Empezábamos la última etapa del viaje, poco a poco habíamos ido quemando y etapas y cada vez nos quedaba menos para volver a casa, afortunadamente todavía teníamos por delante 5 días para recorrer la isla más joven del archipiélago de Hawaii, nuestro primer destino en la isla sería la zona de Kona, a donde volamos con Hawaiian Airlines desde Oahu, en menos de una hora aterrizábamos en la otra isla.

Nos dirigimos a recoger nuestro coche de alquiler, q nuevamente volvía a ser con Dollar, pero oh sorpresa, esta vez el chico que nos atiende nos dice que el carnet internacional no es válido y que sin el carnet español no nos puede dar el coche, casi nos da un ataque, le explicamos que ya hemos alquilado con Dollar en este mismo viaje y que no hemos tenido problemas, que el carnet internacional es válido por si solo, el chico insiste y nosotros protestamos más, finalmente accede a llamar a su supervisora y que ella hable con nosotros, por teléfono le explicó la situación, que en Oahu habíamos alquilado sin problemas con ellos y q por favor no nos pusiera inconvenientes al carnet, ella me reconoce que el chico de Oahu había tenido un fallo al alquilarnos el coche (bendito fallo) y que por tanto iba a hacer la excepción de permitirnos llevarnos el coche a pesar de no presentar físicamente nuestro carnet de conducir español (porque llegue a mostrárselo escaneado), vamos que nos dijo que nos estaba haciendo un super favor. Yo casi tenía hasta ganas de llorar porque si no nos dejaban alquilar el coche todos nuestros planes para estos 5 días se iban al traste. Finalmente conseguimos irnos de allí con nuestro Ford Escape.
El hotel que escogimos para los primeros días fue el Hilton Waikoloa Village, un capricho donde los haya, se trata de un complejo turístico que cuenta con un tren para recorrerlo y poder desplazarte por él, además también hay una barca que circula por un canal por los edificios centrales. Es un complejo enorme, tiene una gran laguna q entra directamente del mar, por lo que en ella te puedes encontrar tanto peces de colores como tortugas nadando tranquilamente. También tiene un tanque con delfines con los q te puedes bañar y unas cuantas piscinas. Vamos un lujerio de resort al que nosotros no estamos acostumbrados, ni supimos sacarle partido ya que estábamos todo el día fuera del hotel conociendo sitios.


Llegamos a medio día a la isla, así que esta tarde cogimos la carretera en dirección sur y fuimos parando donde nos apetecía sin un rumbo fijo, observando lo diferente que es esta isla en comparación con Oahu, aquí la mayoría del terreno es lava solidificada, lenguas de lava enormes aunque de repente te asalta la naturaleza y aparecen flores de vivos colores y árboles frondosos, nos estaba pareciendo una isla mucho más natural y auténtica que Oahu, y sin tanto turista. Bajamos por la carretera hasta ver las coladas de lava de 1800. Nos acercamos también a ver los petroglifos que hay en los alrededores del hotel, se trata de símbolos tallados en la roca.



El primer día amaneció nublado pero aun así cogimos las gafas de snorkel y nos dirigimos a Hapuna Beach, se trata de una playa muy grande de arena blanca al norte del Hilton, estuvimos un rato allí pero rápidamente vimos que no era una zona para hacer snorkel, entonces nos acercamos a los vigilantes a preguntarles si sabían a donde podíamos ir para ver peces. Nos señalaron un extremo de la playa, donde se encuentra un hotel, que tiene una pequeña cala y allí podríamos ver peces. También nos recomendaron otra playa, Beach 69, en la que el snorkel sería mucho mejor. Primero nos fuimos al extremo de la playa y aunque había pececitos de colores por allí tampoco es que fuera gran cosa, así que al rato nos dirigimos a la otra playa q nos habían dicho y efectivamente allí la cosa era diferente, ya había muchísimos más corales de colores y muchísimos más peces, un gran acierto.



Después de comer pusimos rumbo hasta el mirador de Waipio Valley, desde la playa en la que estábamos hay como una hora de ruta. Durante el viaje hacia allí el tiempo cambió radicalmente, empezó a llover con ganas y azotaba el viento, pero afortunadamente cuando llegamos al mirador había parado. Se el valle impresionante a tanta altura, todo verde y frondoso con una gran playa de arena negra, desde el mirador hay una carretera que baja pero solamente está recomendada a 4x4 y nosotros no teníamos, así que nos conformamos con verlo desde las alturas solamente.

No nos quedamos mucho tiempo porque habíamos reservado para cenar en el luau que organiza el Hilton, así que a las 5:30 teníamos que estar preparados para cenar, se trata de una especie de cena típica hawaiiana, en la que hay bailes y comida típica, como cerdo asado bajo tierra o envuelto en hojas de col, era buffet libre y estaba todo muy bueno. El espectáculo es bastante entretenido, a través de bailes tradicionales te van narrando una historia. Es una turistada en toda regla, pero a mí me gustó mucho, algo que en otro sitio nunca veré. El Luau nos costó unos 178€ para los dos, un poco carillo.


Al día siguiente nos levantamos con la sorpresa de que el viento nos había llevado los bañadores que teníamos secando en el balcón, había soplado tan fuerte durante la noche que los voló de la silla donde los teníamos secando, no sabemos si volaron al mar o cayeron en otro balcón porque no aparecieron a pesar de pasarnos un buen rato buscándolo y de avisar para ver si los encontraba alguien. Si lo que no nos pase a nosotros…
Hoy tocaba día de relax porque además con el lío de los bañadores habíamos perdido parte de la mañana, así que nuestro primer destino fue al norte de la isla a Kapa’a Beach, pero cuando llegamos nos dimos cuenta que con la corriente que había era imposible poder hacer snorkel, así que dimos media vuelta y fuimos tirando hacia el sur, nuestra intención era llegar a una playa de piedras verdes, de olivino, pero cuando tomamos el desvió nos encontramos con una pista en bastante mal estado, al principio había como un invernadero y el señor de allí nos dijo que mejor no bajáramos con nuestro coche, que era una pista mala y al final era de lava con lo que había que bajar con un 4x4 para que se agarrara bien a las piedras porque si no el coche patinaría.


Así que con las mismas pusimos dirección a Captain Cook, que es uno de los mejores sitios para hacer snorkel, lo que nosotros nos sabíamos es que cuando llegáramos ya estarían recogiendo los kayak, porque se trata de una ensenada a donde solamente puedes llegar nadando o en kayak, y claro una milla nadando como que no nos apetecía mucho. Preguntamos por el precio de los kayaks y la mejor hora para ir, pero al día siguiente ya nos íbamos para el otro lado de la isla y no sabíamos si nos daría tiempo volver. Una pena.
Tras esto decidimos que lo mejor era irnos para el hotel a disfrutar un poco de las laguna y las piscinas, así que dicho y hecho, nos fuimos a bañar a la laguna y a hacer un poco de snorkel en ella, había algún que otro pez. Estuvimos recorriendo el hotel, viendo los delfines en el tanque, los flamencos y bajando a la playa a ver el atardecer. Un fin de día de relax.
