Primer día en la capital húngara, nos levantamos hacia las 8:45,ya que a las 10 tenemos reservado el free tour de White Umbrella,que sale desde el Parlamento. Decidimos salir a desayunar en alguna cafetería, ya que no pudimos comprar en el supermercado al llegar la noche anterior, y de paso aprovechar para cambiar dinero. Ahora viene la odisea... nos dirigimos hacia Astoria ,por que fue donde vimos más movimiento, (recordemos que era domingo), y bajemos por Kossuth Lajos Ter. Al ser domingo la mayoría de las casas de cambio abría, peeeero a partir de las 10...después de dar mil vueltas cambiamos en la primera casa de cambio que vimos abierta (ya a las 9 aprox.). Ya por fin con dinero desayunamos en el Puskin Kavehaz, dos desayunos franceses que consistían en café con leche, zumo de naranja, dos croissants dulces o salados, por 1000F, primera vez que nos sorprenderíamos con los precios en Hungría.

Entre el desayuno y conectarse al Wifi para los típicos mensajes tranquilizadores a la familia, nos dieron las 09:45, pensando que llegaríamos a tiempo al Free Tour. Pagamos, la camarera que nos preguntó de donde eramos y nos dijo la única frase que sabia decir en castellano “¿Hola, fumas porros?”... buena imagen tienen de España por Europa, sin duda. Tras la anécdota, nos dirigimos, o eso creemos, al Parlamento. Nos perdimos tres o cuatro veces ya que se nos olvidó poner la aplicación Here We Go, la recomendamos, pues permite usarla como GPS, sin necesidad de datos. Cuando llegamos al Parlamento, eran las 10:00 en punto y el punto de encuentro era la parada de metro Kossuth Lajos Ter, pero no la encontramos ni vimos a nadie con el paragüas... así que ¡si!, hemos ido a la carrera para nada porque hemos perdimos la oportunidad del Free Tour, (si hay alguien de la compañía por aquí, nuestras disculpas, ya que no fue intencionado). Ahora debíamos pensar que hacer, era fácil, porque siendo previsores teníamos el día planeado igualmente en la app mTrip asi que nos pusimos manos a la obra solos y sin guía.


Lo primero que hicimos, como no, fue estar un buen rato por el Parlamento, sacando muchísimas fotos desde todos los ángulos posibles. Nos gusto mucho esta zona y además el tiempo acompañaba. Después de tanta carrera y tanto calor decidimos descansar un poco de camino a nuestro siguiente destino. Fuimos a un bar llamado Tulipán, muy cerca del Parlamento, en una calle paralela. Nos tomamos un Nestea y la primera Dreher, que no seria la última obviamente, tras conectarnos al wifi y reponer fuerza, de nuevo nos sorprendimos con los precios en Budapest, ojalá fueran así en España, dos Nestea y la Dreher de medio litro,no llego a los 600F.
Proseguimos nuestra ruta, esta vez, hacia la Plaza de la Libertad, donde paseamos y sacamos de nuevo muchas fotos.

También visitamos la estatua del arcángel San Gabriel atacado por el águila, y nos metimos en la fuente a sacarnos unas fotos, alguno se dio una buena mojadura…Os recomiendo no intentar saltar los chorros, las baldosas tienen como un sensor y cuando las pisas el chorro se quita y puedes pasar... repito NO saltar jajaja está comprobado empíricamente.


Continuamos en dirección a la Basílica de San Esteban, de camino, nos empezamos a sorprender con los muchos coches de alta gama que vemos por la ciudad, visitamos la Basílica por dentro, en la que estaban oficiando misa. En un alarde de valentía decidimos subir al mirador ( nos cuesta unos 1000F a los dos). En un arrebato aún mayor que el anterior preferimos subir por las escaleras en vez de por el ascensor... Unos 360 escalones en caracol que te hacen llegar arriba con la lengua fuera. Eso si, una vez que estas arriba y miras a tu alrededor merece completamente la pena cada escalón.



Pusimos rumbo a la sinagoga, porque que habíamos leído que cerraban pronto. Por el camino paramos en un Spar para comprar agua, y si...la compramos con gas, para la próxima habrá que estar atento. Ya veíamos mucha gente en la zona de la Sinagoga, por lo que hicimos cola y compramos las entradas, tanto para la Sinagoga como para el museo por 7400F los dos. Descansamos en unos bancos antes de entrar y nos conectamos al Wifi de la zona, tras un respiro, entramos. Primero visitamos el cementerio judío y vimos la zona del árbol de la vida, que en sus hojas tiene grabado el nombre de las victimas judías del holocausto. Tras unas fotos, entramos en la Sinagoga, donde nos hacen ponernos una kipá de papel y a taparnos los hombros si queremos entrar. Impresiona por dentro, tiene dos cúpulas enormes y una vidriera espectacular. Después nos dirigimos a ver el museo, que contiene numerosos objetos religiosos antiguos. Al ver el museo ya damos por finalizada la visita.


Tocaba ver donde comer y nos decidimos por el Zing Burguer, en Kiraly Utca, la que yo creo la hamburguesa más sabrosa que haya comido, el precio de dos hamburguesas, dos aguas (sin gas!!), y una ración de unas sabrosísimas patatas fritas, fue de unos 2300F, espectacular.

Habíamos andado 15 km, y solo era mediodía, asi que decidimos ir al apartamento a descansar y despues ir a los baños Szechenyi, a relajarnos y disfrutar de sus famosas piscinas. Cogimos el metro en Oktogon y nos bajamos en la parada con mismo nombre que las termas. Para subir compramos un single ticket (350F) al revisor y lo ticamos en la maquina de la parada. Tras pagar la entrada individual, una de ellas con una cabina ( el precio de la individual sin cabina es de 4900F y la de la cabina 5400F), en la que por cierto cogen dos personas bastante bien, nos cambiamos y...¡a disfrutar!. Probamos todas las piscinas y sus tipos de agua, excepto las saunas, ya que hacía mucho calor y no sabíamos si nos sentaría muy bien… tampoco probamos la de nadar, ya que pedían gorro, y no lo teníamos, además de vacaciones poco deporte íbamos hacer… Tras unas cuatro horas a remojo, nos cambiamos y vamos a coger el metro de nuevo. Compramos el bono de 10 billetes en la estación, que son 10 billetes individuales al precio de 9, ticamos de nuevo y nos bajamos en Oktogon, otra vez que no vemos un revisor…

Llevamos a nuestros apartamento los bártulos y nos duchamos. Decidimos salir a cenar, lo hicimos en un
de los tantos kebabs que hay en la ciudad con sus mesitas en la terraza.

A dormir y descansar como angelitos...