El día que pasamos con los Elefantes y la gente de Patara (www.pataraelephantfarm.com/) fue una de las experiencias más bonitas que tuvimos en Chiang Mai y en el viaje. Estar en contacto tan directo con estos gigantes animales, ver el exquisito trato que tiene con ellos el personal de Patara y el entorno donde se encuentran nos encantó.
Solo poner un par de “pegas”, aunque no son pegas en realidad, sino porque quizá os pueda apetecer tomar otra opción (Baan Chang, Woody…): es con diferencia la más cara y puede que si no te gustan mucho los animales o les tengas miedo, cosa totalmente normal, se te haga un poco larga, porque estas prácticamente todo el día con ellos. Hay opciones más baratas en otras granjas y de solo medio día. Pero de verdad, Patara merece mucho la pena!
Datos prácticos:
Reservar en Patara: nosotros lo hicimos por email, en la página web podéis ver el correo y las instrucciones. Hay que escribir en inglés, ya que sino no os entenderán. Os recomendamos que reservéis con bastante antelación, ya que las plazas, como os contamos en la etapa anterior, son limitadas y si quereis ir a alguno de los centros más famosillos, os podéis quedar sin plaza. De hecho, estando allí, preguntamos por Baan Chang y Woody, porque en un momento pensamos que con medio día iba a ser suficiente, y no había plazas.
Un elefante para cada uno o uno para los dos?: si queréis ahorrar un poco, que fue lo que hicimos nosotros, tenéis la posibilidad de reservar un solo elefante para los dos (si vais en pareja). Leímos en los foros que quizá era peor, a la hora de ir montados en ellos, ir dos en un elefante, principalmente porque es más difícil agarrarse. Nosotros la verdad es que no tuvimos ningún problema, pero si es cierto que en algún momento pasas miedo, pero yo creo que igual que yendo solos, es parte de la emoción de ir subido en un animal de ese tamaño andando por sitios en los que sin ir montado también lo tendrías. Pero por otro lado, también nos gustó disfrutar juntos de todos los momentos del día.
Pero bueno, os lo comentamos para que sepáis que existe esa posibilidad.
Traslado: os recogerán en el Hotel y o dejaran en el hotel, así que no os preocupéis por eso.
Qué llevar: respecto a la ropa, en Patara por lo menos, os dan unos pantalones como los de los cuidadores y una especie de “poncho” para arriba, así que no os preocupéis mucho, ropa normal para un día de campo (yo estuve con el bañador todo el rato); los pantalones que os dan hasta que no montais en el elefante no hay que ponérselos, para montar si, es porque la piel es muy áspera. Tenéis que llevar un bañador debajo para cuando os metáis en el agua con los elefantes y, respecto al calzado, os recomiendo unas zapatillas de deporte, la piel de los elefantes es muy dura y os raspará cuando estéis montados, y unas chanclas en la mochila para cuando os metáis al rio, de las que se sujetan a ser posible, aunque sean mas feeeeeeas. Importante también: crema solar, anti-mosquitos, gafas de sol, ropa limpia para cambiaros al final y sobre todo la cámara, no os cansareis de hacer fotos. Aunque de todas formas, si no queréis arriesgaros a llevarla, los de Patara os hacen un reportaje fotográfico y de video durante todo el día, os darán un CD al final del día y se lo curran mucho, luego os pondremos algunas fotos de las que nos pasaron ellos.
Idioma: toda la excursión es en inglés, es la pega, pero no os preocupéis, eso no os va a impedir disfrutar el día.
El día en Patara: nos recogieron tempranito en el hotel, a las 7:30 de la mañana, el recorrido hasta la granja no es muy largo, creo recordar que unos 45 minutos. Nada más llegar nos dieron una pequeña charla sobre su trabajo con los elefantes, de donde proceden, como comportarnos con ellos, nos dieron una serie de instrucciones y el “mono de trabajo”.
A cada uno nos asignaron un elefante (en nuestro caso uno para los dos), y seremos sus cuidadores durante todo el día, es importante que el animal coja confianza contigo, así que no cambiaras de elefante; hicimos con ellos lo que normalmente hacen en su rutina diaria. Lo primero que hicimos fue darles de comer, impresiona meterles la mano en la boca… se comen los racimos de plátanos como pipas…!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Luego nos enseñaron como reconocer si un elefante está enfermo, y luego algunas de las palabras para darles instrucciones, que ellos han aprendido, para que anden, se paren, se tumben… la verdad es que, el nuestro por lo menos, nos hacía poco caso el jodio… eso sí, con su cuidador, que siempre estaba a nuestro lado, se cuadraban, jejeje.
Luego les dimos de comer otra vez y una duchita para refrescarlos
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Posteriormente nos enseñaron como subirnos y dimos el primer paseo hasta el rio. Es la leche ir subido a pelo en un elefante, vas altísimo. En el camino, el que iba detrás de nosotros se cabreó un poco y empezó a dar trompazos en el suelo, jeje, vaya susto, pero debe ser normal, su cuidador no se asustó nada y enseguida los controló, pero el compañero que iba subido… jajaja
*** Imagen borrada de Tinypic ***
"Vistas desde arriba..."
Una vez en el rio mola un monton, se meten todos dentro y luego nosotros, nos dan unos cepillos y a cepillarlos un rato subidos en ellos. Algunos se llenaban la trompa de agua y te la echaban Muy chulo este rato en el agua.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De ahí unas fotitos en una cascada muy bonita que hay al lado y luego otra vez a montarnos, esta vez en terreno menos llano… Nos llevaron más hacia el interior de la selva y nos quedamos alucinados de cómo se movían los elefantes por unos caminitos super-estrechos de subida y bajada. Aquí yo me cagué un poco, porque me iba hacia delante y no quería empujar a mi novia… pero pasó rápido el susto. Como veréis los guias no se asustan nada...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En mitad de la selva nos habían preparado una mesa con hojas de palmeras y comida típica tailandesa, arroz de varias maneras, pollo y muchas frutas raras (exóticas mejor dicho) que nos encantaron. La comida genial, nos sorprendió bastante.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Todo lo que sobró de comida se lo dimos a los elefantes, se comieron hasta los manteles!! jaja
Cuando acabamos de comer, volvimos a montarnos en los elefantes y fuimos hacia la zona donde realmente viven, y allí estuvimos otro buen rato viéndolos interactuar entre ellos. Nos encantó ver como un elefante pequeñito se bañaba con su madre y como corria jugando detrás del guía (no recuerdo su nombre, pero nos pareció genial como estuvo durante todo el día). Luego el elefante pequeño intentó jugar con uno de los que estábamos, pero uno de sus juegos es empujarse entre ellos y ojo, que mandó al chico este 4 metros hacia atrás!!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
"De camino hacía la zona donde viven"
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"Persiguiendo al guía y los enlefantes en su entorno"
Y de ahí a la zona donde comenzamos, a cambiarse, nos dieron el CD con las fotos y videos, que como os digo son muy buenas, y nos llevaron al hotel.
Un día muy “guay” en un entorno chulísimo y en plena interactuación con los elefantes, muy recomendable.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Eso si… acabamos molidos!
Nos tumbamos un ratillo en el hotel, nos pegamos la ducha de rigor y salimos a dar un paseo, cenar y a cotillear por el Night Bazaar.
Cena: Restaurante Dash: este era uno de los que llevábamos apuntados, una amiga nuestra había pasado unos días antes y nos lo recomendó, además habíamos leído muy buenas críticas. Normalmente hay que reservar, pero fuimos sin reserva y nos dieron mesa. El restaurante en si mola, es una antigua casa de madera de teca. El camarero un crack, habla no se cuantos idiomas, entre ellos español, y la comida muy bien. Totalmente recomendable. 445 Bahts los dos, 3 platos, bebida y postre.
De nuevo Pad Thai!! Jajaja, pero innovamos con un sopa de pollo y coco (Tom Kha Gai Coconut Chicken Soup) y unas empanadillas muy buenas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde el restaurante fuimos dando un paseo hacia el mercado nocturno o Night Bazaar, que se encuentra al final de Thapae Road, antes de llegar al puente que cruza el rio (Nawarat Bridge). Bueno, si habeis estado en Patpong en Bangkok, es parecido en cuanto a los puestos de la calle (imitaciones, cds y dvd, camisetas…), con la diferencia que hay muchos más, además tiene una zona cubierta de artesanía, que nos pareció un poco cara, y luego otra parte también cubierta con mas puestos, restaurantes y las típicas peceras para meter los pies y que unos pececillos pequeños te coman las pieles muertas, jajaja, las veréis muchas veces. También hay sitios para masajes. Está bien para dar un vuelta, pero nosotros no somos muy de compras.
De vuelta andando al hotel, que nos pilla a 10 minutos y a dormir.
Solo poner un par de “pegas”, aunque no son pegas en realidad, sino porque quizá os pueda apetecer tomar otra opción (Baan Chang, Woody…): es con diferencia la más cara y puede que si no te gustan mucho los animales o les tengas miedo, cosa totalmente normal, se te haga un poco larga, porque estas prácticamente todo el día con ellos. Hay opciones más baratas en otras granjas y de solo medio día. Pero de verdad, Patara merece mucho la pena!
Datos prácticos:
Reservar en Patara: nosotros lo hicimos por email, en la página web podéis ver el correo y las instrucciones. Hay que escribir en inglés, ya que sino no os entenderán. Os recomendamos que reservéis con bastante antelación, ya que las plazas, como os contamos en la etapa anterior, son limitadas y si quereis ir a alguno de los centros más famosillos, os podéis quedar sin plaza. De hecho, estando allí, preguntamos por Baan Chang y Woody, porque en un momento pensamos que con medio día iba a ser suficiente, y no había plazas.
Un elefante para cada uno o uno para los dos?: si queréis ahorrar un poco, que fue lo que hicimos nosotros, tenéis la posibilidad de reservar un solo elefante para los dos (si vais en pareja). Leímos en los foros que quizá era peor, a la hora de ir montados en ellos, ir dos en un elefante, principalmente porque es más difícil agarrarse. Nosotros la verdad es que no tuvimos ningún problema, pero si es cierto que en algún momento pasas miedo, pero yo creo que igual que yendo solos, es parte de la emoción de ir subido en un animal de ese tamaño andando por sitios en los que sin ir montado también lo tendrías. Pero por otro lado, también nos gustó disfrutar juntos de todos los momentos del día.
Pero bueno, os lo comentamos para que sepáis que existe esa posibilidad.
Traslado: os recogerán en el Hotel y o dejaran en el hotel, así que no os preocupéis por eso.
Qué llevar: respecto a la ropa, en Patara por lo menos, os dan unos pantalones como los de los cuidadores y una especie de “poncho” para arriba, así que no os preocupéis mucho, ropa normal para un día de campo (yo estuve con el bañador todo el rato); los pantalones que os dan hasta que no montais en el elefante no hay que ponérselos, para montar si, es porque la piel es muy áspera. Tenéis que llevar un bañador debajo para cuando os metáis en el agua con los elefantes y, respecto al calzado, os recomiendo unas zapatillas de deporte, la piel de los elefantes es muy dura y os raspará cuando estéis montados, y unas chanclas en la mochila para cuando os metáis al rio, de las que se sujetan a ser posible, aunque sean mas feeeeeeas. Importante también: crema solar, anti-mosquitos, gafas de sol, ropa limpia para cambiaros al final y sobre todo la cámara, no os cansareis de hacer fotos. Aunque de todas formas, si no queréis arriesgaros a llevarla, los de Patara os hacen un reportaje fotográfico y de video durante todo el día, os darán un CD al final del día y se lo curran mucho, luego os pondremos algunas fotos de las que nos pasaron ellos.
Idioma: toda la excursión es en inglés, es la pega, pero no os preocupéis, eso no os va a impedir disfrutar el día.
El día en Patara: nos recogieron tempranito en el hotel, a las 7:30 de la mañana, el recorrido hasta la granja no es muy largo, creo recordar que unos 45 minutos. Nada más llegar nos dieron una pequeña charla sobre su trabajo con los elefantes, de donde proceden, como comportarnos con ellos, nos dieron una serie de instrucciones y el “mono de trabajo”.
A cada uno nos asignaron un elefante (en nuestro caso uno para los dos), y seremos sus cuidadores durante todo el día, es importante que el animal coja confianza contigo, así que no cambiaras de elefante; hicimos con ellos lo que normalmente hacen en su rutina diaria. Lo primero que hicimos fue darles de comer, impresiona meterles la mano en la boca… se comen los racimos de plátanos como pipas…!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Luego nos enseñaron como reconocer si un elefante está enfermo, y luego algunas de las palabras para darles instrucciones, que ellos han aprendido, para que anden, se paren, se tumben… la verdad es que, el nuestro por lo menos, nos hacía poco caso el jodio… eso sí, con su cuidador, que siempre estaba a nuestro lado, se cuadraban, jejeje.
Luego les dimos de comer otra vez y una duchita para refrescarlos
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Posteriormente nos enseñaron como subirnos y dimos el primer paseo hasta el rio. Es la leche ir subido a pelo en un elefante, vas altísimo. En el camino, el que iba detrás de nosotros se cabreó un poco y empezó a dar trompazos en el suelo, jeje, vaya susto, pero debe ser normal, su cuidador no se asustó nada y enseguida los controló, pero el compañero que iba subido… jajaja
*** Imagen borrada de Tinypic ***
"Vistas desde arriba..."
Una vez en el rio mola un monton, se meten todos dentro y luego nosotros, nos dan unos cepillos y a cepillarlos un rato subidos en ellos. Algunos se llenaban la trompa de agua y te la echaban Muy chulo este rato en el agua.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De ahí unas fotitos en una cascada muy bonita que hay al lado y luego otra vez a montarnos, esta vez en terreno menos llano… Nos llevaron más hacia el interior de la selva y nos quedamos alucinados de cómo se movían los elefantes por unos caminitos super-estrechos de subida y bajada. Aquí yo me cagué un poco, porque me iba hacia delante y no quería empujar a mi novia… pero pasó rápido el susto. Como veréis los guias no se asustan nada...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En mitad de la selva nos habían preparado una mesa con hojas de palmeras y comida típica tailandesa, arroz de varias maneras, pollo y muchas frutas raras (exóticas mejor dicho) que nos encantaron. La comida genial, nos sorprendió bastante.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Todo lo que sobró de comida se lo dimos a los elefantes, se comieron hasta los manteles!! jaja
Cuando acabamos de comer, volvimos a montarnos en los elefantes y fuimos hacia la zona donde realmente viven, y allí estuvimos otro buen rato viéndolos interactuar entre ellos. Nos encantó ver como un elefante pequeñito se bañaba con su madre y como corria jugando detrás del guía (no recuerdo su nombre, pero nos pareció genial como estuvo durante todo el día). Luego el elefante pequeño intentó jugar con uno de los que estábamos, pero uno de sus juegos es empujarse entre ellos y ojo, que mandó al chico este 4 metros hacia atrás!!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
"De camino hacía la zona donde viven"
*** Imagen borrada de Tinypic ***
"Persiguiendo al guía y los enlefantes en su entorno"
Y de ahí a la zona donde comenzamos, a cambiarse, nos dieron el CD con las fotos y videos, que como os digo son muy buenas, y nos llevaron al hotel.
Un día muy “guay” en un entorno chulísimo y en plena interactuación con los elefantes, muy recomendable.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Eso si… acabamos molidos!
Nos tumbamos un ratillo en el hotel, nos pegamos la ducha de rigor y salimos a dar un paseo, cenar y a cotillear por el Night Bazaar.
Cena: Restaurante Dash: este era uno de los que llevábamos apuntados, una amiga nuestra había pasado unos días antes y nos lo recomendó, además habíamos leído muy buenas críticas. Normalmente hay que reservar, pero fuimos sin reserva y nos dieron mesa. El restaurante en si mola, es una antigua casa de madera de teca. El camarero un crack, habla no se cuantos idiomas, entre ellos español, y la comida muy bien. Totalmente recomendable. 445 Bahts los dos, 3 platos, bebida y postre.
De nuevo Pad Thai!! Jajaja, pero innovamos con un sopa de pollo y coco (Tom Kha Gai Coconut Chicken Soup) y unas empanadillas muy buenas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde el restaurante fuimos dando un paseo hacia el mercado nocturno o Night Bazaar, que se encuentra al final de Thapae Road, antes de llegar al puente que cruza el rio (Nawarat Bridge). Bueno, si habeis estado en Patpong en Bangkok, es parecido en cuanto a los puestos de la calle (imitaciones, cds y dvd, camisetas…), con la diferencia que hay muchos más, además tiene una zona cubierta de artesanía, que nos pareció un poco cara, y luego otra parte también cubierta con mas puestos, restaurantes y las típicas peceras para meter los pies y que unos pececillos pequeños te coman las pieles muertas, jajaja, las veréis muchas veces. También hay sitios para masajes. Está bien para dar un vuelta, pero nosotros no somos muy de compras.
De vuelta andando al hotel, que nos pilla a 10 minutos y a dormir.