El vuelo de Madrid salía pronto el sábado y era operado por American Airlines, una compañía que necesita seriamente renovar sus aviones jejeje, que nos quejamos de Ryanair pero ojo! Que AA no está para tirar cohetes.
Total que en la T4, nosotros ya llevábamos el check-in hecho pero tienes que pasar por unos cajeros automáticos para pre-facturar, cajeros que no funcionan así que hay que hacer la cola del cajero, y como no funciona también tienes que hacer después la cola del mostrador para facturar la maleta, un lío que ya podía optimizar los de AA, en fin, después de dejar la maleta, nos fuimos hacia la T4S desde donde se despega no sin antes desayunar, siempre pillamos el día anterior del dunkin donuts una caja de 6 para empezar bien los viajes. Así las horas de vuelo se ven con otros ojos!!
Pues embarcamos y a volar, un vuelo largo, que si comes, duermes y ves un peli parece que se hace corto, pero no… es un viaje cansado, jejeje.
Una vez allí, y pasado todo el trámite de aduana, recogemos el coche en Álamo, con la discusión que ya os he contado y nos vamos hacía el hotel, duchita y a conocer Miami, no teníamos mucho tiempo pero sí teníamos claro que había que cenar en el SHAKE SHACK, ayyy qué ricas las hamburguesas!, totalmente recomendable el sitio, además cerca hay un pequeño parking donde dejar el coche y desde ahí moverte andando a Lincoln rd. y Ocean drive.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Dejamos el coche cerca del shake shack y nos fuimos a pasear por ocean drive, todo muy art decó pero no me terminó de gustar demasiado, lo veía todo como un Benidorm a lo grande, no iría allí de vacaciones salvo de pasada como hicimos nosotros, no sé, sobre gustos…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Vimos la casa de Versace que tenía pinta de ser un restaurante, y muchos locales disco y hoteles con sus neones tan típicos de Miami, nos llamó la atención una bebida que tomaba todo el mundo, es un combinado hecho con coronita que se llama bulldog

No lo probamos, pero vamos que eso tiene que ser una bomba jejejejej. Después nos volvimos a cenar, debajo de una lluvia que caía a cántaros, hacía calor y llovía, ya ves!! Las hamburguesas están de vicio, ay! qué ricas! Tanto, que decidimos que el último día del viaje volveríamos allí a comer. Luego al hotel a dormir que había sido un día larguísimo.