Nos levantamos y desayunamos un café con leche y un croissant en un Paul que había justo enfrente, por 2€. Debo decir que es lo más barato que se puede desayunar en Paris.
Compramos un ticket de 1 día de metro( 7€), pues lo íbamos a usar a menudo. El primer sitio al que fuimos fue a la Plaza del Trocadero. En principio no ves nada, pero según andas hacia la plaza y doblas la esquina, ahí la ves, la famosísima Torre Eiffel. Desde la plaza del Trocadero hay una vista perfecta. Como nosotros llegamos por la mañana, teníamos el sol de frente T_T La zona además la componen otros pabellones, ya que pertenecen a la exposición universal de 1889. La Torre Eiffel era el arco de entrada a la feria.
Después de 200 fotos, fuimos paseando por los Campos de Marte hasta la Escuela Militar.
Un poco más cerca se encuentra el hotel de los Inválidos, un edificio con una cúpula dorada donde se encuentra la tumba de Napoleón. Antiguamente era un hospital donde acudían los mutilados de guerra y otras personas “inválidas” para descansar hasta el fin de sus días.
Bordeamos los Inválidos y nos dirigimos dirección al puente de Alejandro III, el puente más elegante de Paris.
Seguimos paseando por la orilla del Sena hacia el este dirección la Asamblea Nacional, un edificio parecido a la Iglesia de la Madalena.
Cerca de allí se encuentra el Museo de Orsay, una antigua estación de trenes en la que se encuentran, entre otras obras, pinturas de Toulouse-Lautrec y “La habitación” de Van Gogh.
Buscamos la boca de metro más cercana y nos dirigimos hasta la iglesia de St. Sulpice. Luego llegamos hasta los jardines de Luxemburgo donde aprovechamos para ir al baño (0,5€ por persona). Cogimos una avenida dirección al Panteón, donde se encuentra, por ejemplo, el péndulo de Foucault y las tumbas de Voltaire y Victor Hugo.
Es una zona muy animada, llena de estudiantes, ya que allí se encuentra la Universidad de La Sorbona.
Ya en el barrio latino, buscamos un sitio donde comer, pues habíamos leído que era una zona barata. Hay restaurantes griegos, turcos, etc.
Con la panza llena, cogimos el metro en St. Michel hacia Montmartre. Lo primero que vimos fue el Moulin Rouge, el famoso cabaret.
Tomamos las empinadas calles hasta la plaza de Tertre, llena de pintores. Es un bonito barrio empedrado de bohemios.
Unas calles más allá se encuentra la Basílica del Sagrado Corazón, para mí mi zona favorita de París. La Basílica es preciosa, las vistas de París son excelentes, el ambiente es genial. Allí estuvimos un buen rato sentados en las escaleras, tomando el sol de Febrero, disfrutando del ambiente.
Ya descansados, descendimos las escaleras y cogimos el metro dirección la Bastilla. Antiguamente se convirtió en una cárcel para presos políticos. Los excesos de la monarquía derivaron en el descontento del pueblo, que tomaron y destruyeron la Bastilla, lo que dió inicio a la revolución francesa en 1789. De lo que había hace siglos, hoy día no queda nada, solo una columna en honor a los caídos en la revolución.
Cerca de la zona está la plaza de Vosges. Había leído que es de las plazas más antiguas y bonitas de París, pero a nosotros no nos lo pareció, supongo que por la época que era.
Después fuimos a visitar las galerías Lafayette. Nos esperábamos algo del estilo de Harrod´s, y nos encontramos con un Corte inglés pero más caro

Sobre las 19:00 nos echaron elegantemente porque cerraban, y nos fuimos a ver la Torre Eiffel de noche. A cada hora y durante 5 minutos, hay un espectáculo de luces que nosotros no vimos, ya que hacía mucho frío y decidimos irnos al apartamento y dar por zanjado nuestro primer día completo en París, que ya era suficiente
