Madrugón a las 5 am, para ver la salida del sol desde Mather Point, otra vez extasiándonos con el paisaje, te quedarías horas y horas, pero hay que seguir y fuimos a desayunar, para dirigirnos hacia el aeropuerto de Gran Canyon pues teníamos la reserva del vuelo en Helicoptero, la compañía es papillon, nos pesaron para distribuirnos y después de una pequeña espera, subimos al helicóptero, el piloto hablaba español y nos pusieron música y la locución en español, primero sobrevolamos un bosque inmenso para después llegar al cañón, una grieta de dos kilómetros de profundidad con sus múltiples colores y climas, por una zona boscosa y otra desértica, entre el paisaje , la música y la emoción, se te hacia un nudo en el cuello, pensar que estas allí, después de tanto ansiarlo no se puede describir.
Una vez de vuelta a tierra firme, pusimos ruta hacia los miradores varios, incluido el Desert View, donde esta una tienda de Navajos, donde están las artesanías mejor de precio, vistas múltiples y una vez acabado, rumbo a Monument Valley, que hay un trecho largo en coche, además pillamos una obras para redondearlo. La llegada a Monument Valley, la hemos visto en tantas películas que parece que ya hayas estado, es también una pasada, aquí no sirve el anual pass por lo que hay que pagar, entras con tu coche al recorrido muy bien marcado, y además como te dan un plano no tiene perdida, que decir de Monument Valley, pues también es más grande que lo que imaginas, y los paisajes son una maravilla, la tierra roja erosionada, parece hecho con arcilla, el recorrido depende de cada uno son unas dos o tres horas, aprovechando ver también la puesta de sol en el Oeste Americano, de nuestras películas de infancia. Nos dirigimos a Mexican Hat para cenar y dormir, solo hay un restaurante que es una barbacoa de carne o sea que no hay muchas opciones para elegir.
Una vez de vuelta a tierra firme, pusimos ruta hacia los miradores varios, incluido el Desert View, donde esta una tienda de Navajos, donde están las artesanías mejor de precio, vistas múltiples y una vez acabado, rumbo a Monument Valley, que hay un trecho largo en coche, además pillamos una obras para redondearlo. La llegada a Monument Valley, la hemos visto en tantas películas que parece que ya hayas estado, es también una pasada, aquí no sirve el anual pass por lo que hay que pagar, entras con tu coche al recorrido muy bien marcado, y además como te dan un plano no tiene perdida, que decir de Monument Valley, pues también es más grande que lo que imaginas, y los paisajes son una maravilla, la tierra roja erosionada, parece hecho con arcilla, el recorrido depende de cada uno son unas dos o tres horas, aprovechando ver también la puesta de sol en el Oeste Americano, de nuestras películas de infancia. Nos dirigimos a Mexican Hat para cenar y dormir, solo hay un restaurante que es una barbacoa de carne o sea que no hay muchas opciones para elegir.