confirmas que todos los datos son correctos, pagas con la tarjeta y del cajero sale un ticket con las habitaciones y los códigos para entrar en ellas. Si quieres factura, se la pides al recepcionista al día siguiente.