Buenos días. A las 9 ya estábamos en camino una vez aseados, vestidos y comidos. Hoy tocaba el barrio judío (Josefov) y la ciudad vieja (Stare Mesto). Pasamos por delante del Puente Carlos y… es inevitable, siempre cae alguna foto, es que tiene un algo…


Pasamos por delante del Rudolfinum

y después giramos a la derecha por calle Siroká. Allí está la sinagoga Pinkas y el Cementerio Judío. Sacamos las entradas y al entrar de frente tienes la sinagoga y a la derecha el cementerio. Como leí por el foro que es mejor ir directamente al cementerio para echar fotos sin gente, pues eso que hago.

Esta es la tumba del rabino Low


Y cuando termino, veo que se sale por otro sitio, así que me perdía la visita de la sinagoga Pinkas. Pues volvemos sobre nuestros pasos y vimos la sinagoga. Impresionante ver los nombres por todos sitios de las víctimas judías, y más impresionante aun fue ver los dibujos de muchos niños, dibujos que son el único recuerdo de sus vidas, estremecedor, a más de uno se le escapó una lágrima.
Y después vuelta a ver el cementerio judío enterito porque no hay otra salida, así que, me lo conozco muy bien, si alguien tiene alguna duda… Al salir pasas al lado de la sinagoga Klaus, más bonita por fuera que por dentro, además de muy pequeña.
A continuación fuimos en busca de la Sinagoga Vieja-Nueva y sinceramente, no se merece pagar 200 CZK por ver el interior.

Al salir casi estás en la calle Paritska y de frente, la Cremería Milano, de la que había oído hablar muy bien en el foro. Pues ahí que entramos a tomarnos una cafecito con un tiramisú exquisito, eso sí, bien pagado, sabía a lo que iba, y más en la calle más cara de Praga.
Después fuimos a la Sinagoga Española que fue la que más nos gustó.

Delante se encuentra el monumento en honor a Franz Kafka.

El interior de la Sinagoga Española


Continuamos hacia la plaza del ayuntamiento de Stare Mesto. Allí vimos el mercadillo montado por las fiestas de Pascua, muy bonito. Pues ya se sabe las ochiquicientas fotos de rigor a la iglesia de Tyn, al Ayuntamiento y su torre con el reloj astronómico, archimundialmente conocido, a la plaza en sí con sus edificios y con sus fachadas decoradas, la Iglesia de San Nicolás, la Casa de la Campana de Piedra… nada, todo precioso.





Subimos a la torre del ayuntamiento para disfrutar de las vistas, y qué bonitas vistas, mires por donde mires.
La plaza con el mercadillo

La iglesia de Tyn y al fondo la Torre de la Pólvora

La iglesia de San Nicolás y la calle Paritskà

Y en ésta podemos ver el Monasterio de Strahov al fondo a la derecha, la torre de Petrin a la izquierda y algo de las torres y del puente de Carlos

Cuando bajamos, nos entró un hambreeeee, madre mía, esos buenos jamones de Praga dando vueltas y vueltas en la brasa, jugosísimos… pues cayeron dos porciones con dos cervezones; y luego vemos unos pinchos de carne gigantes… pues también cayeron, y cómo no, con otros dos cervezones.

Después de tan copioso almuerzo, fuimos por la calle Celetná para ver la Torre de la Pólvora

y la Casa Municipal (Obecni Dum).

Habíamos visto que el sábado por la tarde, la Orquesta Filarmónica de Praga y una coral, interpretaban el Carmina Burana de Carl Orff, y qué mejor final de viaje que este, y queríamos preguntar si había entradas. Y sí que había, pues aquí te pillo y aquí te mato, las compramos, perfecto, estábamos muy ilusionados porque nos encanta el Carmina Burana y quien la interpretaba prometía no defraudarnos.
El edificio de la Casa Municipal muy bonito, por dentro y por fuera. Nos acercamos a ver la fachada de la Sinagoga Jerusalem aunque está cerrada, se visita de abril a octubre y está incluida junto con la entrada de la Sinagoga Vieja-Nueva, la fachada es muy bonita y colorida.


Después volvimos a la plaza del ayuntamiento y nos sentamos en una terraza con calefacción, cercana al reloj, para tomarnos un café calentito. Junto a nosotros había aparcados coches de época que daban paseos a los turistas por Praga cobrando una pasta, pero una pasta.
Una vez descansados un poco los pies, nos dimos un paseo tranquilamente por la plazas y alrededores y bajamos por Karlova hacia el Puente Carlos. Como siempre, unas cuantas fotos más al puente anocheciendo


y otras más de noche del todo.


Para cenar fuimos a U Medvídků, estaba a reventar, tuvimos que esperar unos minutos en la barra. Después nos llamaron y nos pusieron en una mesa con un muchacho que leía la prensa. Fue curioso, cuando el camarero pasaba y le veía la jarra de cerveza, le preguntaba que si quería otra jarra, el muchacho asentía, se la traía y el camarero cogía un papelito que había en la mesa y apuntaba una línea. El muchacho tenía ya apuntadas cinco líneas, es decir, cinco jarras de ½ litro
Nosotros cenamos bien con nuestra jarrita de cerveza y luego me animé porque, aunque MaxB se refería a la microcervecería que había al final subiendo una escalera, vi que tenían la cerveza Oldgott Barrique en botellín y me pedí una, muy buena, pero con mucho cuerpo. Bueno, la verdad e que cuerpo... el que me puso a mí, menos mal que el hotel estaba cerca, si no…
Buenas noches.