Buenas noticias: mi “costillo” ha mejorado, ya no tiene fiebre y se encuentra con más energía. Malas noticias: ahora soy yo la que está empezando a decaer. Normal, los virus pasan del uno al otro con alegría. Total, los dos un poco hechos polvo nos preparamos para una jornada gloriosa viendo nuestro primer volcán en Java: el Merapi.
Salimos temprano hacia el Ketep pass, donde hay un pequeño museo sobre el volcán y unas vistas asombrosas.
Estas son las vistas:
El Merapi está ahí... o eso dicen.
Esperamos un buen rato, con la esperanza de que aclarara un poco la niebla, pero no solo no aclaraba, sino que se volvía más densa por momentos. Además, empezó a llover. En vistas de que la climatología no nos lo estaba poniendo fácil, decidimos anular el paseo en jeep: no estaba la salud como para mojarnos y, además, no íbamos a ver nada.
Nos fuimos hacia Kelliurang, donde está el museu Ullen Sentalu. Según la Lonely Planet, uno de los mejores y más interesantes museos de Java. En fin… Digamos que fue curioso, pero si aquí no me compro el Hola para ver como le va a la familia real, menos todavía me interesa ver fotos y fotos y cuadros y cuadros de las princesas javanesas. La casa, por lo menos, es peculiar, pero lloviendo como estaba no llegamos a disfrutarlo. Eso sí, nos zampamos unas sopitas de pollo revitalizantes en el restaurante del museo, muy elegante y con precios acordes a la elegancia. Mi garganta empeoraba por momentos.
Museo Ulen Sentalu
Salimos temprano hacia el Ketep pass, donde hay un pequeño museo sobre el volcán y unas vistas asombrosas.
Estas son las vistas:
Esperamos un buen rato, con la esperanza de que aclarara un poco la niebla, pero no solo no aclaraba, sino que se volvía más densa por momentos. Además, empezó a llover. En vistas de que la climatología no nos lo estaba poniendo fácil, decidimos anular el paseo en jeep: no estaba la salud como para mojarnos y, además, no íbamos a ver nada.
Nos fuimos hacia Kelliurang, donde está el museu Ullen Sentalu. Según la Lonely Planet, uno de los mejores y más interesantes museos de Java. En fin… Digamos que fue curioso, pero si aquí no me compro el Hola para ver como le va a la familia real, menos todavía me interesa ver fotos y fotos y cuadros y cuadros de las princesas javanesas. La casa, por lo menos, es peculiar, pero lloviendo como estaba no llegamos a disfrutarlo. Eso sí, nos zampamos unas sopitas de pollo revitalizantes en el restaurante del museo, muy elegante y con precios acordes a la elegancia. Mi garganta empeoraba por momentos.