Madrugamos un poco para montarnos en el bus que nos recogía y nos lleva a Órzola donde cogimos un ferry en direccion a la isla de La Graciosa, perteneciente al archipiélago Chinijo. Ibamos a hacer la excurión llamada "I Love La Graciosa". Ésta es una isla donde no existe el asfalto, y parece anclada en el tiempo.


Su capital es Caleta del Sebo, una ciudad de unos 650 habitantes, todos pertenecientes a solo 9 familias, que son los que regenta todos los negocios de alli, y nadie que no sea de alli puede abrir nada. Nos dejaron 1 hora para visitar caleta del sebo antes de embarcar en un catamarán para hacer la excursión. La ciudad está llena de calles de dimensiones caprichosas y suelo de tierra. una iglesia, un botiquín (ni siquiera farmacia) y un pequeño supermercado de barrio era lo mas que podiamos ver en su calle principal.

Embarcamos en el catamarán, lo primero que hicimos fue deshacernos de las chanclas y bebernos unos ricos mojitos. A continuacion habia cerveza, refrescos, sagria y pinchos de tortilla sin límite. las vstas son espectaculares y el catamarán también.



Tras una ruta alrededor de La Graciosa en la que nos pudimos hacer fotos llevando el timón y con el capitán, anclamos cerca de la playa de los franceses, probablemnte la mejor playa emn la que nunca he estado, una arena fina dorada y un agua clara que invitaba a bañarte si o si a pesar de la fresca temperatura que tiene. Hubo quien fue nadando desde el catamaran y quienes fuimos en una pequeña barca que nos acercó a la orilla. Alli, la tripulacion nos dejó gafas y tubos, y kayaks. Es una experiencia única hacer snorkel en esas aguas tan claras y tranquilas donde pudimos ver muchos peces, y dar un paseo en kayak. tambien habia una colchoneta que estaba llena de niños y ni nos acercamos.

La verdad es que nos hunbiera gustado estar mas tiempo en la playa de los franceses, pero a las 3.30 volvimos a montarnos en el barco para comer y volver a Caleta del Sebo. Comimos una paella que no estaba mal, y nos dieron fruta canaria de la que lo unico que merecía la pena era el melón que estaba espectacular.

De vuelta a Caleta del Sebo la tripulacion se disfrazó y fueron cantando y bailando en el catamaran animando a todos los pasajeros. Una experiencia unica.


En caleta del sebo cogimso el ferry que nos llevaba a Órzola otra vez donde cogimos de nuevo el bus hasyta Puerto del Carmen. Aprovechamos el rato de sol llendo a la playa de puerto del Carmen una vez mas.