Antes del rollo, dejo el vínculo a una interesante página de senderismo por Suiza, que quizás pueda ser útil:
http://www.wanderland.ch/en/hiking-in-switzerland.html
El supersónico funicular subterráneo Sunnega Express que asciende como un bólido por el túnel excavado en la montaña desde el año 1980, aunque enteramente renovado en el 2013, tiene su estación Sunnegga – Rothorn en la orilla del río MatterVispa. A la misma, se llega siguiendo las vias del tren desde la estación de Zermatt hasta llegar al río, y cruzándolo al otro lado.
Una vez en la entrada de la estación, se han de caminar 150 metros a través de un corredor intergaláctico retroiluminado, que no es por el que entran los jugadores del Madrid al Bernabeu, si no que llega a los escalones desde donde se entra al inclinado cohete articulado que, con 10 compartimentos para 20 turisnautas cada uno, supera a 36 km/h, con pendientes de hasta el 63% y en un recorrido de kilómetro y medio, los aproximadamente 700 metros de diferencia de altitud entre Zermatt a 1599, y Sunnegga a 2288, en un tiempo cósmico de 3 minutos.

Yo monto en el de las 8’30 de la mañana, -salen con una frecuencia de 10-20 minutos-, para enlazar en Sunnegga con un telecabina que me lleva a la parada intermedia de Blauherd, desde donde empezaré una variante del recorrido de los 5 lagos (5-Seenweg). Por todo el trayecto solo ida, me dejo otros 14 €.
El sendero que cojo ascendiendo hacia la montaña, que no es el de los 5 lagos (seenweg) con el que enlazaré más adelante y que arranca en sentido descendente desde la estación de las telecabinas, se dirige hacia el pico Rothorn, y requiere un buen esfuerzo por el desnivel que tiene.
A medio camino, entre una zona rocosa a un lado del camino, y una con un reguero de agua de deshielo al otro, detecto a una fugaz marmota que se pierde debajo de las piedras, y como me ilusiona hacerles alguna fotografía, a pesar de ser el único día en que tomé la decisión de no cargar con el teleobjetivo, me siento tranquilamente a la espera de que estático, las marmotas me confundan con una estatua de Chungking, y salgan de sus madrigueras.
El plan funciona, y con la vista más agudizada para descubrir a esos rechonchos y pequeños roedores en movimiento, consigo ver unas cuantas y hacerles alguna fotografía, aunque por la distancia, con poco detalle.
Tras perder el tiempo entre marmotas, relax, algún cigarro y sorbos de agua, dos horas de ascenso después, dejándome una porción de pulmones y varios litros de agua corporal en la subida, por encima de nubes y nieves y con unas vistas espectaculares, llego a una bifurcación en una curva donde un poste con indicadores me anuncia que estoy en el pico Furggji a 2981 metros; que a la derecha sale un sendero hacia la cima del Oberrothorn a 3400 metros con llegada en 1h10; que a la izquierda sale otro que me lleva al Unterrothorn a 3100 metros en 20 minutos; y que volviendo por donde he venido, se llega a todos los lagos.
Montaña abajo, llego a la señal donde está el desvío que indica dirección Fluhalp, y tras unas cientos de metros y unas cuantas curvas descendiendo, diviso no muy a lo lejos el lago Stellisee al oeste, a igual distancia al este el glaciar Findel,
y en medio, me topo a la 1 del mediodía, con el hotel restaurante de montaña Fluhalp -http://www.fluhalp-zermatt.ch/- donde, en una terraza con un cuadro privilegiado del Matterhorn y del lago Stellisee, decido quedarme a comer.
Los precios de la carta:
-refrescos, 6 €.
-cerveza 1/3, 5 € y de 1/2, 7-8 €
-spaguettis, entre 19 y 28 €
-ensaladas, entre 12 y 24 €
-rösti con salchichas, entre 22 y 24 €
-fondues, entre 25 y 28 €
-trucha, 35 €
-carnes, entre 39 y 44 €
-postres, entre 6'5 y 15'5 €
-palillos, 2 €
-aire, 50 céntimos
Decido pedir un bratwurst acompañado del tradicional rösti suizo, una especie de tortilla de patatas con cebolla sin huevo, una cerveza de medio litro, un apfelstrudel o strudel de manzana con helado, y un café con hielo. Incluido con los platos, entra un buffet libre gratuito de ensaladas, del que me sirvo un generoso plato de entrada, y del que resalto el excelente maiz que servían. El bratswurst, posiblemente será el mejor y más caro frankfurt que haya comido y coma en mi vida. El rösti era sabroso y abundante, y el strudel con helado era delicioso. Este menú, incluida la mesa panorámica, me salió por un total de 40 €.
Me levanto de la mesa contento y repuesto, y la barriga me gana la carrera que le echo, en el
descenso al lago Stellisee, a apenas 10-15 minutos de la terraza, y donde enlazaremos, ahora sí, con el sendero oficial de los 5 lagos, en alemán, 5-seenweg.
En el Stellisee, otro de esos panorámicos lagos alpinos en los que se reflejan los picos de los alrededores, hay gente, pero no está abarrotado. Algunos se ven sentados en las orillas; otros están fotos o picando algo para reponer fuerzas; y una familia con chavales emerge de las aguas del lago, se ponen una toalla por encima de los hombros, y vienen hacia mí tiritando y hablando en español de la congelación del agua. Me cruzo con ellos, y tras preguntarles sonriente si está muy caliente el agua, me contestan que son de Bilbao.
Le hago el reportaje obligatorio al Stellisee, y reanudo la andadura tomando, en un cruce de caminos, un sendero que unos metros más adelante veo señalizado con color negro. Regreso a la encrucijada, y de los otros dos posibles, descarto el inferior que desciende al cauce del arroyo Findel que mana del glaciar y se dirige a los lagos Grindjisee y Mosjesee, y cojo el que va por encima, a media pared de la ladera que encañona el cauce.
El sendero se estrecha bastante, y más adelante comienza a descender zigzagueando bruscamente por la ladera, hasta que unos metros más abajo se vuelve a enderezar y enfila hacia la falda de la pequeña colina en cuya cima se encuentra primero el Lago Leisse, y unos cuantos metros más arriba, la estación del funicular de Sunnegga.
Me quedo otro rato sentado en la hierba de la orilla del Lago Leisse, que es una gran zona de baños al aire libre para la gente de Zermatt, muy familiar, ya que cuenta con zonas de juegos para niños, barbacoas, instalaciones, un ascensor para superar el desnivel a la estación de tren de Sunnega, y a pocos minutos, puntos de observación de marmotas.
Descarto hacer los 4 o 5 kms más hasta Zermatt, porque estoy achicharrado por el sol, y cojo en Sunnegga el tren atómico de vuelta al valle, cuyo billete me cuesta 7 €. El recorrido aproximado de la variante del sendero que he hecho es de unos 9 kms, a los que les sumo otros 3 kms de los paseos desde el hotel a la estación del Sunnega express.
El camino podría considerarse de dificultad moderada, y en cuestión de equipamiento,
independientemente de las variantes que se hagan, imprescindible protector solar, gorra, agua, buen calzado, y recomendable toalla y bañador para pegarse un chapuzón en el lago Leisee o en el Grunsee. El sendero oficial de los 5 lagos no tiene dificultad, y es apto para niños.
