Helsingborg fue más una ciudad de paso para el destino real de aquel día que era la reserva natural de Kullaberg.
Creo recordar que era una de las ciudades más antiguas del país y desde luego es la que más cerca está de Dinamarca, de hecho desde aquí se ve perfectamente la danesa Helsingor. Nosotros hicimos parada para ver su castillo, hacer algunas compras y seguir la marcha.
Y de ahí camino a la esperada Kullaberg.
Una pasada la reserva. Para andar por el bosque, darte un baño con el mar a unos estupendos 14 grados, y andar más. Un día de naturaleza para dar y regalar.
Y tras esto, vuelta para Malmö, duchita y nueva a visita al Colisé.