![]() ![]() MEANDRO DEL DANUBIO-BUDAPEST ✏️ Diarios de Viajes de Hungria
Para este día escogimos una de las excursiones más famosas que se pueden hacer desde Budapest, el meandro del Danubio. Pero en nuestro caso decidimos no contratar ninguna excursión organizada que, por lo que he visto, ven poco y hacerla por...![]() Diario: POLONIA, ESLOVAQUIA Y HUNGRÍA⭐ Puntos: 4.8 (5 Votos) Etapas: 25 Localización:![]() Para este día escogimos una de las excursiones más famosas que se pueden hacer desde Budapest, el meandro del Danubio. Pero en nuestro caso decidimos no contratar ninguna excursión organizada que, por lo que he visto, ven poco y hacerla por nuestra cuenta. Para ello primero tenemos que ir hasta la parada de metro de Arpad Hid (línea azul) para ir a la estación de autobuses y coger un bus nº 880 de Volanzbus para ir a Esztergom. Tuvimos la gran suerte de poder coger el de las 7 de la mañana (que llega a las 8 y pico). Cuesta algo más de 900 florines por persona. Esztergom es la ciudad natal de san Esteban y uno de los grandes centros espirituales de Hungría (actualmente sede del cardenal primado). El punto principal para visitar es la Basílica, situada en un cerro junto a las ruinas del palacio. Se construyó en el siglo XIX y tiene una impresionante cúpula que alcanza los 100 metros de altura. La basílica es el edificio más grande de Hungría y desde ella se obtienen impresionantes vistas. Está dedicada a la Virgen María de la Asunción y a san Adalberto. En su interior podemos destacar el retablo de la Asunción de la Santísima Virgen María, la pintura más grande del mundo pintada en una sola pieza de tela, la capilla renacentista Bakócz y la cripta. La entrada a la basílica es gratis pero se tiene que pagar entrada para subir a la cúpula, para ver el museo y para entrar en la cripta. La entrada conjunta cuesta 1400 florines y todo menos la cúpula 1100. Se tiene que tener en cuenta que la estación de autobuses está un poco apartada de la basílica pero ésta es relativamente fácil de localizar porque la cúpula se ve nada más llegar a la ciudad. En caso de duda siempre se puede preguntar. Lo que no se debe hacer es cometer el mismo error que cometimos nosotros de volver caminando a toda prisa a coger el autobús a la estación porque casi a los pies de la colina tiene una parada. A las 10.40 cogimos nuevamente el bus para ir (400 y pico florines por persona) a Visegrád. Se trata de una pequeña población que, no obstante, sirvió como residencia veraniega a los reyes húngaros en el siglo XIV. Lo primero que hicimos fue ir a un supermercado para comprar algo para comer y luego aprovechamos que nos comprábamos un helado para preguntarle a la dependienta si había algún taxi o autobús que te subiera a la ciudadela. Después de poner cara de extrañada dijo que no así que no nos quedaba más remedio que buscar el camino de subida. Desde la iglesia parte una calle en la que se ven varios cartelitos. Para ir a la ciudadela tenemos que seguir el que viene indicado como “Fellegvár”. La subida está muy empinada, por zona boscosa y algunas piedras. Se tarda unos 40 minutos (aunque hicimos una parada para comer) aunque el tiempo de espera en la cola para comprar los tickets no se queda muy atrás. Se trata de las ruinas de una fortaleza de los siglos XIII y XIV que se construyó en tiempos del rey Bela IV. En la época de los Anjou se amplió y el rey Segismundo construyó el sistema de murallas exterior y una torre en la zona oeste. El sistema defensivo se completó con el rey Matías Corvino. Durante la ocupación turca sufrió muchos daños y con Leopoldo I de Habsburgo se acabó de derribar. Ahora lo encontramos restaurado y la visita resulta agradable. Tienes la opción de comprar con la entrada la del Panoptikum, dos salas con piezas en cera que explican hechos de la vida en la corte y un encuentro de reyes que tuvo lugar en 1335 (una cumbre de reyes). La entrada con el minimuseo de cera cuesta 1700 florines y sin él 1400. Dentro encontramos una réplica de la corona de Hungría, que estuvo allí guardada durante un tiempo. Las vistas desde el castillo son espectaculares (en las excursiones organizadas sólo se va por eso). Una vez terminada la visita emprendimos el camino de bajada aunque a Javi se le ocurrió tomar un desvío que podría llevarnos a la Torre de Salomón. Al final lo único que conseguimos fue dar más vuelta para acabar en el camino principal pero ganamos mejores vistas durante la bajada. Ya en el pueblo nos encaminamos (bien señalizado) hacia las ruinas del palacio real que no visitamos y a la Torre de Salomón ya mencionada. Al parecer el conjunto del palacio fue uno de los más grandes de la Hungría medieval. Se construyó en tiempos de Carlos Roberto de Anjou, cuando este rey decidió trasladar la corte real a Visegrád (1323). Con el reinado de Segismundo se amplió notablemente. Se sabe que era un palacio de planta cuadrada rodeado de muros, dejando la antigua capilla fuera (el rey la donó a una orden religiosa). También se le dotó de un jardín tan grande como el propio palacio, con una fuente en el centro. Con la muerte de Segismundo el conjunto se descuidó y no fue hasta el matrimonio de Matías Corvino con Beatriz de Aragón en 1476 cuando se reconstruyó en estilo renacentista, añadiendo nuevas fuentes y elementos ornamentales. En su tiempo se consideró a ese palacio como un paraíso en la tierra aunque después de Matías empezó a descuidarse y con la llegada de los turcos se dejó del todo. A principios del siglo XX había quedado prácticamente olvidado pero después de la Segunda Guerra Mundial se empezaron las excavaciones. Actualmente se cree que se ha encontrado sólo una tercera parte del recinto original, que se ha reconstruido. Llama la atención una hermosa fuente de mármol rojo llamada Fuente de Hércules. En cuanto a la Torre de Salomón, es una torre hexagonal construida en el siglo XIII. La leyenda cuenta que Matías Corvino tuvo prisionero allí a Vlad Tepes, el famoso Drácula. La forma actual data de 1968. Mide 31 metros de alto y sus muros 3,5 metros de ancho. Dentro de la torre se hacen exposiciones. Bajando desde la Torre de Salomón no tardamos en encontrar una parada de autobús para ir a Szentendre. El precio es de poco más de 400 florines por persona. No sé decir cuál es la parada idónea para bajarse pero nosotros escogimos una cuando vimos unos restos romanos al otro lado de la calle. Bajando un poco enseguida encontramos el casco antiguo. Szentendre (es decir, San Andrés) recibe el sobrenombre de “ciudad del arte y de los museos”. Es una pequeña localidad a 20 km. de Budapest y está plagada de turistas. Es importante destacar que muchos serbios se establecieron allí, huyendo de los turcos, y formaron sus barrios con sus propias iglesias. Testigo de ello es la Iglesia de Blagovesztenszka, actualmente museo de arte religioso ortodoxo, o la Iglesia de Belgrado. Ésta última, conocida como iglesia griega, se construyó por los serbios en el siglo XVIII y es sede del patriarca ortodoxo serbio en Hungría. La plaza más importante de la ciudad es la Plaza Fö. En medio encontramos una cruz de hierro que se construyó en 1763 por orden de los supervivientes de una gran epidemia de peste bubónica. A un lado encontramos la Iglesia de Blagovesztenszka ya mencionada, levantada en el siglo XVIII y con un balcón curvo y un campanario escalonado, ejemplos del barroco tardío. Junto a ella está la Galería de Szentendre, donde se exhiben las obras de artistas locales. Al otro lado de la plaza encontramos el museo Kmetty, consagrado a la vida y obra de un pionero del cubismo. Más al norte está el museo de otro artista, el pintor impresionista Ferenczy. En él también se exhiben las obras de su esposa, pintora, y de sus tres hijos (un pintor, un escultor y un bordador). En lo alto de una pequeña colina encontramos la Plaza Templom, una plaza amurallada que ocupa el lugar del antiguo fuerte romano de Ulcisia. Fue centro de la ciudad en la edad media y ahora es popular entre los turistas por las vistas de la ciudad que se tienen desde allí. En el centro de la plaza encontramos una iglesia católica. La forma que vemos ahora es barroca del siglo XVIII pero sus orígenes son románicos. Toda la ciudad está repleta de locales para tomar algo y tiendas de recuerdos de todo tipo. También podemos visitar un museo de mazapán donde nos sorprenderán las figuras (algunas como Lady Di o Michael Jackson son enormes). Desde Szentendre cogimos el barco (compramos los billetes en la oficina de turismo) para volver a Budapest. Al llegar a la ciudad diez minutos después de las ocho tuvimos la suerte de poder ver cómo encendían la iluminación de los principales monumentos, una estampa inolvidable. Para terminar la larga jornada nos fuimos al restaurante Araz para cenar (y probamos el solomillo de cerdo Mangalica). Índice del Diario: POLONIA, ESLOVAQUIA Y HUNGRÍA
01: VIAJE
02: VARSOVIA
03: CZESTOCHOWA- AUSCHWITZ-CRACOVIA
04: CRACOVIA
05: WROCLAW
06: POZNAN- TORUN
07: TORUN- MALBORK- SOPOT- GDANSK
08: GDANSK-VARSOVIA
09: VARSOVIA
10: VARSOVIA- BIALOWIEZA- VARSOVIA
11: VARSOVIA
12: CRACOVIA
13: CRACOVIA- ZAKOPANE- MORSKIE OKO
14: CRACOVIA
15: CRACOVIA- RUTA DE LA ARQUITECTURA DE MADERA- TREN A BRATISLAVA
16: BRATISLAVA- BOJNICE- CASTILLO DE DEVIN
17: TRENCIN-TRNAVA-BRATISLAVA
18: BRATISLAVA-BUDAPEST
19: BUDAPEST
20: LLANURA HÚNGARA-BUDAPEST
21: MEANDRO DEL DANUBIO-BUDAPEST
22: PECS
23: BUDAPEST
24: BUDAPEST- LAGO BALATON
25: BUDAPEST
📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 0 (0 Votos)
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