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EL ESPÍRITU DE CRACOVIA
EL ESPÍRITU DE CRACOVIA
En muchos puntos de Polonia se ven pequeños altares
Domingo, 11 de Octubre, 2015
Me desperté este día bastante cansado. Estaba claro que el hecho de andar en bici o cargando con ella durante los dos últimos días "por esos caminos de Dios" me estaba pasando factura. Además tengo que decir que ando con molestias en una rodilla. Realmente estaba notando los cambios climáticos otoñales y más especialmente en Cracovia.
Fui a desayunar con el block de notas, el móvil y la guía de viajes para sopesar las distintas posibilidades que me presentaba la Cracovia dominical. Me apetecía asistir a una misa polaca.
a) Ir a misa a la Iglesia de Nuestra Señora Reina de Polonia, también denominada "El Arca" (Kosciol N.M.P. Królowej Polski "Arka") porque su construcción fue inspirada por el Arca de Noé, y famosa por toda la controversia que produjo su edificación en territorio enemigo: en medio de "la ciudad socialista por antonomasia" Nowa Huta. Especialmente problemático fue erigir su gran Cruz (que fue derribada varias veces por el régimen). Karol Wojtila tuvo que ver mucho en esto. Y ya, de paso, pedalear por la zona, especialmente por su famosa Plaza de Ronald Reagan.
b) Visitar la Abadía de Tyniec, ya que no tuve tiempo de ir el día anterior. Está situado a 12 kms del centro de Cracovia. Se puede recorrer desde el centro de Cracovia, yendo por el Planty, Wawel, cruzando el Vístula y a lo largo de éste durante 12 kms hasta llegar a la Abadía. Parte de este recorrido lo hice el día anterior al regresar desde el Monasterio Camaduliense hasta Cracovia.
c) Ir a una misa en una de las iglesias del Stare Miasto. Justyna me habló de la misa de los estudiantes que se celebra en la Iglesia de los Dominicos. Y de paso ir al mercadillo dominical en la calle Grzegórzecka (señalado con el número 25 en el mapa de "Los Cybulskiegos") para luego visitar en el Kazimierz las sinagogas que no pude ver los días anteriores por estar cerradas.
Por un momento, sopesé la posibilidad de ir a Nowa Huta en transporte público y por eso tras el desayuno, pregunté a la amable "Cybulskiega" de recepción cómo ir a la iglesia "The Ark". Aquí pude ser testigo del magnífico servicio al cliente de este alojamiento: Hizo una búsqueda en internet y me dió respuestas muy concisas: Me dijo que tenía que ir a la cercana parada de Czarnowiejska y coger uno de estos dos buses: [Bus Num 139] o bien el [bus Num 501]. Ambos autobuses van en la misma dirección: Kombinat, que es la última parada, pero yo me tenía que bajar en una parada anterior llamada "Arka". Los buses tienen pantallas que te indican cuál va a ser la próxima parada.
Estuvimos hablando un poquillo y me dijo que a la mayoría de los cracovianos no les gusta mucho Nowa Huta porque lo asocian a los comunistas. Yo por mi parte tengo que decir que aunque ésta iglesia tiene su historia, sé que no es especialmente bella y, por muy grande que sea, Nowa Huta tampoco me atrae estéticamente. Así que al final decidí no ir, pues he estado con anterioridad en ciudades con pasado soviético (Yerevan, en Armenia, es un claro ejemplo) y la verdad es que -aunque tienen sus puntos de interés- en general, son auténticas monstruosidades de cemento... Por no mencionar los atentados ecológicos que llevaron a cabo en el Lago Sevan...
También descarté pedalear hasta Tyniec en un frío día gris que amenazaba lluvias.
Pero sí me atraía la idea de ir a una misa polaca y teniendo en cuenta que estaba bastante cansado, decidí tomármelo con calma e ir a la misa de 11 de la Iglesia de los Franciscanos. Fui en bici, pues pedaleando mi rodilla se resiente menos. Más que todo porque el peso de tu cuerpo cuando vas en bici no recae sobre tus rodillas. Una pateada podría dejarme hecho polvo. El día, además, se presentaba oscuro, gris y muy frío.
Fui a misa de 11. La iglesia estaba bastante llena, pero encontré sitio donde sentarme en la zona media de la nave. Fue fundada en el siglo XII por el duque Boleslaw y su esposa la bendita Salomea. Fue muy dañada por las invasiones suecas y por un gran incendio en 1850 y se reconstruyó en estilo neo-románico y neo-gótico. En su interior destaca el trabajo del artista Stanislaw Wyspianski con sus murales de estilo Art Nouveau y las originales y coloristas vidrieras, realizados hacia el año 1900. Llama bastante la atención la vidriera titulada "Let it be", situada sobre la entrada principal de la iglesia, en la parte de atrás, sobre el coro. Representa a Dios Padre en pleno proceso de Creación emergiendo -de una forma muy expresiva por medio de formas sinuosas y vivos colores- del caos cósmico.
Vidriera "Let it be" de Wyspianski, en la Iglesia de los Franciscano
Fue una misa normalita. Evidentemente no entendí nada. Me llamó la atención (y no sólo en los Franciscanos, si no en toda Cracovia) la joven edad de los curas. Y me pareció muy curioso cómo se organizan para tomar la Comunión: En vez de dirigirse todos y cada uno de los feligreses, haciendo cola por el pasillo central de la nave, hacia el altar lo que hacen es, desde la fila en la que están sentados, van al pasillo pero sin ir hasta el altar, si no que se quedan ahí esperando a que sea el sacerdote oficiante el que pase ante ellos, recorriendo todo el pasillo, dando de comulgar. Vamos: Que el cura que da la misa recorre la iglesia de punta a punta "repartiendo hostias"
La celebración fue más larga que un día sin pan. Cuando terminó, esperé un ratito a que se disipase la feligresía para hacer un par de fotos de la iglesia con menos gente. Pero no dio tiempo a mucho: En seguida comenzaba la siguiente misa: La de 12 ¡¡Y de qué manera!!: Con un fantástico de coro de voces graves (Chóru Cecylianskiego). Me quedé un rato a escucharlos. Oí un par de piezas. Si os gusta la música sacra y tenéis curiosidad por conocer la polaca: Este es el lugar y la hora.
No me quedé a toda la celebración. Cogí la bici y me fui a la iglesia de las Dominicas, que está muy cerca. Pero también tenía misa... De hecho la iglesia estaba hasta la bandera. No cabía ni un alfiler. La gente de pie. No había espacio. Y comprobé que la mayoría era gente joven: Era la misa de los estudiantes.
Este es un pueblo muy, muy religioso. Yo creo que es porque, al haber estado primero dominado por los nazis, que aniquilaron prácticamente a la totalidad de la población judía de Cracovia, y luego los comunistas reprimiendo a los católicos, se ha producido una reacción ante esa intolerancia. Preparando mi viaje, cuando he estado leyendo episodios de los conflictos que tuvieron los católicos contra el régimen comunista polaco pensé en algún momento que esto en cierto modo era como una versión del siglo XX de las torturas y persecuciones que sufrieron los primeros cristianos cuando el Imperio Romano. La historia se repite en momentos y lugares diferentes, pero se repite. Una de las historias que más me llamaron la atención fue la del polémico Padre Zaleski.
- Tadeusz Isakowicz-Zaleski: "El Padre Controversias" de Cracovia -
Nació en Cracovia en 1956, hijo de padre polaco y madre armenia. Desde pequeño estuvo involucrado en organizaciones católicas. Se graduó y comenzó sus estudios en su seminario -con una interrupción en medio para hacer la "mili polaca"- A finales de los 70 se unió a movimientos estudiantiles anticomunistas asociados con el sindicato Solidaridad. Además escribía poesía y artículos en la revista católica "Cruz de Nowa Huta".
En los 80 siguió colaborando con Solidaridad y en 1983, tras ordenarse, iba a ser enviado a Roma para estudiar en el Colegio Armenio Pontificio, cosa que no pudo hacer al no permitírselo el gobierno comunista polaco a causa de su conflictivo pasado. Fue esta la época en que finalizó la vida de Jerzy Popieluszko, mártir de la oposición anticomunista polaca. Zaleski cooperó con las comunidades cristianas trabajadoras desde su parroquia de Mistrzejovice, en Nowa Huta y en varias ocasiones sufrió torturas por parte de los agentes de los servicios secretos. Especialmente en 1985 cuando fue golpeado la primera vez y marcándole una ´V´ en el pecho con el fuego de un cigarrillo la segunda. En 1988, participó -como cura de los trabajadores- ayudando en las huelgas que tuvieron lugar en el complejo siderúrgico de Nowa Huta. Y junto con monjes y monjas de distintos conventos fundó la organización Albert Chmielowski para ayudar a pobres y discapacitados.
Tras la caída del comunismo, se concentró en sus actividades parroquiales y humanitarias. Pero en el 2005, en la celebración del 25 Aniversario de Solidaridad llegó a sus oídos que en el período anterior a 1989 la policía secreta del régimen comunista había abierto un expediente sobre él y que esos archivos estaban ahora bajo el control de la nueva policía polaca pero que si se pedía permiso al Instituto de Memoria Nacional Polaco (IPN) uno -como víctima- podía acceder a las investigaciones que por entonces se hicieron sobre su persona. Y así fue: Pidió dicho permiso, accedió a un documento de 500 páginas que incluía material sobre él y sus actividades, un video que muestra cómo fue amordazado y golpeado y los nombres y apellidos de aquellos que proporcionaron información sobre él. Y ciertamente se puede decir que a veces la realidad supera a cualquier ficción: Entre esos nombres estaban los de compañeros suyos sacerdotes de diversas parroquias de Cracovia. Incluso cuatro de ellos, veinticinco años después, ocupaban cargos de obispos.
Ante tal descubrimiento, hizo una apelación pública pidiendo a aquellos religiosos que colaboraron con los comunistas a que den la cara y lo digan públicamente. La curia polaca le ordenó que se callase. Mientras tanto él escribió un libro titulado "Sacerdotes polacos y la policía secreta comunista". El cardenal Dziwisz condenó públicamente en una carta sus actividades, criticándolas de irresponsables y de estar enfocadas a "dañar la reputación de la Iglesia". La presión fue tal que el "Padre Controversias" entró en una crisis, planteándose dejar el sacerdocio, sin llegar a hacerlo finalmente. Siguió estudiando el caso, descubriendo que desde 1944 hasta 1989 nada menos que 39 curas fueron colaboradores. Según Zaleski, el silencio que la Iglesia polaca ha guardado al respecto durante 16 años ha hecho más daño que si hubiese hablado claro, arrepentiéndose de sus actividades.
Su libro se publicó finalmente en Febrero del 2007. En Noviembre recibió el premio Josef Makiewicz. La publicación atrajo la atención del público y fue un éxito de ventas. Zaleski ha destinado todas las ganancias a organizaciones de caridad y recibió la más alta distinción polaca: La Orden Polonia Restituta. Finalmente recibió una disculpa oficial y pública por parte del Cardenal de Varsovia, en nombre de la Iglesia. Muchos de los cargos eclesiásticos que colaboraron con el régimen comunista polaco han dimitido de sus puestos.
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Nació en Cracovia en 1956, hijo de padre polaco y madre armenia. Desde pequeño estuvo involucrado en organizaciones católicas. Se graduó y comenzó sus estudios en su seminario -con una interrupción en medio para hacer la "mili polaca"- A finales de los 70 se unió a movimientos estudiantiles anticomunistas asociados con el sindicato Solidaridad. Además escribía poesía y artículos en la revista católica "Cruz de Nowa Huta".
En los 80 siguió colaborando con Solidaridad y en 1983, tras ordenarse, iba a ser enviado a Roma para estudiar en el Colegio Armenio Pontificio, cosa que no pudo hacer al no permitírselo el gobierno comunista polaco a causa de su conflictivo pasado. Fue esta la época en que finalizó la vida de Jerzy Popieluszko, mártir de la oposición anticomunista polaca. Zaleski cooperó con las comunidades cristianas trabajadoras desde su parroquia de Mistrzejovice, en Nowa Huta y en varias ocasiones sufrió torturas por parte de los agentes de los servicios secretos. Especialmente en 1985 cuando fue golpeado la primera vez y marcándole una ´V´ en el pecho con el fuego de un cigarrillo la segunda. En 1988, participó -como cura de los trabajadores- ayudando en las huelgas que tuvieron lugar en el complejo siderúrgico de Nowa Huta. Y junto con monjes y monjas de distintos conventos fundó la organización Albert Chmielowski para ayudar a pobres y discapacitados.
Tras la caída del comunismo, se concentró en sus actividades parroquiales y humanitarias. Pero en el 2005, en la celebración del 25 Aniversario de Solidaridad llegó a sus oídos que en el período anterior a 1989 la policía secreta del régimen comunista había abierto un expediente sobre él y que esos archivos estaban ahora bajo el control de la nueva policía polaca pero que si se pedía permiso al Instituto de Memoria Nacional Polaco (IPN) uno -como víctima- podía acceder a las investigaciones que por entonces se hicieron sobre su persona. Y así fue: Pidió dicho permiso, accedió a un documento de 500 páginas que incluía material sobre él y sus actividades, un video que muestra cómo fue amordazado y golpeado y los nombres y apellidos de aquellos que proporcionaron información sobre él. Y ciertamente se puede decir que a veces la realidad supera a cualquier ficción: Entre esos nombres estaban los de compañeros suyos sacerdotes de diversas parroquias de Cracovia. Incluso cuatro de ellos, veinticinco años después, ocupaban cargos de obispos.
Ante tal descubrimiento, hizo una apelación pública pidiendo a aquellos religiosos que colaboraron con los comunistas a que den la cara y lo digan públicamente. La curia polaca le ordenó que se callase. Mientras tanto él escribió un libro titulado "Sacerdotes polacos y la policía secreta comunista". El cardenal Dziwisz condenó públicamente en una carta sus actividades, criticándolas de irresponsables y de estar enfocadas a "dañar la reputación de la Iglesia". La presión fue tal que el "Padre Controversias" entró en una crisis, planteándose dejar el sacerdocio, sin llegar a hacerlo finalmente. Siguió estudiando el caso, descubriendo que desde 1944 hasta 1989 nada menos que 39 curas fueron colaboradores. Según Zaleski, el silencio que la Iglesia polaca ha guardado al respecto durante 16 años ha hecho más daño que si hubiese hablado claro, arrepentiéndose de sus actividades.
Su libro se publicó finalmente en Febrero del 2007. En Noviembre recibió el premio Josef Makiewicz. La publicación atrajo la atención del público y fue un éxito de ventas. Zaleski ha destinado todas las ganancias a organizaciones de caridad y recibió la más alta distinción polaca: La Orden Polonia Restituta. Finalmente recibió una disculpa oficial y pública por parte del Cardenal de Varsovia, en nombre de la Iglesia. Muchos de los cargos eclesiásticos que colaboraron con el régimen comunista polaco han dimitido de sus puestos.
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Como digo: Muchas veces la realidad supera a la ficción. Tras ésta aproximación al cristianismo cracoviano decidí a llevar a cabo una aproximación a una muy popular religión de nuestros días: El consumismo
Sobre dos ruedas me encaminé hacia la calle Grzegórzecka donde, según el mapa de "Los Cybulskiegos" (número 25), se celebra los domingos un mercadillo. En 5 minutos me hallaba candando la bici a una farola cercana y visitando algunos puestillos.Vi puestos de ropa y zapatos baratos, aunque no muchos. Hay uno de bicis usadas, luego una zona de puestos de flores. En la zona cubierta se encuentran los puestos de libros de segunda mano. Y luego ya, desperdigados por la parte trasera y los laterales e incluso en mantas por el suelo, antigüedades, trastos del ático que salen a relucir tras una limpieza a fondo, cacharrería diversa y demás "productos variados".
La verdad es que no compré nada al final. Me pareció en general un poco cutre. He visto mercados mejores. Vinadas me dijo más tarde que había otro en la Nowy Plac del barrio judío, pero no llegué a verlo.
Cogí de nuevo el velocípedo y me fui a dar un tranquilo paseo dominical por el Planty. El día estaba realmente gris y la temperatura estaba bajando por momentos.
El Planty es el parque que rodea el Stare Miasto
Fui de nuevo hasta Wawel y, rodeando el castillo por los carriles de bicis que hay junto al río llegué de nuevo al puente del Padre Bernatek, desde donde entré de nuevo al barrio judío de Kazimierz para entrar en las sinagogas que no pude visitar el otro día al estar cerradas. Fui primero a la Sinagoga Vieja (Sinagoga Stara), construída a principios del siglo XVI. La entrada es gratis. Su interior es bastante sobrio. Dentro, además, también está el Museo Judío. Durante mi presencia se produjo una pequeña ceremonia de premios entre un grupo de unas 20 personas.
Salí y recorrí la calle Szeroka, que en realidad es una plaza, que sería bonita si no estuviese llena de coches aparcados. Deberían cerrarla al tráfico. Entré en la Sinagoga Remu´h, que tiene al lado un cementerio judío. Esta es una de las dos sinagogas de Cracovia que sigue en activo y, por lo tanto los hombres nos tenemos que cubrir la cabeza. Fundada por Israel Isserles Auerbach en 1553, recibe el nombre de su hijo: el Rabino Moises Remuh, autor, filósofo y milagrero.
Interior de la Sinagoga Remu´h
Junto a esta sinagoga está el cementerio Remu´h, fundado en 1553, se dejó de utilizar por problemas de espacio, al crearse el Nuevo Cementerio de Kazimierz en el año 1800. Fue destrozado en la II Guerra Mundial por los nazis, aunque la tumba de Remu´h quedó intacta.
Muro de las lamentaciones del Cementerio Remu´h
Salí y me dí una vuelta por la calle Szeroka para buscar un sitio donde comer. Me fui a uno llamado Vinci, italiano-polaco. Comí un zurek y un plato de pasta con una cerveza por unos 10€. Nada especial. Una vez comido, me encaminé a Podgórze, pues aún no me había adentrado en este distrito denominado "El Ghetto". Crucé el río y ahí me planté. Es realmente feo. Sus calles estaban vacías y un poco desvencijadas. El Rynek lo único que tiene interesante es la iglesia de San José pero los otros edificios que lo rodean no tienen ninguna gracia. Fui a la Plaza de los Héroes del Gueto y allí estaban las tristemente famosas 70 sillas (una por cada 1.000 muertos) recordando a los judios que aquí perdieron sus vidas.
Kazimierz: Calle Szeroka / Podgórze: Iglesia de San José / Sillas de la Plaza de los Héroes del Ghetto
Me quedé muy poco tiempo ahí. Es un sitio que me da malas vibraciones. Seguidamente me fui al Stare Miasto a comprar algunos souvenirs en algún puesto del mercado de paños. El día, aunque sin llover, era realmente gris y oscuro.
Me tomé un café y un pastel en uno de los cafés que están en el edificio del mercado de paños en el Rynek: Café Vienés. Una turistada tremenda. Muy grande y clásico. Y como turistada que es, caro, claro está. Pero había que combatir el frío y estaba anocheciendo, ya que tuve el almuerzo bastante tarde. La clientela era de avanzada edad. Un típo de bohemias greñas tocaba lánguidamente el Adagio Cantabile de la Sonata Patética de Beethoven para crear ambiente. Estuve "wasapeando" un rato y contacté con Vinadas y su amigo de Madrid que acababan de llegar de su excursión a Auschwitz. Quedé al cabo de una hora, así que tenía el tiempo justo de cruzar el río y sacar una foto nocturna de Wawel desde el meandro del Vístula situado justo enfrente. Tengo suerte de tener la bici y en 10 minutos te plantas al otro lado del río.
Wawel de noche
Bueno, pues no sé qué me pasó que me entretuve más de la cuenta y llegué 10 minutos tarde a mi cita con Vinadas y Diego
, que estaban esperando ahí congelados en el Rynek. Nos fuimos a cenar a la Gospedia Koko, en la Calle Golebia, 8. Tienen menús consistentes en una sopa y un plato principal de pollo servido con ensalada de acompañamiento por 14 zlotys. Si le añades la cerveza, 20 zlotys (5€). Y ahí estuvimos un buen rato hablando de lo divino y de lo humano, de lo trascendental y de lo mundano. Muy buena tertulia y muy buena gente.Al salir nos fuimos cada uno a nuestros respectivos alojamientos, que la temperatura de la noche cracoviana era realmente fría. Al día siguiente tocaba Wieliczka, pero esto lo cuento en la siguiente etapa.
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fue el amanecer de la etapa blanca)
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