Día 4 | Oviedo - Cangas de Onís - Covadonga - Potes - Fuente De - San Vicente de la Barquera - Santillana del Mar

Nos levantamos temprano, ya que el día de conducción por delante es intenso. En este hotel no nos entra el desayuno, se puede comprar aparte pero es muy caro y tampoco nos apetece. Vamos al bar que está frente al Palacio de Congresos, en un sitio lleno de policías. El coche lo aparcamos delante del hotel en zona azul, si llegas por la tarde y te marchas temprano solo hay que pagar unas horas hasta que se termina el horario de zona azul.

En nada salimos de Oviedo en dirección Cangas de Onís, el día está un poco nublado, pero no llueve y con eso es suficiente. Las autovías de cemento son verdaderamente odiosas.

En carretera la conducción es cómoda, pese acercarnos a los picos de Europa

Paisaje místico entre la niebla

En poco más de una hora llegamos a Cangas de Onís, más muestras de palacetes muy bien cuidados

Y el famoso puente, con los Picos de Europa al fondo

Poco después salimos hacia Covadonga, donde haríamos otra parada.
El plan de viaje inicial era subir a los lagos, pero finalmente lo descartamos. La carretera a los lagos es muy estrecha y no teníamos ninguna intención de estresarnos o ponernos nerviosos con la conducción. En verano hay buses que suben hasta los lagos, y la carretera está cerrada a los coches, pero el resto del año no existe esa posibilidad. Para nosotros subir en bus hubiera sido mejor.
También existe la posibilidad de tomar el funicular de Bulnes como excursión alternativa. Igualmente, nos recomendaron mucho visitar Potes y Fuente De (gran consejo!) así que descartamos los lagos y Bulnes definitivamente. Si tenéis más tiempo en la zona parecen dos buenas opciones que se pueden hacer el mismo día.
Covadonga es muy interesante incluso si no eres creyente, al ser un lugar relevante desde el punto de vista histórico.



Bajamos otra vez hasta Cangas y enfilamos ya rumbo Este, la carretera transcurre por montañas, desfiladeros y colinas. Es muy chula para conducir y hay varios miradores por el camino.


En este punto la carretera va literalmente por encima del río

Dando un descanso al coche, paramos para cruzar un puente colgante que nos gustó mucho. Parecíamos dos niños saltando encima de él, ya que es un puente flexible sobre cables de aceros que se tensa con unos muelles. Fue una chorrada pero reímos un buen rato




Seguimos el viaje, contentos de habernos parado a estirar las piernas, ya que el desfiladero hacia Potes es angosto y terriblemente incómodo de conducir. Al llegar sentimos que merece la pena igualmente subir


Potes es muy bonito, paseamos un rato y vamos a comer. En Potes había mucha cosa cerrada ese día, así que decidimos cenar un poco mejor, y para comer fuimos a un restaurante de menú con fabada, cocido liebaniego y carnes. Fue normalito, a mi pareja le gustó más que a mí. Unos 30€ entre los dos, el sitio tenía vistas a la montaña y por ese precio fue aceptable. No lo logro encontrar en Trip Advisor y debí pagar en efectivo.
Salimos en coche hacia Fuente De, donde hay un hermoso funicular que sube a los picos de Europa, a una altura de 2.000 metros snm.


Nos lo pasamos en grande! Lo mejor del viaje. No tuvimos que esperar nada, en verano se ve que hay colas muy largas, y subimos solo con algunos extranjeros más. Al llegar arriba las vistas son maravillosas, pese a estar algo nublado.



Se pueden hacer muchas excursiones desde arriba al macizo que hay hacia las cumbres de los Picos. Caminamos un rato y volvimos, hacía un viento bastante fuerte.


Después de hacernos las fotos en la plataforma de metal que cuelga al vacío (cagados de miedo ya que hacía mucho viento en ese punto y al hacer obras pensábamos que el andamio cercano saldría disparado hacia nosotros) tomamos el funicular de vuelta. Son 16€ por persona subir y bajar, en nuestra opinión vale la pena.
El paisaje de la zona es muy verde, y más diverso que la monotonía de vegetación de la costa del cantábrico.


Tomando otra vez el desfiladero rumbo norte / costa. Dejamos Asturias -patria querida- y alcanzamos Cantabria.

Ya en Cantabria nos paramos un rato en San Vicente de la Barquera, no está mal pero es una visita prescindible en mi opinión. En este viaje a veces parábamos para no conducir tanto tiempo seguido.
Tomamos otra vez la autovía hacia Santillana del Mar. No se qué sentido tiene hacer una autovía de tres carriles por sentido que está medio vacía, pero esto es España.

Llegamos a Santillana del Mar al atardecer, y nos alojamos en el hotel La Casa del Organista, es un hotel precioso con muy buenas críticas y muy bien gestionado. Teníamos una habitación en la buhardilla, con balconcito.
Todo genial, el hotel es una casa antigua con todo el encanto posible. Costó 66€ con desayuno incluido, así que muy buen precio. Tenemos la sensación que en temporada alta los hoteles deben valer el doble, porque la calidad que ofrecen a ese precio es excepcional.
Ya de noche salimos a dar una vuelta y a cenar. El pueblo a esas horas está desierto.

Miramos un poco las críticas antes de salir, pero casi todo está cerrado. Vamos al Restaurante El Castillo ya que está lleno y suponemos que debe ser bueno. Hacen menús a precio cerrado, comemos primeros, buen pescado con un Rueda blanco y postres caseros. A nosotros nos gustó, aunque el precio de 55€ en total es algo caro para lo que es, de ahí las críticas no tan buenas en Tripadvisor.
Y tras la alegría de tanto vino blanco y de las experiencias de la jornada, vamos a descansar al hotel.