Malestroit-Rochefort en Terre-Vannes-Treguier. ✏️ Diarios de Viajes de Francia

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Es Domingo,hoy toca ponerse rumbo en primer lugar a Malestroit. Llegamos bien temprano y paseamos por la ciudad observando su arquitectura, las tradicionales casitas bajas con sus tejados oscuros a dos aguas a las que tan acostumbrados a ver estamos ya, y después nos alejamos un poco hacia una zona donde a lo largo de un verde recorrido paseamos por unos canales floridos llenos de pequeñas embarcaciones de recreo; no sabemos si es porque es Domingo,pero hay bastante trasiego de gente y de familias enteras que subidas en sus barquitos se disponen a pasar la soleada mañana navegando por el río Oust a lo largo y ancho de sus pequeños canales.


Como el pueblo se vé en seguida y la agenda de hoy está un poco apretada nos vamos rumbo al siguiente destino del día:Rochefort en Terre.
Este es un pintoresco,hermosísimo y pequeño pueblo de tan solo 700 habitantes que huele a mantequilla y a miel,a nosotros nos parece un pueblecito hecho de piedra y flores


A lo largo de sus calles floridas se encuentran mansiones de los siglos XVI y XVII,la ,la lonja en herradura,la iglesia románica y gótica Notre-Dame-de-la-Tronchaye,el calvario reunido en torno a una bella Crucifixión,el pozo,torrecillas,entramados de madera...todo un pasado recompuesto.


Aquí sí que es obligatorio recrearse en sus calles que parecen jardines verticales,en sus anticuarios,en sus tiendecitas de dulces,bombones,galletas y demás delicias; hay una en concreto donde se puede ver "in situ" cómo hacen las galletas artesanalmente a mano y cómo elaboran los caramelos pudiendo ver todo el proceso,desde la preparación de la pasta azucarada hasta cómo los cortan y los envuelven cuidadosamente y sin ninguna prisa en aquellos papeles transparentes de celofán; observar el procedimiento que se sigue fielmente hoy en día como lo hacían años atrás,con las mismas recetas y los mismos ingredientes que utilizarían los abuelos de quienes hoy mantienen viva la tradición es además de interesante,muy muy placentero,pues el dulce olor que impregna toda la tienda es maravilloso...


Embelesados con tanta belleza en un pueblo tan pequeño,habiendo intentado captar con la cámara de fotos cada estampa florida,soleada y hermosa,aunque sabemos que el encanto y la beldad de éste lugar no cabe en ninguna foto ya que no le haría justicia, y embriagados con el olor de flores,mantequilla y miel nos encaminamos hacia el ecuador del día a nuestra siguiente parada: Vannes
Vannes es una ciudad con 2 caras: una con aire costero y otra con aire medival y clásico. Un pórtico de piedra separa ambas.


Al cruzar la puerta de San Vicente aparece una calle bordeada de edificios del S.XVII,alrededor de la plaza Des Lices,donde se desarrollaban los torneos en la Edad Media los palacetes se codean con casas medievales de entramado de madera.


Esta ciudad ofrece 3 puntos fuertes a descubrir: su puerto,la ciudad medieval y al sur las casas señoriales del S.XVII que pasaron de la madera a la piedra.
Por la parte este,el paseo que bordea las murallas ofrece vistas panorámicas de los jardines a la francesa y antiguos lavaderos,las defensas,las torres y los tejados de la antigua ciudad fortificada.



Al medio día nos sentamos a comer en una terraza en la animada Plaza Gambetta situada frente al puerto y después seguimos conociendo la ciudad paseando,bordeando sus murallas,visitando la catedral de San Pedro y fotografiando las hermosas instantáneas que esta bella ciudad medieval ofrece a los viajeros.


Ya bastante caída la tarde y antes de volver al hotel,hicimos una parada en Treguier; había leído algo sobre él en internet y al ver un cartel en la carretera que ponía "petit cité de carácter" no nos lo pensamos dos veces (los lugares que tienen esta denominación y la de "ville fleurie" son de los más bonitos de la región y especialmente pintorescos).
Nos encontramos con una ciudad pequeña pero con un gran encanto; todo está cuidado con mimo ¡alucinamos al ver en una calle a unos operarios de limpieza limpiando con una especie de vaporetta industrial las juntas de los adoquines de las aceras! ni un papel en el suelo,ni una hierba más alta que otra,todo perfecta y primorosamente cuidado con esmero También alucinamos con los patios de las casas,parecían jardines interiores y privados cuidados con dedicación y un gusto exquisito y que quedaban a la vista desde la calle cuando se quedaba la puerta entreabierta,y alucinamos también con la gran catedral,inversamente proporcional al pequeño tamaño de la ciudad,donde tuve la sensación de que de un momento a otro iban a sonar las trompetas que anunciaban la entrada del rey de la corte para ser entronizado como en las películas.


Dentro de la catedral se puede visitar pagando 4 € el claustro donde reposan eternamente bajo 48 arcos lobulados, idénticos y elegantes, sus antiguos moradores,monjes que vivieron allí hace siglos y que ahora yacen en sus sepulcros de piedra,en una maravillosa,florida y tranquila localización donde sólo el replicar de las campanas se atreve a romper el silencio que reina en el lugar.


También vimos un altar dedicado a los restos de Saint Ives,la verdad es que la visión de la calavera rodeada de velas nos resulta un poco tétrica,pero teniendo en cuenta que aquí las raíces cristianas son muy antiguas y muy fuertes es entendible,o al menos respetable.


Se nos echa el atardecer encima y dejamos esta pequeña ciudad con carácter contentos de haberle hecho una pequeña visita que aunque ha sido corta,ha sido intensa y sobre todo aprovechada.

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