Despues de dormir toda la noche nos despertamos sobre las 06:15.
Mi garganta seguía dándome la paliza, pero no lo suficiente como para tumbarme. Con tal de no tener fiebre me conformaba.
Una de las primeras cosas que hice al levantarme fue ver la vista que teníamos desde la habitación. Era esta:


Bajamos a desayunar y como era el primer día decidimos hacerlo al lado de la playa, por lo tanto nos dirigimos al bufet del Tropical, el Agora. Nada de tren, queríamos ver lo máximo posible, por lo que bajamos andando. La distancia no es mucha, unos 600-700m, pero si la haces varias veces en el día, la cosa cambia jeje. De camino nos encontramos con uno de los planos del hotel, que me extrañó que estuviera escrito tambien en ruso:

El bufet bien, bastante grande, y con abundante comida de todo tipo, bollería, pancakes, tortillas, tacos, mermeladas, fruta... Tiene una zona fuera, al lado de la playa y dos interiores con suficientes mesas. En cuanto a la cantidad y calidad de la comida no hay queja. Siempre tomé jugo de chinola (maracuyá, creo). Nunca lo había probado y estaba bastante rico. Tambien había que recuerde, de sandía, de piña, una mezcla de varios que sabía a medicina y de naranja, que me parece que era de polvos.
Lo dicho, desayunamos al ladito de la playa. Como se estaba madre!!



Pues eso, nos fuimos a andar por la playa. Estaba bastante vacía y alucinamos. Fuimos en dirección al Cortecito. Por la playa nos fuimos encontrando vendedores de puestos de regalos que te entran para que les vayas a visitar su tienda. Algunos se hacen un poco pesados. A otros les coges la tarjeta que te dan y listo, pero hay otros que... Me hizo gracia el primero que me dio su tarjeta con su tlf detrás y una nota que dice "NO PRESSURE" Frankie se llama.
Vista de la playa:

Por las mañanas, varios hombres recogían las algas que iban llegando durante la noche a la playa. Primero las juntaban todas en sacos y despues iban recogiendo esos sacos:

Subimos a la habitación (andando, por supuesto), nos cambiamos de ropa, cogimos las cremas del sol y volvimos hacia la playa. Este era uno de los trenes que andaban por el hotel:




Buscamos el lugar para hacer las trenzas y las chicas que daban masajes nos dijeron que la chica que las hacía tenía el día libre y que volvía al día siguiente a las 9 de la mañana. Nada, a esperar.
(A partir de ahora colocaré las fotos al final de la etapa).
Volvimos arriba, esta vez en el tren, porque nos habían dicho que para reservar en los restaurantes para la cena tendríamos que hacerlo a partir de las 13:00. Llamé desde la habitación y reservamos para ese día en La Góndola (italiano) y para el día siguiente en el Ma Maison (francés). Vimos en la carta de servicios del spa que hacían las trenzas, por lo que Celeste llamó al spa para preguntar el su precio. 85$. Le pareció bien. Le dieron cita para las 5 de la tarde en el spa del Tropical.
Vuelta a bajar para comer. Comimos en el restaurante del Caribe. Probamos la famosa cerveza Presidente


Terminamos de comer y volvimos a la playa. Allí vi actuar por primera vez la zodiac-ala delta. Un ala delta con una zodiac debajo y un motor detrás. Curioso "aparato". Cogía velocidad en el mar, levantaba vuelo, daba unas vueltecillas enfrente a la playa y amerizaba como diez minutos más tarde. Cuando menos me pareció llamativo.
Anduvimos por la playa, en dirección al Cortecito, con la intención de si no que daba muy lejos echar un ojo, para comprar algún regalillo.
Buff, llegamos a una especie de muelle que hay como a 1,5km. Decidimos dar vuelta porque estábamos agotados

(Seguimos en otro momento que toca cenar

Como Celeste había quedado en el spa del Tropical para las trenzas, allí la dejé y con mis gafas y mi tubo me fui a la playa a ver un poco el fondo del mar. La chica del spa dijo que tardarían sobre 1h aproximadamente.
Me metí en el agua y justo en la orilla no se ve casi nada. Hay que nadar un poco (no mucho) hacia la zona que se ve como mas oscura desde la playa, que es como una barrera de algas y piedras. Ahí ya se empiezan a ver algunos peces. Pude ver entre otros a un pez globo pequeño. Al menos eso me pareció, porque baje a verlo un poco de cerca y me parecio ver las tipicas espinas de estos peces retraidas. Era el mismo pez que sale en un anuncio de la tele de unas pastillas contra los gases.
En un agujero de una piedra pude ver las antenas de una langosta que estaba alli escondida. Cada vez alucinaba más con lo que veia. Un poco mas tarde una especie de agujas que van casi a la altura de la superficie del agua.
Me quedé con esa zona y sería la que más visitaría en mis "inmersiones" diarias. Los días siguientes ya con la cámara dentro de su funda estanca.
Volví a recoger a Celeste al spa y ya me estaba esperando en el jardín. Habían acabado en mucho menos tiempo de una hora.
Subimos a la habitación a prepararnos para la cena. La teniamos para las 21h, por lo que como teníamos tiempo nos tomamos una cañita en uno de los bares de enfrente a nuestra villa.
En ellos hay todo tipo de asientos, más o menos cómodos, pero por variedad de ellos que no sea

A eso de las 20:30 nos dirigimos hacia donde estaba el restaurante italiano (La Góndola). Aunque teníamos mesa para las 21, preguntamos en la entrada si podríamos entrar antes. Nos dijeron que iban con un poco de retraso, por lo que nos tocó esperar fuera. No problema, una vuelta por la zona, que debía ser la antigua recepción del Caribe y otra Presidente fresquita para hacer la espera más llevadera. La verdad es que de todo lo que habíamos andado durante el día estábamos hechos polvo y yo que había estrenado sandalias de playa, tenía los pies que no los sentía

Entramos al restaurante a las 21:20 +ó-. Lo primero que se nota es frío. Como ya dijo más de una persona en el foro, el aire acondicionado si puede estar a 15º no está a 16

En los restaurantes temáticos te dan una carta de comidas y otra de vinos no incluidos en el menú.
Flipé, vino carísimo, sobre 50$ una botella de Albariño, por poner un ejemplo. Decidimos seguir con Presidente

La comida muy buena. Riquísima y abundante. Así en todos los temáticos. En algunos demasiada cantidad, diría.
Como anécdota, decir que había un señor de cumple y en un momento dado apagaron todas las luces del reastaurante y los camareros entraron en fila india con una tarta y velas, cantando Happy Birthday al que cumplía años.
Pues nada, terminamos de cenar y rápido a dormir que estábamos que no podíamos ni con el alma.











