Nos levantamos a las 8:30, desayunamos en la misma cafetería de ayer y vamos a coger el metro para ir al mercado más grande de Bangkok, el mercado de Chatuchak.
El metro te deja en una esquina del mercado, así que no hay pérdida.
El mercado no es grande, es enorme!!! No hay demasiada gente. Nos sorprende que, al contrario que en otras ciudades como Estambul, Marrakech o en India, los vendedores no son nada pesados. De hecho, no te dicen nada.
Compramos alguna cosilla. Hay puestos donde se regatea y otros con precio fijo. Todo es muy barato. Otra cosa es la calidad, que seguramente en algunos puestos sea discutible.
Tomamos algo en una terraza dentro del mercado. Damos otra vuelta y buscamos un sitio para comer en el mercado. Entramos en uno. En realidad son una especie de puestos grandes con terraza cubierta, más que un restaurante. Comemos pad thai y brochetas de pollo con salsa. Está bastante bueno y no es caro.
Compramos un café en un puesto y damos un último paseo. Ahora sí que hay gente. Mucha más que cuando llegamos.
El mercado está bastante limpio y bien organizado. Hay una zona de mascotas pero es tan grande que después de varias horas no lo encontramos, aunque tampoco es que tengamos mucho interés en ver esa zona.
Sobre las 16 cogemos el metro y vamos a Chinatown. Es como todas las Chinatown del mundo. Un montón de callejuelas con puestos de comida y olores "peculiares". En uno de los mercados hay muchos gatos así que sospechamos que no veremos muchas ratas.
Vemos un templo muy bonito pero por fuera porque aquí casi todo cierra a las 17.
A mitad del paseo empieza a llover. Los últimos 5 minutos antes de llegar a la parada de metro se pone a jarrear. A pesar de que llevamos chubasquero llegamos calados. Lo peor es que el metro tiene el aire acondicionado a tope así que, entre la sudada por la humedad que hace y la caladura, nos quedamos helados.
Pasamos por el hotel y luego vamos a tomar algo a un par de terrazas. Tanto en los bares como por la calle ves a un montón de señores de 60 y tantos años con chicas tailandesas jovencitas. La verdad es que da grima pero se ven tantos que llega un momento en que ni te fijas.
Cenamos en la misma terraza de estas noches. Sigue lloviendo pero la terraza está cubierta así que se está muy bien. Cenamos en el mejicano. Hay música en directo y bastante gente.
Sobre las 23 nos vamos al hotel.