Solíamos levantarnos temprano, la verdad es que es un gustazo levantarse temprano cuando no hay que trabajar… la rutina que se instaló en nosotros era más o menos de mañanas playeras y tardes piscineras…
El amanecer en este lugar del mundo es espectacular, la gama de colores que cubre el cielo y la luz ambiente, es simplemente extraordinaria e invita a pasear por la playa, todavía solitaria a estas horas, únicamente interrumpida por los operarios que van limpiando de algas la zona…
Solíamos dar largos paseos después de desayunar nada más abrían el Royal Gourmet, desayunos consistentes por mi parte para preparar el cuerpo para el día, más ligeros los de mi mujer…
Solíamos encontrarnos en la playa a la vuelta de nuestros paseos a parejas de forer@ que iniciaban sus paseos: Angeles50, Sinita, Nakomi, Ceyan…
Así hasta alcanzar la altura de la playa del Palace, donde se situaban los animadores de POP, invariablemente allí se encontraba el matrimonio catalán con otros amigos…
Entre visitas al bar la Uva, cervecitas y aperitivos variados, risas con Aurora, Angel y Aida y los gorriones, solíamos volver a la playa del Royal donde normalmente en primera línea teníamos nuestro cuartel general, allí solíamos encontrarnos con Sinita, y otros forer@s... Las risas estaban aseguradas…
Sobre las 12 solíamos desaparecer con rumbo a los dominios de “Tiburón”, música, ron y bachatas con la mejor de las compañías… nuestros nuevos amigos.
A la hora del almuerzo la cosa era algo caótica… lo mismo se terciaba ir al Royal Gourmet que comer en un buffet, bien el Bohío, bien el Behique…
Justo después de almorzar, algunos solíamos volver a los dominios de “Tiburón” y allí pasar buenos ratos participando en los juegos de animación o jugando en la piscina al voleibol y por supuesto con las risas por bandera, acompañados de “Tiburón”, Juan y sus buenísimos cocteles y presidentes…
Cuando terminaba el turno de William “Tiburón” y se marchaba, era el toque de queda para desplazarnos a la nueva piscina de adultos a la espalda de la zona Royal…
Aquí comenzaba una nueva sesión de risas acompañadas por un buen Imperial pasado por agua (es decir dentro de la piscina)…
Decir que hasta que no anochecía no salíamos de la piscina, todo ello sin parar de reírnos y saborear en mi caso Imperial… tardes inolvidables…







