Nos levantamos a las 07:30h con mucha pereza; mi novia todavía veía las caras del templo Bayón jaja… no me extraña, había figuras en las habitaciones…
Tras un desayuno buffet en el hotel, a las 8h en punto nos estaba esperando nuestro inseparable amigo “Phally” dispuesto a enseñar los bellos rincones de Camboya. Este día dedicaríamos a conocer el remoto y salvaje templo de Beng Mealea y el pueblo flotante Kompong Khleang..
Así pues a las 8h nos montamos en el coche. Si, hoy toca el trayecto en coche con aire acondicionado ya que Beng Mealea queda a unos 70 km e ir en tuk tuk sería un poco paliza. Durante el camino Phally nos puso música camboyana y mantuvimos una buena charla amistosa sobre todos nosotros.
Nos contaba como a los 12 años tuvo que dejar la escuela para trabajar y dar de comer a la familia y nos contó sus inicios en el mundo laboral, sobre la política, sistema, policía corrupta…. Tiene 2 hijos y nos dijo que todo lo que estaba ganando iba a dedicar al futuro de sus hijos, con objetivo de llevar a la universidad. Vivían toda su familia en un piso compartido para ahorrar gastos y la verdad cada detalle que nos decía de su vida nos llenaba cada vez más y más que un simple conductor le veíamos como un buen amigo dispuesto a ayudar en lo que se podía.
Como curiosidad, nos saludaba en nuestra lengua materna “euskera” y aprendió algunas palabras sueltas como hola/kaixo, si/bai, vamos/goazen , bonito/polita… jjeje qué jefe!!!
La verdad se esforzaba mucho intentando explicar todo en castellano pero lo lograba cada vez con más facilidad. Si le faltaba alguna palabra me decía en inglés y yo le apuntaba la traducción en su cuaderno… ya os digo que siempre estaba, en los ratos libre que le dejábamos, con su pequeño libro de inglés, algún libro de historia, grámatica… siempre aprendiendo.
Como conductor he de decir que es muy tranquilo, muy seguro. No le gusta ir rápido y evita cualquier maniobra imprevista. Tanto en tuk tuk o en coche no tuvimos ningún problema en este sentido. Su coche dispone de aire acondicionado, lo que se agradece enormemente y aunque no sea guía (en un futuro quería serlo ya que estaba aprendiendo toda la historia de Camboya y Angkor) proporciona a sus clientes sin coste alguno para esos días, el libro "Los tesoros de Angkor" de Marilia Albanese. Con este libro se pueden hacer perfectamente todas las visitas a los templos de Angkor sin necesidad de contratar guía, solo con conductor de tuk-tuk
Así pues el camino fue muy ameno… distraídos por la visión de la vida cotidiana de los camboyanos (campos de arroz, aldeas, puestos de fruta, gente que fabricaba artesanalmente bambú cake, los sonrientes niños al borde del camino dispuesto siempre a saludar, diversos talleres…) pronto llegamos a la entrada del templo Beng Mealea.
Cerca de la pasarela que da acceso al templo, hay una oficina donde es necesario pagar una entrada de 5$ para poder entrar, no está incluido dentro de los templos que se pueden ver en Angkor con la entrada de tres días.
El templo de Beng Mealea fue construido por Suryavarman II y es fiel reflejo de los templos de Angkor. Estar en este lugar es lo más parecido a protagonizar una película de Indiana Jones. Está tal como se encontró, sin restaurar. Las piedras del templo aparecen desperdigadas por la selva y tapizadas de musgo y líquenes que le dan un color verde brillante muy bonito. La selva se ha comido el templo, sus paredes están totalmente enmarañadas por las ramas de los árboles, las enredaderas y las enormes hiedras. Es posible meterte dentro de lo más profundo del templo e inspeccionar cada uno de los recovecos del lugar.
Una mujer nos hizo de guía. Prácticamente se acoplan sin decir o pedirle nada e intentan hacerte un recorrido por el templo enseñando lo más interesante para que luego recibir algo de dinero como compensación. A nosotros nos acompañó una madre con sus 3 hijas, cada cual más dulce y agradable, y al final interactuamos con ellas y les dimos un poco de dinero en Riel y 1 ChupaChups a cada una; jeje hasta arrancamos una sonrisa a la madre. En los templos de Angkor hay niños que se ponen un poco pesados para venderte algo y aquí no encontramos nada similar.
Al ir tan temprano encontramos menos de 8 turistas y la sensación que tuvimos estar solos explorando el templo fue de lo más. Subimos a cualquier parte del templo a “investigar” cualquier rinconcito; dicen que bajo los grandes bloques de piedra hay serpientes… jaja por suerte nosotros no encontramos ninguna.
A nuestro entender es una visita imprescindible, fantástica. Fue el que más nos gustó de todos los que habíamos visitado en nuestro viaje. Sin duda merece la pena recorrer el largo trayecto desde Siem Reap pero eso sí, hay que visitar a primera hora del día, sin turistas.
Tras hacernos una foto de recuerdo con su familia:
Fuimos en coche a conocer el pueblo flotante de Kompong Khleang, al borde del lago Tonle Sap; el más importante de Camboya. Este pueblo es mucho menos turístico que muchos otros y en las 3 horas que pasamos allí no vimos ningún turista. Es más, una habitante del pueblo hablaba en inglés y nos dijo que apenas vienen turistas en época seca con lo que nuestra presencia iba a ser muy bien recibida. Y así ocurrió.
En esta época, final de la temporada seca, las casas de Kompong Khleang muestran los pantalones bajos y sus piernas desnudas, que alcanzan en algunos casos, a los 8 metros de altura. Es lo que necesitan despegarse del suelo para mantenerse secos en la temporada de lluvias, entre junio y octubre, cuando el nivel de agua alcanza el punto más alto. En esta temporada las calles quedan inundadas y la gente se tiene que mover en barcas. Qué difícil tiene que ser vivir de esa forma.
Al ser temporada baja para los turistas, uno puede caminar por la pista de tierra y poder tener contacto directo con los habitantes y conocer de primera persona como se las apañan y trabajan la madera para alguna reforma de su casa o barco de cara a la inminente crecida.
Nuestro amigo conductor nos dejó al final del pueblo y nos esperaría 3 horas más tarde en la entrada del pueblo. Según bajamos del vehículo, una decena de niños curiosos se nos vinieron encima… todos sonrientes dispuestos a saber quiénes éramos.
Alejarse de la tierra representa un gran esfuerzo, no solo estructural sino también físico, tener que subir y bajar escaleras empinadas durante varios meses para poder entrar a casa.
Recorrimos el pueblo a pie y según avanzábamos por la tierra rojiza nos aproximábamos al borde de las casas para ver la vida cotidiana de la gente.
Y qué decir sobre los niños! Todo el pueblo supo de nuestra presencia y los niños se nos acercaron corriendo con mucha curiosidad. Les dimos chupachups (tuvimos que comprar en Camboya ya que los nuestros volaron enseguida) y pasamos unos ratos muy agradables interactuando con los niños. Todos contentos. La sonrisa era imposible borrar de nuestros rostros.
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Con este niño jugué un poco a vaqueros, jejje. Era un encanto de niño:
Foto de grupo:
Esta niña era una preciosidad; una princesita llena de dulzura. Se nos acercó corriendo con mucha curiosidad y pasamos un rato muy agradable.
Tanto yo como mi novia no podíamos estar más felices. Habíamos vivido unas extraordinarias experiencias con gente humilde que nos acompañarán el resto de nuestras vidas.
Tras esta experiencia genial e inolvidable Phally nos esperaba en su coche. Siempre nos preguntaba qué tal había ido cualquier visita y antes de iniciarlo nos recomendaba qué y cómo hacer cada visita. Nos fue de gran ayuda. Gracias a él todo estaba saliendo pefecto.
De camino, comimos en un restaurante comida khmer y a las 16h ya estábamos en nuestro hotel “HanumanAyala” para irnos a bañar a la piscina. Pasamos un rato relajante; bueno, entre tanto hubo algunas aguadillas jaja .
Tras una buena ducha y con la energía recobrada fuimos a cenar en tuk tuk con Phally al restaurante Koulen, en Siem Reap.
www.tripadvisor.es/ ...vince.html
Phally se encargó de reservar mesa y nos asignaron en una buena posición para disfrutar de las danzas Este es un enorme restaurante que ofrecen cena buffet acompañado de un espectáculo musical y danzas tradicionales Apsaras de Camboya.
Nos gustó muchísimo. La comida era tanto nacional e internacional; por 12 $ se podía comer lo que quisiera. Bebida aparte. Eso sí, los platos buenos se acababan enseguida y tardaban lo suyo en reponer pero bueno, no tenemos ninguna queja. Fotos sacadas de web:
Había leído algunos comentarios negativos de que se pasaba calor en el restaurante pero a nosotros no nos pareció tanto. Desconozco si estaba encendido o no el aire acondicionado pero nosotros estuvimos frescos.
Disfrutamos de la comida y aún más de las danzas Apsaras. Se cree que este baile nació en los templos de Angkor alrededor del siglo IX. En los bajorrelieves de los templos de Angkor están representadas las apsaras. Se pueden ver en cualquier templo.
Según la mitología, las apsaras (o apsarás) eran seres sobrenaturales que se aparecían en forma de hermosas doncellas y bailaban al son de la música para entretener a los dioses y para rendir honores a los héroes caídos en las guerras.
La danza clásica Khmer o las danzas apsaras se caracterizan por usar el baile para contar una historia, un cuento, son por ello a veces movimientos similares a los que haría un mimo.
Cada posición de las manos simboliza una cosa diferente: una flor, un pájaro, una hoja...todo ello acompañado de un sutil y acompasado movimiento de pies. Cada figura expresa un signifacado diferente, una historia diferente y la bailarina tiene movimientos distintos dependiendo del papel que le haya tocado interpretar.
Pasamos 2 horas largas en el restaurante y a continuación fuimos a Pub Street y nos dimos un masaje en los pies, “foot massage”. Nos costó 1 $ por 15 minutos. Nos vino muy bien. La verdad todo el viaje estaba siendo muy intenso y se agradecía ese pequeño alivio. Los huesos de los dedos crujían de lo lindo…jeje. foto sacada de web:
Tras una copa regresamos al hotel dando por finalizada la visita a los templos. Iba a ser la última noche en Camboya. Al día siguiente visitaríamos los pueblos flotantes de Kompong Phluk y Chong Kneas y tomaríamos 2 vuelos para volver a Tailandia e ir a Koh Samui para disfrutar de sus playas.