Hoy nos vamos de excursión a Heviz, que se encuentra muy cerca, a 6km, para pasar el día en el balneario. El lago termal de Heviz es el mayor de Europa y era conocido en época de los romanos por las propiedades curativas y terapeúticas de sus aguas.
En el exterior del recinto hay un pequeño párking para dejar el coche. Una vez dentro, sacamos el bono sencillo, que te da derecho a entrar en el recinto del lago y a utilizar los vestuarios, que son comunes, las duchas y las tumbonas. También ofrecen multitud de tratamientos que son de pago a parte. Ese día el agua está a 32ºC, ufff, no hay quien nos saque de allí.
Es conveniente llevar una colchoneta o flotador para apoyarse en él, ya por la temperatura del agua cuesta más de lo habitual flotar en ella. Las cuatro horas que estamos allí adentro nos pasan volando.
La tarde es idéntica a la de ayer, absoluto relax en la piscina y en el lago. Antes de que anochezca vamos caminando hacia la zona de bares que habíamos descubierto el día anterior en otra zona del Balatón. Está de lo más animada, hay un mercadillo, actuaciones callejeras, una banda que toca canciones tradicionales húngaras y cientos de puestos para comer.
La verdad es que todo tiene muy buena pinta, pero nosotros nos mantenemos fieles al Restaurante Pepi y para allá nos vamos a disfrutar de nuestra última cena, snifff, snifff. Hoy pedimos la parrillada especial, es un plato tan descomunal que no podemos acabarlo, ni pedir postre ni nada. Nos cuesta al cambio tan solo 16€.
Necesitamos dar un paseo después de esta comilona, pasamos por delante de un restaurante donde se está celebrando una boda y nos quedamos de piedra cuando escuchamos las canciones que están pinchando: Los Pajaritos de Mª Jesús, Aserejé de las Ketchup y, como no, la Macarena!!! Ya nos encontramos un poco mejor, así que nos ponemos en camino hacia la tienda.
En el exterior del recinto hay un pequeño párking para dejar el coche. Una vez dentro, sacamos el bono sencillo, que te da derecho a entrar en el recinto del lago y a utilizar los vestuarios, que son comunes, las duchas y las tumbonas. También ofrecen multitud de tratamientos que son de pago a parte. Ese día el agua está a 32ºC, ufff, no hay quien nos saque de allí.
Es conveniente llevar una colchoneta o flotador para apoyarse en él, ya por la temperatura del agua cuesta más de lo habitual flotar en ella. Las cuatro horas que estamos allí adentro nos pasan volando.
La tarde es idéntica a la de ayer, absoluto relax en la piscina y en el lago. Antes de que anochezca vamos caminando hacia la zona de bares que habíamos descubierto el día anterior en otra zona del Balatón. Está de lo más animada, hay un mercadillo, actuaciones callejeras, una banda que toca canciones tradicionales húngaras y cientos de puestos para comer.
La verdad es que todo tiene muy buena pinta, pero nosotros nos mantenemos fieles al Restaurante Pepi y para allá nos vamos a disfrutar de nuestra última cena, snifff, snifff. Hoy pedimos la parrillada especial, es un plato tan descomunal que no podemos acabarlo, ni pedir postre ni nada. Nos cuesta al cambio tan solo 16€.
Necesitamos dar un paseo después de esta comilona, pasamos por delante de un restaurante donde se está celebrando una boda y nos quedamos de piedra cuando escuchamos las canciones que están pinchando: Los Pajaritos de Mª Jesús, Aserejé de las Ketchup y, como no, la Macarena!!! Ya nos encontramos un poco mejor, así que nos ponemos en camino hacia la tienda.