Nos levantamos, no tan pronto como de costumbre cuando salimos de viaje ya que la noche anterior habíamos estado bailando hasta entrada la madrugada, pero el desayuno que nos esperaba nos dio fuerzas para empezar bien el año. Decidimos coger los trastos e irnos a dar una vuelta por Calatayud. Como era 1 de de enero, estaba todo cerrado, pero callejeamos la ciudad.

Nos pareció curiosa la Plaza de España, que tiene las casas “desencajadas” debido a los cimientos de la misma ciudad, creí entender.

De hecho, habíamos estado la noche anterior tomando las uvas en esa plaza, y no nos habíamos dado cuenta de la irregularidad de las fachadas.
Después decidimos subir hasta Bílbilis, para ver la ciudad romana. Un sitio interesantísimo – un poco abandonado... - en el que no encontramos a nadie. Desde allí se tienen unas vistas espectaculares de toda la ciudad también del valle.

Nuestra próxima parada sería Illueca. El pueblo no tiene gran cosa, pero fue un gran centro de operaciones.
