![]() ![]() Java Y Lombok 2014 ✏️ Blogs de Indonesia
Diario de viaje de un mes a Java y Lombok en julio-agosto de 2014Autor: Caylleann Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Índice del Diario: Java Y Lombok 2014
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Etapas 1 a 3, total 14
Hace ya unos cuantos (bastantes) viajes que tenemos muy claro que lo nuestro no es ir corriendo de un lado a otro, tachando monumentos de una larga lista. Y mucho menos en Asia, que (me) invita al “dolce far niente” y a perder el tiempo. Por eso, cuando decidimos ir a Indonesia, nos planteamos un recorrido muy diferente del que es habitual. Salida el 21 de julio, vuelta el 18 de agosto. Casi un mes, pero decidimos centrarnos en solo dos islas: Java y Lombok. Hace unos años ya habíamos visitado el Borneo Malayo y, en otro verano, Bali. Sulawesi, Komodo… nos apetecían mucho, pero preferimos seleccionar. Sulawesi queda pendiente para otro año, no lo dudo. Después de mucho mirar y de varios cambios en el recorrido, quedó algo así: 21 julio – Vuelo con Emirates 22/23/24/25/26 julio – Yogyakarta. Llegada por la noche, así que el 22 no cuenta 27/28/29 julio – Borobudur 30/31 julio – Wonosobo 1/2/3 agosto – Salatiga 4 agosto – Kediri 5/6/7 agosto – Malang 8 agosto – Surabaya 9 a 15 agosto – Lombok 16 agosto – Surabaya 17 agosto – Salida en avión hacia Jakarta. De madrugada, vuelta hacia Barcelona vía Dubai Pocas cosas para tanto día, dirían algunos, pero a nosotros, excepto un día o dos, nos funcionó perfectamente. No cambiaría casi nada: si acaso, añadiría algún día más en Lombok… Etapas 1 a 3, total 14
Por primera vez, viajábamos con Emirates. Nos convenció el precio, el horario y el A380 que sale desde Barcelona.
Inicialmente, habíamos planeado un recorrido empezando por Jakarta y siguiendo hacia Bandung, pero después de unos cuantos cambios y de leer comentarios no demasiado favorables sobre la capital, decidimos largarnos hacia Yogyakarta inmediatamente. Pasamos los trámites de inmigración (colas tremendas: una para pagar el visado, otra para gestionarlo). Recogemos maleta, cambiamos algo de dinero (poco, solo para los primeros momentos, el cambio en los aeropuertos no suele ser muy bueno) y nos trasladamos en el bus gratuito a la terminal de salidas domésticas. Vuelta a facturar maleta, nos dan la tarjeta de embarque e intentamos localizar la puerta. En información nos dicen una, la tarjeta de embarque pone otra y las pantallas una tercera diferente. Aixxxxxxx…. Pero la gente nos mira y sonríen: parecen majetes. Esa fue mi primera impresión de la gente de Java y a lo largo del viaje se confirmó. Son buena gente, amables, un poco escandalosos y bastante guarretes (todo lo tiran al suelo), pero simpáticos. Finalmente, aclaramos cual era la puerta de embarque y descubrimos que el vuelo (Lion Air) llevaba retraso. Bastante retraso. DOS HORAS DE RETRASO! Finalmente, embarcamos y en una hora y diez minutos llegamos al aeropuerto de Yogyakarta. Pese a que llegábamos a las 10 de la noche y no a las ocho, como estaba previsto, allí estaba el coche de Pondok Terra (te recogen gratuitamente) con un cartelito con nuestro nombre. A estas horas el cuerpo ya no daba para mucho. Suerte que el aeropuerto no queda lejos de Yogya. Pondok Terra es un hotel atípico, pero fue un gran acierto. Está relativamente céntrico, muy cerca de la zona de Prawirotaman, a unos diez o quince minutos de la zona del Kraton, en un barrio muy tranquilo de pequeñas callejuelas. Solo tiene cuatro habitaciones, bueno, villas, cada una de ellas con su propia piscina. La nuestra (la más sencilla) consistía en un amplio espacio en el que había una cocina, separada por una pared de la zona del dormitorio. Delante de la cama, una mesa de comedor con sus sillas. Al lado del dormitorio, el baño, enorme, con bañera y ducha tamaño salón de baile. A fuera, jardincito con tumbonas, mesa, sombrilla y piscina. Todo eso por el sorprendente precio de unos 62 € la noche. El desayuno no estaba incluido. El primer y el último día pedimos que nos lo trajeran a la habitación. Es sencillo, pero muy rico: huevos, tostadas, mermelada, mantequilla, café, te, zumo… No recuerdo el precio, pero era bastante asequible. Los otros dos días nos lo hicimos nosotros en la cocinita. Al no ser un hotel “al uso” no tiene servicio de habitaciones, pero te dejan la carta de un restaurante cercano al que puedes llamar para que te traigan comida o cena. Nosotros llamamos una noche y en media hora escasa teníamos la cena en nuestro glorioso jardín. ![]() Cuando llegamos era tardísimo, así que, después de un baño que nos sentó de maravilla, a dormir y hasta mañana. Etapas 1 a 3, total 14
La primera mañana amaneció temprano y movidita. A las tres y media de la madrugada me despierta el muecín, que se había instalado en mi mesita de noche para hacer la llamada a la oración. Bueno, no, pero como si estuviera. Justo el edificio de al lado del hotel es una mezquita y los altavoces son de los potentes, así que no necesitas despertador… Las llamadas a la oración iban a ser una constante, sobre todo, la primera semana del viaje, en pleno Ramadán. Después de un ataque de risa tonta, media vuelta y a dormir… hasta las cuatro y media, cuando el muecín volvió a la carga. Yo creía que las llamadas a oración eran cinco, pero en Java creo que andan entre ocho y diez al día… o eso es lo que me pareció a mi durante los primeros días de viaje. Luego te acostumbras y yo casi ni lo notaba, aunque la verdad es que le ponen afición. Sobre las ocho nos trajeron el desayuno y poco después salimos hacia el Taman Sari dando un paseo. No es demasiado espectacular, pero es agradable. Al salir nos tomamos un te en un chiringo y seguimos hacia el Kratón. Nos gustó mucho, aunque es sencillo. Esperábamos ver la clase de baile de las niñas, pero como era Ramadán no había actuaciones. De allí nos fuimos, en taxi, a Malioboro. Cambiamos dinero y nos volvimos al hotel, a guardar el pastizal que nos habían dado y a bañarnos un ratito. Por la noche, fuimos a cenar al Via Via. Además, queríamos confirmar la reserva de coche para tres días que llevábamos desde Barcelona. Normalmente no reservamos coches desde aquí. Preferimos regatear allí con los taxistas. Pero siendo los últimos días de Ramadán nos daba algo de miedo tener problemas. El Via via nos daba el mejor precio de los cuatro o cinco sitios que concertamos y, además, todo el mundo hablaba muy bien. Menos mal que se nos ocurrió ir a confirmar, porque por un malentendido (no fue culpa suya, digamos que parte de la culpa fue nuestra y parte de ellos) nos tenían reservado el coche para un mes después. Lo solucionamos todo rápidamente y nos quedamos a cenar. Estaba todo bastante bueno y el ambiente era muy agradable. Están siempre a tope. Nosotros tuvimos que esperar unos 15 minutos hasta tener mesa. Etapas 1 a 3, total 14
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