Hoy amanece casi despejado, por lo que nos levantamos contentos ya que es fundamental tener buen tiempo para poder disfrutar al máximo de nuestra próxima visita, hoy comeremos en un restaurante del Mont Saint Michel y cenaremos en Cancale para regresar al Mont Saint Michel, el recorrido de hoy no llega a los 150 km. Después de desayunar en un café cercano al teatro Victor Hugo, damos nuestro último paseo por Fougeres y tomamos rumbo al Mont Saint Michel, son algo más de 40 km que hacemos en menos de 40 minutos. Lo primero que hacemos es dejar nuestro equipaje en una casa rural, la misma dispone además de habitaciones, de apartamentos para familias, tiene también una granja de gallinas y pavos. Una vez dejado el equipaje vamos andando desde la casa rural a una de las paradas de la lanzadera, concretamente la que se encuentra justo al lado de la presa, son unos 10 minutos andando, el viaje en la lanzadera es gratuito y su duración son alrededor de 5 minutos desde esta parada, al Mont Saint Michel también se puede ir andando a través del puente-pasarela o en un coche de caballos llamado Maringote, para más información práctica sobre accesos, parking, tarifas, planos, click aquí.
Le Mont Saint Michel. El pueblo y su abadía se levantan sobre un islote rocoso de casi un kilometro de circunferencia protegido por unas murallas del siglo XII y XV, a lo largo del pueblo hay numerosos edificios historicos y protegidos de los siglos XV y XVI, el acceso al pueblo se hace a traves de tres puertas fortificadas, la porte de l´Avance que da acceso a un patio fortificado y que en la antigüedad acogía al cuerpo de guardia de los burgueses, hoy aquí se situa la oficina de turismo. La segunda puerta es la porte du Boulevard que tiene otro pequeño patio, y la tercera y última es la porte du Roi que da acceso a la Grand Rue, una estrecha y sinuosa calle adoquinada llena de tiendas de souvenirs, cafés y restaurantes y que da acceso a la famosa abadía.
Porte de I´Avance y Porte du Boulevard
Porte du Boulevard, Porte du Roi y escaleras de acceso a la muralla
Grand Rue, tejados y abadía desde la muralla y casa colgante en la Grand Rue
Si por algo es conocido Mont Saint Michel y por eso uno de los lugares mas visitados de Francia después de la torre Eiffel y el palacio de Versalles, es por la bella estampa desde la distancia de la Abadia benedictina fortificada, que antaño era lugar de peregrinaje y que durante la revolución francesa fue también cárcel, este edificio esta construido en varios estilos arquitectónicos carolingio, románico y gótico.
El primer edificio sobre el que se construyó la abadía tiene su origen en el siglo VIII siendo un pequeño oratorio, en el siglo X se sustituyó por una iglesia y con el paso de los siglos se fueron añadiendo las criptas, el claustro, las dependencias del abad, la guardia real y las diversas estancias de los monjes y peregrinos que acudían en peregrinaje cada vez más numeroso hasta que en el siglo XV comenzó su decadencia.
El acceso a la Abadía se hace a través del castillete con sus dos torres en saledizo y que dispone de almenas y matacanes como medio de defensa, pero para llegar a la entrada, antes hay que esforzarse y subir una escalera principal exterior de piedra muy empinada conocida con el nombre de "el abismo". La visita a la abadía la iniciamos en la sala de guardia, a partir de este punto según un decreto de Carlos V como consecuencia de la guerra de los cien años se prohibía el paso a cualquier persona armada, subimos por la escalera principal interior que discurre entre la iglesia y las viviendas abaciales para acceder a la terraza oeste en la planta superior desde donde se obtienen unas vistas espectaculares, la visita sigue a través de la iglesia que está coronada con la estatua de San Miguel realizada en cobre cincelado y que culmina la aguja de la iglesia, la estatua mide 4,5 metros y pesa cerca de 500 kg, desde la iglesia se accede al claustro del siglo XIII y desde aquí al refectorio que era el lugar donde comían los monjes, a continuación la visita sigue en orden descendente por las diferentes salas, como la sala de los huéspedes del siglo XIII que dispone de grandes chimeneas que permitían preparar las comidas a los peregrinos de mas alta alcurnia, la cripta de los gruesos pilares del siglo XV que no era un lugar de culto, se cree que era una sala de espera para los que tenían que ser juzgados ya que justo al lado a través de una pequeña puerta se encuentra la sala Belle-Chaise (accesible en visitas guiadas) que era el lugar donde el abad impartía justicia, durante el recorrido seguimos descubriendo mas criptas, capillas, escaleras y la sala de los caballeros del siglo XIII que era sala de trabajo y de estudio para los monjes, en el muro norte de esta sala hay dos grandes chimeneas y unas letrinas, al final del recorrido interior llegamos a la sala conocida como la capellania, esta sala del siglo XIII era el lugar donde los monjes ejercían la caridad, se acogía a los pobres y peregrinos, esta sala está dividida en dos partes, en un lado estan las taquillas y en el otro la tienda, la visita de la abadía nos llevó casi hora y media siguiendo la audio-guía que alquilamos, terminada la visita salimos por los jardines al norte de la abadía que nos dejarán al lado de la Grand Rue. La abadía y su conjunto es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se le conoce con el nombre de “La Maravilla”.
El primer edificio sobre el que se construyó la abadía tiene su origen en el siglo VIII siendo un pequeño oratorio, en el siglo X se sustituyó por una iglesia y con el paso de los siglos se fueron añadiendo las criptas, el claustro, las dependencias del abad, la guardia real y las diversas estancias de los monjes y peregrinos que acudían en peregrinaje cada vez más numeroso hasta que en el siglo XV comenzó su decadencia.
El acceso a la Abadía se hace a través del castillete con sus dos torres en saledizo y que dispone de almenas y matacanes como medio de defensa, pero para llegar a la entrada, antes hay que esforzarse y subir una escalera principal exterior de piedra muy empinada conocida con el nombre de "el abismo". La visita a la abadía la iniciamos en la sala de guardia, a partir de este punto según un decreto de Carlos V como consecuencia de la guerra de los cien años se prohibía el paso a cualquier persona armada, subimos por la escalera principal interior que discurre entre la iglesia y las viviendas abaciales para acceder a la terraza oeste en la planta superior desde donde se obtienen unas vistas espectaculares, la visita sigue a través de la iglesia que está coronada con la estatua de San Miguel realizada en cobre cincelado y que culmina la aguja de la iglesia, la estatua mide 4,5 metros y pesa cerca de 500 kg, desde la iglesia se accede al claustro del siglo XIII y desde aquí al refectorio que era el lugar donde comían los monjes, a continuación la visita sigue en orden descendente por las diferentes salas, como la sala de los huéspedes del siglo XIII que dispone de grandes chimeneas que permitían preparar las comidas a los peregrinos de mas alta alcurnia, la cripta de los gruesos pilares del siglo XV que no era un lugar de culto, se cree que era una sala de espera para los que tenían que ser juzgados ya que justo al lado a través de una pequeña puerta se encuentra la sala Belle-Chaise (accesible en visitas guiadas) que era el lugar donde el abad impartía justicia, durante el recorrido seguimos descubriendo mas criptas, capillas, escaleras y la sala de los caballeros del siglo XIII que era sala de trabajo y de estudio para los monjes, en el muro norte de esta sala hay dos grandes chimeneas y unas letrinas, al final del recorrido interior llegamos a la sala conocida como la capellania, esta sala del siglo XIII era el lugar donde los monjes ejercían la caridad, se acogía a los pobres y peregrinos, esta sala está dividida en dos partes, en un lado estan las taquillas y en el otro la tienda, la visita de la abadía nos llevó casi hora y media siguiendo la audio-guía que alquilamos, terminada la visita salimos por los jardines al norte de la abadía que nos dejarán al lado de la Grand Rue. La abadía y su conjunto es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se le conoce con el nombre de “La Maravilla”.
Escalera exterior e interior, iglesia abacial, claustro, escalera norte-sur del siglo XI que conecta la capilla de San Esteban con la iglesia abacial y la iglesia prerromanica, sala de los caballeros y salida a los jardines del norte
Cisterna para recoger el agua de lluvia y pasadizo que comunica la iglesia con los aposentos abaciales y claustro
Es la una y media y esta vez bajamos siguiendo la muralla hasta la puerta du Roi, aquí bajamos a la Grand Rue para ir a comer a una crepería que personalmente recomiendo llamada La Sirene (opiniones) el acceso al restaurante se hace a través de una tienda de souvenirs subiendo unas escaleras estrechas ya que el mismo se encuentra en la primera planta del edificio, la cocina está a la vista, las galettes y las crepes las hacen al momento, no son de las que estan hechas y recalientan y están realmente buenas, el local es pequeño con poco espacio entre las mesas pero acogedor, y muy bien de precio en relación a la calidad, además hay que decir sobre el personal que fueron muy amables.
Muralla exterior de la abadia
Terminada la comida vamos hasta la capilla de St Aubert que es una capilla de origen románico del siglo XII situada en un saliente rocoso del islote en el lado noroeste, es un monumento Histórico de Francia, si seguimos rodeando el islote de la isla en la cara norte llegamos a la fuente de St Aubert del siglo VIII, según la leyenda aquí surgió una fuente de agua dulce que abasteció de agua a los moradores de la abadía hasta el siglo XV.
Camino sobre la muralla, vista desde la base del islote camino a la capilla de St Aubert, capilla y fuente de St Aubert
Capilla de St Aubert
Son las 17:30 y terminada la visita decidimos ir a cenar a Cancale y conocer este pueblo costero famoso por sus ostras, el pueblo la verdad no tiene mucho atractivo, nosotros aparcamos el coche en el parking gratuito situado en la Rue des Jeux y desde ahí fuimos andando unos 10 minutos hasta el faro donde están los puestos ambulantes de ostras y desde donde en un día claro se puede divisar el Mont Saint Michel, durante el trayecto vimos multitud de restaurantes a elegir donde cenar, al final fuimos a uno en el que había mucha gente para no fallar, pedimos una variedad de productos del mar menos ostras, ya que no nos gustan, y bueno que os voy a decir yo que soy de origen gallego y nacido en San Sebastian, aunque no tenemos queja de la cena me quedo con los mejillones y nécoras gallegas y el txangurro de Donosti.
Terminada la cena nos volvimos al Mont Saint Michel y aprovechando que a esa hora el control de entrada para clientes de restaurantes y hoteles esta abierto, aparcamos el coche justo al lado de la parada de la lanzadera, son poco mas de las diez de la noche y la parada esta llena de asiáticos con sus imponentes cámaras. De nuevo en el Mont Saint Michel volvimos a pasear por su calle principal y por la muralla, la sensación paseando por sus desiertos callejones o simplemente observar las vistas desde la altura de la muralla nada tiene que ver con lo que uno siente cuando lo recorre de día ya que a estas horas apenas hay turistas paseando y la mayoría de los restaurantes están cerrados o a punto de hacerlo, en algún momento del paseo uno se puede sentir transportado al siglo XV, después de una media hora disfrutando de una inmensa tranquilidad decidimos volver a la casa rural e ir a descansar. Donde sí os puedo decir que había mucha gente era en la primera parte de la Grand Rue, en las puertas de acceso al mismo monte y en el acceso del puente-pasarela, en donde todos buscaban hacer la mejor foto nocturna, nosotros seguimos nuestro camino de vuelta sin parar, además tuvimos suerte ya que no tuvimos que esperar por la lanzadera porque según llegamos estaba en la parada esperando por la gente, 5 minutos después salió de vuelta al inicio de la ruta y 15 minutos mas tarde ya estábamos en la granja descansando
Para acabar, os dejo un plano del Mont Saint Michel que baje de internet para saber la situación exacta de los puntos visitables que mencione anteriormente.
Imagenes aereas del Mont Saint Michel y su abadia
Mañana daremos nuestro ultimo paseo por la zona y tomaremos rumbo a Saint Malo, pero eso sera en la siguiente etapa, hasta luego viajeros