Día 6: Domingo 18 de Agosto del 2013
Harlem, Upper East Side y Metlife Stadium
Otro día mas luchamos contra el cansancio, que ya se va acumulando y nos levantamos a las 7:30. Estamos un poco tristes al saber que ya llevamos la mitad del viaje, muchas paginas de nuestro planning hechas, pero todavía queda mucho por delante así que nos ponemos nuestras mejores galas (dentro de lo que hay en la maleta…) y salimos a la calle. Hoy el dia esta un poco nublado pero la temperatura sigue siendo agradable.
Nos dirigimos a Bryant Park para coger el metro hasta Harlem, mas concretamente a la 116 St.
El hambre empieza a notarse y es que eso de no haber cenado se notaba en el ritmo de comidas que llevábamos. Por suerte nada mas salir del metro esta Levain Bakery, la panadería donde íbamos a desayunar,aunque no abren hasta las 9:00 así que nos toca esperar un rato en la puerta. Entramos los primeros y pedimos tres de las cuatro cookies que hay; Chocolate Chip Walnut para Estefania, Dark Chocolate Peanut Butter Chip para mi y Dark Chocolate Chip para compartir. Cogemos también un cafe con hielo y un batido para beber. Como el local es tan pequeño salimos a la calle y nos sentamos en el mismo banco donde hemos estado esperando a que abriesen.
Probamos las galletas y son una maravilla, de lejos las mejores que hemos probado nunca. Que estén recién hechas hace que se deshagan en la boca aunque lo mejor son los grandes trozos de chocolate que llevan. Con una galleta prácticamente has desayunado así que la de compartir se lleva un par de mordiscos para probarla y la guardamos para después (no duro mucho mas de 5 o 6 manzanas…).
Nos ponemos en marcha y bajamos hasta la 113th St para cruzar el Morningside Park. Parece que la gente de Harlem no suele madrugar mucho los domingos porque no hay casi nadie por la calle. Al cruzar el parque la impresión es la misma, a excepción de un equipo de béisbol que entrena ahí, no hay nadie. Parece que la fiesta fue anoche al ver bastante suciedad junto a los bancos que hay cerca del lago. Aun así nos parece bastante bonito.
Seguimos hacia el oeste subiendo unas escaleras que salvan el gran desnivel en el que se asienta el parque.
Nada mas salir de allí se encuentra la catedral de St John the Divine, increíblemente grande. La bordeamos para encontrar las escaleras de acceso, justo donde nos encontramos con una excursión de españoles dando la nota. Una de ellas decía a grito pelado: “Pepe trae las magdalenas!!!”. Con la coña intentamos separarnos un poco para que no se pensasen que íbamos en el mismo grupo y entramos dentro.
Si ya impresiona por fuera, por dentro llama muchísimo mas la atención. A pesar de lo insistente del personal en que no hagamos fotos conseguimos sacar alguna sin flash para no molestar a nadie.
El lugar se desvirtúa un poco por estar lleno de turistas pero es normal, estamos en Harlem, es domingo por la mañana y las misas gospel de las 11:00 aun no han empezado.
Antes de irnos, Estefania enciende una vela y la deja junto a las demás.
A pocos metros de allí esta nuestra próxima parada, la Universidad de Columbia que si bien pierde mucha gracia al ser domingo y estar completamente vacía queríamos verla.
Estudiantes no vemos ninguno pero los turistas salimos de debajo de las piedras. Una vez encontramos la entrada nos disponemos a recorrerla y ya de paso salir por el norte, craso error, la única puerta que esta abierta es la principal por lo que nos toca darnos media vuelta y salir por donde hemos entrado. El campus es gigante y tiene de todo, ahí creo que hubiese estudiado hasta yo. Buscamos la facultad de medicina pero no la encontramos así que decidimos seguir nuestro rumbo.
Subimos por Amsterdam Ave hasta una zona de edificios residenciales por donde cogemos un atajo que nos lleva hasta la 125th St. Esta calle es probablemente la mas comercial de todo la zona. Hay un montón de franquicias para comer casi cualquier cosa y bastantes tiendas de ropa y zapatillas. Aun así, el principal atractivo de la calle es el conocidísimo teatro Apollo así que hasta allí nos dirigimos.
Se nos está haciendo un poco tarde para ir a la misa gospel así que cogemos el metro allí mismo y subimos hasta la parada de 145 St.
Nada más salir de la estación nos desorientamos un poco aún teniendo la iglesia prácticamente en la misma manzana por lo que llegamos tarde. Preguntamos a un hombre que hay por la zona y que casualmente pertenece a la iglesia que esta justo ahí. Nos decidimos a ir a la Convent Avenue Baptist Church por recomendación de Andrew.
No sé porque creíamos que la misa empezaba a las 11:30 en vez de a las 11:00 que es lo que llevábamos apuntado por lo que ya llevaban más de media hora de ceremonia pero aún así nos arriesgamos a entrar.
Nada mas atravesar la puerta una mujer latina nos atiende y nos explica que llegamos tarde pero aun así nos deja pasar a la zona de arriba con la condición de quedarnos hasta el final (2 horas más) algo que no nos interesa mucho por lo que nos da la opción de quedarnos allí un rato a verlo desde fuera. Se lo agradecemos, nos da un folleto de información y nos pegamos al ventanal a disfrutar de aquello. Tienen unos altavoces para poder oír desde fuera todo lo que ocurre así que prácticamente la única diferencia es que teníamos que estar de pie.
En el coro sólo hay chicos pero cantan de maravilla. Ver a la gente de allí como lo vive es otra de las cosas que más nos impresiona. Al final quedamos tan enganchados que nos tiramos allí casi una hora pero tenemos que seguir viendo mas cosas de Harlem por lo que cogemos un sobre para dejar una donación y salimos.
Continuamos por la 145th St un par de manzanas hasta un Duane Reade donde compramos un bote de Arizona de mango y unas Lays Honey BBQ para el camino.
Seguimos por la misma calle hasta Malcolm X Blvd por donde bajamos mientras recorremos la parte menos turistica de Harlem. Como nos suele pasar, las zonas menos explotadas y auténticas nos llaman mucho la atención. Esto sigue siendo Manhattan pero un Manhattan dónde la gente vive sin tener que pagar rentas de miles de dólares y en el que se puede comprar a precio de gente de la calle.
Llegamos a la altura de la calle 127 en la que se encuentra Sylvias, probablemente el restaurante mas famoso de la zona para tomar un brunch al estilo sureño mientras escuchas un coro gospel. Esta abarrotado de gente pero por suerte nosotros habíamos decidido tomar nuestro brunch en otro lugar.
Seguimos por la 125th St hasta la altura de Marcus Garvey Park. Como es habitual en Nueva York, en dos manzanas cambia completamente el panorama. Entramos al parque con idea de cruzarlo y de seguir hasta el Upper East Side cruzando Spanish Harlem. Pronto nos damos cuenta de que llevamos unos minutos sin ver a ningún blanco por la calle y mucho menos a ningún turista. Esto no seria ningún problema si no fuera porque nos sentíamos bastante observados. Todo esto con la cámara guardada e intentado pasar lo mas desapercibidos posible.
Estefania no se siente muy a gusto con semejante percal así que logra convencerme de que cojamos el metro y nos ahorremos el camino por el Spanish Harlem.
No digo que sea mala zona ni nada parecido, es más, si hubiese ido sólo hubiese continuado a pie pero preferimos curarnos en salud y de paso ahorrarnos unos cuantos km.
Después de coger el metro en Harlem-125th St, nos bajamos en 96th St donde el tema cambia radicalmente. En cinco minutos de metro hemos cruzado todo “El Barrio” para entrar en el Upper East Side, una de las zonas con mas prestigio de la ciudad.
Andando por la calle vemos que todo es mucho mas tranquilo y hay bastante poca gente, se nota que es una zona bastante residencial y que es domingo.
Unas pocas manzanas mas adelante se encuentra Sarabeth’s, lugar en el que vamos a tomar nuestro brunch hoy. Un brunch bastante tardío ya que son mas de las dos cuando entramos en el local y nos dicen que esta todo lleno y tenemos que esperar. No sé porqué no reservamos aquí, probablemente por no saber exactamente a la hora que íbamos a llegar.
Después de esperar un rato en la calle viendo pasar a la gente, nos dan mesa para poder entrar y sentarnos que falta nos hace.
El local no es muy grande pero es bastante cómodo y con una bonita decoración. Tiene una pequeña planta de arriba aunque a nosotros nos toca abajo, cerca de los ventanales. Está lleno de gente comiendo tranquilamente, algo no muy usual en Nueva York.
Yo ya tenia claro lo que me iba a pedir pero Estefania no tanto. Nos traen las cartas y yo me decido por una Mimosa (zumo de naranja con champagne) y unos huevos Benedictinos mientras que Estefania se decide por un Four Flower Juice (zumo de naranja, plátano, piña y granada) y una ensalada César al no gustarle los huevos en casi ninguna de sus formas. Mas tarde se arrepentiría de su elección. Siento que a todo eso le falta algo así que pido un plato con bacon para acompañar.
Los huevos están espectaculares, tanto que hasta Estefania reconoce que se los hubiese pedido. La ensalada no estaba mal pero queda eclipsada por mi elección y por el bacon! Increíble como en casi todos los sitios de por aquí.
Comemos sin prisa como el resto de la gente durante más de una hora. Pedimos la cuenta (72$) y nos ponemos nuevamente en marcha.
Salimos hacia la Fifth Ave para recorrer la milla de los museos. Como no habíamos pedido postre, Estefania aprovecha para comprarse un Magnum Doble Caramelo que por aquel entonces había dejado de venderse en España hace unos años.
Lo primero que nos encontramos es el museo de arte moderno Solomon R. Guggenheim, con su impresionante diseño en forma cilíndrica.
Seguimos bajando por la quinta avenida pegados al parque hasta llegar a uno de los museos más importantes de la ciudad, el Metropolitan también conocido como MET.
Para las nuevas generaciones y no tan nuevas será más conocido por sus escaleras donde se ruedan multitud de películas y series que por sus obras de arte. Estas son un punto de reunión y están casi siempre llenas de gente como podemos observar.
A estas alturas del viaje, cada día las fuerzas se terminan antes por lo que a estas horas las piernas empiezan a flojear. Nos quedan más de 3,5km hasta el hotel por lo que Estefania intenta convencerme para coger el metro. Como yo quería seguir a pie para no perderme esa zona, decidimos que elegiría el que ganase jugando a piedra papel o tijera. Tengo más suerte que Estefanía y gano,por lo que seguimos andando.
Por el camino nos encontramos con un grupo de hip-hop intentando vender su maqueta por la calle. Nos ofrecen comprárselo a lo que decimos que no amablemente justo cuando uno de ellos se fija en el moratón que llevaba Estefania en el brazo desde el día del Empire State y me señala como si yo fuera el culpable entre coñas.
Pasamos por delante de la Frick Collection y del zoo de Central Park antes de llegar a la zona donde la 5ª avenida deja de tener museos y se llena de tiendas.
Justo en la esquina donde termina Central Park nos encontramos con un Wafels & Dinges, así que esta vez sin que nada nos lo impida podemos probar estos fabulosos gofres belgas. Las ingestas de azúcar nos reaniman por lo que pedimos uno con crema de spéculoos y azúcar glass. Estos americanos le echan azúcar glass a todo!
Están increíbles y ademas los tienes dulces y salados, con muchos ingredientes para elegir.
En un primer momento pensamos en bajar hasta la 42nd St por alguna de las avenidas que no fuera la 5ª ya que tenemos otro día para esta zona pero al ser domingo pensamos que habría poco que ver y decidimos bajar por esta y hacer un primer reconocimiento.
Es una de las zonas donde se concentran mas cosas para ver en menos espacio así que no viene mal pasar mas de una vez.
Comenzamos viendo el Hotel Plaza, bueno más bien la lona que recubre los andamios que hay en su fachada.
Sólo con darnos la vuelta y echar un vistazo a la otra acera nos encontramos la Apple Store mas famosa, la juguetería con mas encanto (F.A.O. Schwarz) y un pequeño centro comercial de lujo con mucha solera, Bergdorf Goodman.
Seguimos bajando intentando no entretenernos mucho pero es imposible. Conseguimos llegar a nuestra calle parando sólo a hacer alguna foto y en una tienda a comprar algunos souvenirs.
Nada más doblar la esquina nos encontramos con que han cortado Madison Ave y han montado un mercadillo de comida. Buscando información no conseguimos saber nada sobre este evento por lo que deduzco que no es algo habitual.
Mucha fruta y zumos por lo poco que vimos. El mayor espectáculo lo estaba dando un asiático que cortaba sandias enteras en poco mas de medio minuto con un machete que asustaba. Una pena que no supiésemos de su existencia porque sino nos hubiésemos quedado mucho mas rato.
Continuamos por la 42nd St hasta el Starbucks que hay al lado del hotel para que Estefania mandase un mail a sus padres. Yo mientras aprovecho para quedar embobado viendo pasar gente y haciendo alguna foto.
Son casi las 18:00 cuando llegamos al hotel así que tenemos el tiempo justo para darnos una ducha y volver a la calle, no hay tiempo que perder.
En poco más de media hora estamos otra vez listos para la última parte del día. Volvemos a recorrernos casi toda la 42nd St hasta Port Authority no sin antes comprar un smoothie de naranja y zanahoria en el mercadillo de Madison Ave para el camino.
Times Square está ya a tope por lo que hay que andar haciendo zig zag entre las miles de personas que hay por la plaza.
Llegamos a la terminal de autobuses donde preguntamos en información dónde podemos sacar los tickets para ir al Metlife Stadium en Jersey. Por lo poco que entendemos estamos en el edificio incorrecto, tenemos que volver a salir a la calle y entrar en el de en frente. Rápidamente entramos por la puerta que hay al lado y sacamos nuestros tickets (40$) de ida y vuelta al estadio.
Vamos a la dársena de la que salen los autobuses cada 20min hasta que comienza el partido. Seguimos a unas chicas con las camisetas de los Giants que parecen conocer mejor el camino que nosotros.
En poco minutos se llena el bus y partimos hacia el estado vecino. Cruzamos el Lincoln Tunnel y poco antes de llegar nos encontramos con un gran atasco. Nuestra idea de disfrutar del ambiente prepartido se va difuminando y nos conformamos con no llegar demasiado tarde.
Por si fuera poco, tenia en la cabeza que el partido empezaba a las 20:30 cuando en realidad era a las 20:00. No sé que nos pasa hoy con los horarios.
Bajamos del bus y cruzamos todo el parking hasta el control de acceso. Nos da bastante rabia no haber llegado antes para ver el ambiente pero todo no puede ser.
A punto de empezar el partido todavía queda gente en las afueras del estadio. Está claro que es un partido de pretemporada y la gente va a pasárselo bien mas que a otra cosa.
Ya en el control de entrada nos miran bien que no llevemos nada que ellos consideren peligroso y me miden la cámara. Da exactamente el máximo permitido para poder pasarla al estadio, así que después del suspiro de alivio vamos para dentro.
Cabe destacar que las medidas de seguridad en los estadios de la NFL son muy altas, no permiten entrar con bolsos o mochilas que no sean transparentes y un sin fin de normas que podemos ver en su pagina web.
Mientras vamos alucinando con todo lo que nos rodea y el buen rollo que se respira buscamos nuestra sección, la 106 y nos acomodamos en nuestros asientos.
Por fin estamos viendo un partido de NFL! Todo nos parece súper autentico, nos encanta. Incluida a Estefania que llega a emocionarse con la imagen de las familias disfrutando el partido del domingo. El partido en sí no vale mucho, la pretemporada se utiliza mas bien para que jueguen los suplentes y los nuevos fichajes del Draft.
La verdad es que nos da igual, el tiempo se nos pasa volando y no queremos que termine.
Un poco antes del descanso salimos para coger algo de cenar. Aquí la variedad es increíble y cuesta decidirse. Al final Estefania se coge una pizza de Papa John’s y yo un platazo de nachos con salsas y chili. Para beber como no podía ser de otra forma, un Mountain Dew.
Las dos cosas estaban muy buenas pero los nachos nos gustaron más en el estadio de los Yankees y la pizza era pequeña aunque deliciosa.
Seguimos disfrutando como enanos del ambiente y de la gente que hay por allí.



Poco antes de que termine el último cuarto y con el partido sentenciado decidimos abandonar nuestros asientos para dar buena cuenta de las tiendas del estadio.
Los Giants perdieron, tónica general de lo que sucedería el resto de la temporada…una pena.
Empezamos con los pequeños puestos que hay repartidos por los pasillos para terminar en la tienda oficial del estadio. Al final terminamos gastándonos el doble de lo que nos habían costado las entradas para ver el partido pero un día es un día.
Salimos de allí con mi camiseta de Manning puesta y nos dirigimos al mismo sitio donde unas horas antes nos había dejado el autobús. Después de cruzar el parking y subirnos en el, aprovechamos para descansar un rato ya que la entrada a Manhattan iba a ser mas lenta que la salida. Estefania echa una cabezadita hasta que llegamos a Port Authority pero todavía nos queda un rato para llegar al hotel y poder descansar.
Volvemos a cruzarnos toda nuestra querida 42rd St, con todo el mogollón de gente que hay a esa hora en Times Square. A pesar del cansancio no puedo resistirme a sacar alguna foto.


Por fin llegamos a nuestra querida habitación y caemos en la cama antes de que nos queramos dar cuenta.
Aquí termina otro día bastante completito en el que hemos hecho casi todo lo previsto. Sólo nos ha faltado ver más a fondo Spanish Harlem y haber llegado antes al estadio.