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Después de muchos días levantándonos temprano este día nos dimos el capricho de amanecer a las 10 de la mañana, ya que hasta las 14 h no llegaríamos a Kristiansand no había ninguna prisa.
De Kristiansad comentaros que es una ciudad de la que no esperaba mucho, y cuando terminó el día tampoco me hubiese importado quedarme allí a vivir, tiene un encanto difícil de describir, muy pequeña, con casas bajas donde se respiraba tranquilidad por todos lados.
Este día cogimos una excursión externa a pie por la ciudad, que sin duda la recomiendo por los 22 € que nos costo por cabeza, en la que una guía sudamericana muy simpática, afincada en Kristiansand desde hace 9 años, nos fue guiando y contando toda la historia que tiene la ciudad.
Empezamos por el puerto, que nada mas verlo la verdad es que es un poco feo, con una refinería al lado, nos contó que hasta hace 20 años era impensable la pesca en esas aguas debido a la contaminación, mucho ha cambiando y crecido la ciudad según nos explicó, han conseguido regenerar toda la bahía y hacer una ciudad que acoge a cruceros en estos días.
Del puerto nos llevaron al mercado del pescado que al lado de el visto en el día anterior en Bergen nada tiene que ver, muy pequeñito. Callejeando llegamos a la catedral y a partir de ahí lo que a mi juico sería la parte mas bonita y encantadora, viendo las casas antiguas que sobrevivieron al incendio. De ahí llegamos a la playa, porque sí, Kristiansand tiene playa y con bandera azul, muy pequeña, pero tiene.
Si no hubiese sido por lo ameno que la guía fue haciendo el paseo, os diría que en esta ciudad tampoco hagáis excursión y vayáis a vuestro aire, porque en sí, la ciudad no tiene ningún monumento que ver a parte de la catedral y el único encanto que tiene es andar por las callejuelas y ver casas antiguas en las que hoy en día sigue viviendo gente.
Fueron 3 horas de excursión muy amenas que como os he dicho recomiendo, si alguno quiere que le diga con quien la contratamos que me mande privado y estaré encantado.
Aquí os dejo alguna foto del puerto de Kristiansad:
Después tuvimos una hora de tiempo libre antes de que el barco zarpase, que aprovechamos para ver las pocas tiendas que la ciudad tiene. Un consejo, aprovechar los días anteriores para hacer vuestras compras de regalitos, porque Kristiansand y Aarhus apenas tienen tiendas.
Por la noche nos esperaba la gran fiesta italiana en el barco, prefiero no desvelaros las sorpresas y que la disfrutéis, solo una cosa que me sorprendió y es ver la verbena italiana que se montó en el salón Moliere, con todos los italianos dándolo todo....
Saludos
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