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* Yellowstone NP
- Old Faithful Lodge Cabins
A pesar de que el día amaneció más frío que el anterior, el sol lucía brillante y con fuerza.
Desayunamos en la cabaña como el día anterior, lo dejamos todo bien recogido, cargamos el coche y fuimos hasta el Lodge. A aquellas horas práticamente no había nadie, así que pudimos aparcar una vez más justo delante de la puerta.
Tras hacer el check-out, fuimos al puesto donde vendían cafés. Esta vez sólo nos pedimos uno para compartir ya que el día anterior, que pedimos uno para cada uno, nos costó acabárnoslo.
Antes de seguir, entonar un mea culpa. A partir del día de hoy, la meticulosidad con que había ido anotando todos los gastos del viaje cada noche desapareció. El ya lo anotaré mañana se mantuvo durante varios días hasta que quedó claro que se habían acabado las anotaciones. Lo explico porque a partir de ahora notaréis que no seguiré detallando los gastos del viaje, sólo los que he conseguido recoger por la documentación.
Seguimos con el viaje.
Tras tomarnos el café bien calentitos en el vestíbulo, salimos al exterior. Queríamos ver una nueva erupción del Old Faithful como despedida de la zona. La erupción estaba prevista a las 8:14h, pero como hay un margen de error de diez minutos arriba o abajo, a las 8:00 ya estábamos esperando fuera.
Como había mencionado antes hacía más frío que el día anterior, tanto que incluso había personas que esperaban tapados con una manta por encima (y algún loco en pantalón corto, como se ve en al foto de más abajo). Esta vez no éramos más de 50 personas las que esperábamos la salida del géiser, todo un lujo. Una vez más fuimos conscientes de la suerte de alojarnos en aquella zona.
El escaso público esperando al Old Faithful
El campeón se hizo esperar 20 minutos. Cuando por fin salió lo hizo tapado por una inmensa columna de humo, con lo que no fue especialmente espectacular. A continuación es dejo la mejor foto que pude hacer.
Old Fatihful
Tras el objetivo cumplido fuimos a por el coche y nos pusimos en marcha. Volveríamos a hacer el mismo recorrido de ayer, esta vez sin hacer una sola parada y continuaríamos más hacia el norte, hasta llegar al Norris Geyser Basin.
Nos dio un poquito de pena ir pasando por los diferentes puntos que visitamos el día anterior y no poder parar, pero había que continuar.
Cerca de Madison Junction, justo al pasar el río Madison, encontramos un gran número de coches parados. Allá que fuimos. Los protagonistas era un grupo de bisontes que descansaba tranquilamente junto al río. Supusimos que era la misma manada con la que tantas veces nos habíamos cruzado por la carretera.
Bisontes junto al río Madison
Verlos tranquilamente descansando, paciendo, incluso una cría amamantándose de su madre era muy diferente a verlos transitar por la carretera.
Bisontes junto al río Madison
Mientras yo hacía fotos, Albert entabló conversación con un matrimonio que le dio el chivatazo de que, en LeHardy's Rapids, una zona cercana al Yellowstone Lake, desde hacía un par de días se observaba cada tarde a un oso grizzly alimentándose del cadáver de un bisonte, así que si pasábamos cerca, nos recomendaban no dejar de visitar la zona. Lo dejamos anotado en la lista de tareas pendientes.
- Norris Geyser Basin
Aproximadamente 45 minutos después llegamos al Norris Geyser Basin.
Esta zona está dividida a su vez en dos áreas: la Porcelain Basin y la Back Basin. La segunda bastante más grande que la primera. Nosotros teníamos intención de visitar las dos, así que nos decidimos empezar por la más pequeña, Porcelain Basin.
Tras atravesar un bonito edificio en el que hay una exposición sobre los fenómenos naturales de la zona, sales a un mirador desde donde tienes una perspectiva general de la zona de Porcelain Basin.
Porcelain Basin, vista general.
Desde allá verás un conjunto de fumarolas y piscinas de azul turquesa a través de los cuales discurre la pasarela de madera que marca el recorrido.
Otras de las cosas que llama la atención es el fuerte olor que se percibe. Aunque es bastante desagradable, enseguida te acostumbras.
Cuando empiezas a descender puedes encontrar otros puntos de visión generales de la zona que ofrecen diferentes perspectivas.
Porcelain Basin.
En la esquina inferior izquierda de la anterior foto podéis ver el Ledge Geyser.
Laguna con los Porcelain Springs de fondo
Una vez que haces el loop más grande, hay otro recorrido que se acerca a la Congress Pool y los Porcelain Springs que también merece la pena hacer.
Vistas de Porcelain Springs camino a la Congress Pool
La Congress Pool fue un poco decepcionante, pero hay que decir que esta zona es muy cambiante, con lo que quizás el día que tú la visites la veas diferente a cómo la encontramos nosotros.
Volvimos sobre nuestros pasos a cruzar de nuevo el museo. Al otro lado del edificio encontramos el inicio del recorrido del Back Basin.
Una de las cosas que nos sorprendió de este recorrido es que en la primera parte atraviesas una densa arboleda. Teniendo en cuenta que hasta ahora todas las zonas geotermales visitadas destacaban por la ausencia de zonas boscosas, esto suponía una diferencia paisajística importante.
El primer fenómeno que nos encontramos fue la Emerald Spring, que con su color hacía honor a su hombre.
Emerald Spring
Seguimos más adelante por un tramo de escaleras hasta llegar al Steamboat Geyser, el géiser activo más alto del mundo. El problema es que la erupción es impredecible y la última había sido hacía 2 años, así que, aunque había una fumarola densa y constante, poco había que ver.
Justo al lado estaba la más interesante Cistern Spring.
Cistern Spring
Como ya nos ocurrió en alguna ocasión en el día de ayer, había que esperar a que el viento dispersara la humareda que la cubría para disfrutar de la bonita gama de azules que se dibujaba en el agua.
El Echinus Geyser aportó una nota de color diferente a lo visto en la zona.
Echinus Geyser
Tras seguir caminando un buen trecho más seguimos viendo otros fenómenos geotérmicos. Uno que me llamó la atención fue el Vixen Geyser, por sus piedras redondas rodeándolo. No sé, me pareció bonita la imagen.
Vixen Geyser
Y con una imagen general del Back Basin del Norris Geyser Basin, nos despedimos del lugar.
Back Basin
He resumido mucho esta visita porque muchos de los fenómenos eran parecidos a los vistos el día anterior, pero en total nos llevó una hora y media aproximadamente el recorrido del Back Basin.
Que no te lleve a engaño las pocas fotos que he puesto. Evidentemente, comparado con las zonas visitadas del día anterior, el Norris Geyser Basin no lo consideramos imprescindible, así que si no tienes mucho tiempo en el parque podrías saltártelo, pero si puedes encontrar el tiempo para visitarlo hazlo, no te arrepentirás.
- Roaring Mountain
El Norris Geyser Basin está justo en el cruce con la carretera que correspondería al tramo horizontal del medio del 8 que dibuja las carreteras principales de Yellowstone NP, la Norris Canyon Road.
Esta carretera te lleva hasta la zona de Yellowstone Canyon. Antes de tomar esa carretera, decidimos continuar unos kilómetros hacia el norte en dirección Mammoth Springs para echarle un vistazo a esa parte de Yellowstone que es menos conocida.
No llegamos a Mammoth Springs, eso tocaría el último día. Lo más al norte que llegamos fue a la llamada Roaring Mountain.
Roaring Mountain
Como véis visualmente no tenía mucho de especial: una montaña con algunas fumarolas en su ladera. Pero lo verdaderamente especial del lugar se apreciaba cuando no pasaban coches por la carretera y la gente que por allí estaba se callaba. En medio de ese silencio era cuando escuchabas el rugido de la montaña, el fenómeno que da nombre al lugar.
Como os decía antes, este es el punto máximo al que subimos por la carretera. Desde aquí volvimos a bajar a la zona de Norris Geyser Basin para ir a buscar la Norris Canyon Road.
En el camino de descenso hicimos alguna parada más.
- Twin Lakes
La primera de ellas fueron los Twin Lakes, un paisaje precioso, muy alpino, que hasta ahora no habíamos visto en Yellowstone.
Twin Lakes
- Nymph Lake
Más adelante, otro precioso lago nos animó a parar. Se trataba del Nymph Lake.
Nymph Lake
- Frying Pan Spring
Y casi al lado del anterior la Frying Pan Spring.
Frying Pan Spring
Lo más curioso de este lugar es el sonido que se escuchaba. Y es que parecía aceite chisporroteando en una sarten, de ahí su nombre.
Desde aquí continuamos carretera hasta tomar la Norris Canyon Road. Y al final de aquella carretera nos esperaba el gran momento del día, la visita a Yellowstone Canyon.
- Virginia Cascades
Tras unos minutos recorriendo la Norris Canyon Road, encontramos un desvío hacia la Virginia Cascades. Como unas cascadas siempre son bonitas, para allá que nos fuimos.
El desvío te lleva por una carretera de un solo sentido. Vimos las cascadas desde el coche, pero continuamos adelante a la espera de encontrar un mirador o un sitio donde poder aparcar. Ni lo uno ni lo otro, la única opción era pararte junto a la carretera, hacer la foto y continuar camino.
Acabamos de recorrer la carretera, dimos media vuelta y volvimos a entrar. Esta vez paramos junto a la carretera en pequeño espacio que había. Al momento un par de coches más nos copiaron.
Mientras A. se quedó en el coche, yo salí a hacer la foto. Justo en ese momento apareció un coche con unos Rangers advirtiendo a todo el mundo que estaba prohibido pararse en la carretera. Mientras uno de los dos Rangers decía esto, el otro iba haciendo anotaciones en una libretita.
Yo volví corriendo al coche y nos marchamos. La verdad que estábamos convencidos de que aquél Ranger estaba apuntando matrículas de coches para cursar una multa. Todo hay que decir que a día de hoy no nos ha llegado nada, así que quizás el hombre sólo estaba apuntando un artículo que acababa de recordar en la lista de la compra.
Virginia Cascade
- Yellowstone Canyon Visitor Center Area
No hicimos más paradas hasta llegar a la zona del Visitor Center del Yellowstone Canyon.
Como era ya próxima la hora de comer, decidimos hacerlo en el Canyon Soda Fountain, un lugar recomendado en los foros. La única duda era dónde estaba. El Canyon Soda Fountain lo encontraréis en el interior del edificio del Canyon Village General Store.
Os dejo aquí un link donde encontraréis el menú de este y del resto de lugares para comer situados en las diferentes General Stores del parque
Yellowstone Restaurants
Es un local curioso que estaba formado por una barra muy larga que va haciendo ondulaciones. Nos comimos un par de hamburguesas que estaban bastante bien y a un precio bastante razonable. De hecho, tan satisfechos quedamos que al día siguiente repetimos. Así que lo recomendamos sin ninguna duda. Eso sí, intentar ir un poco pronto porque se llena enseguida.
La cuestión es que estábamos tranquilamente esperando a que nos sirvieran nuestra comida cuando sentaron junto a nosotros a un matrimonio mayor. Deberían tener unos 70 años. Ambos con cierto sobrepeso (aunque parezca frívolo el comentarlo, es importante para otra anécdota que nos sucedió más adelante), ella con el pelo totalmente blanco y con permanente, tipo Bárbara Bush; él con barba y talante más bien callado. Ambos de Texas.
Pues no llevaban ni un minuto sentados cuando la mujer, Carla, se dirigió a nosotros directamente con la pregunta/afirmación: ¿Y qué? Supongo que vais a votar a Trump. Sí, amigos, ni hola, buenos días, ni un ¿qué tal?, ni nada de nada...
¿Recuerdais que había comentado que A. y yo nos propusimos evitar el tema de la política durante el viaje? Pues imagínate como se nos quedó el cuerpo.
Evidentemente respondimos que no íbamos a votar porque no éramos americanos, cosa que hizo que Carla preguntara si éramos búlgaros... Nos habían confundido con italianos, franceses, portugueses... pero búlgaros nunca.
Respondimos que no, que éramos españoles. A lo que siguió otra pregunta de si éramos marines. Y si algo os puedo asegurar es que al menos yo, pinta de marine no tengo ni por asomo.
Pues este fue el inicio de una conversación la mar de interesante durante la cual escuchamos de primera mano las razones por las que la gente estaba convencida para votar a Trump. No entraré en detalles porque este diario es para hablar de viajes y no de política, pero nos ayudó a entender muchas cosas y a ser conscientes de que lo que por aquél entonces parecía imposible (que Trump fuera presidente de los Estados Unidos) no lo era tanto.
La conversación se alargó bastante. Básicamente la que hablaba era Carla (tanto es así que no recuerdo el nombre del marido
) Una de las pocas intervenciones del marido de Carla fue para hacernos un gesto diciéndonos que no hiciéramos caso a su mujer En fin, no podía dejar de mencionaros esta anécdota que se convirtió en unos de los momentos más curiosos y a la vez interesantes (políticamente hablando) del viaje.
Tras pasar una comida tan entretenida, nos despedimos de nuestros compañeros de barra y volvimos al coche.
Cerca de donde habíamos aparcado vimos que había un puesto donde te alquilaban los esprays para osos. No recuerdo el precio, pero era bastante caro, así que una vez más decidimos seguir prescindiendo de ellos. Todo hay que decir, en lo que llevábamos de viaje habíamos visto a muchas personas con el espray anti osos a la cintura, con lo que lo que nos había parecido una exageración al principio del viaje, no parecía serlo tanto.
De aquí nos dirigimos por fin a visitar el Yellowstone Canyon.
- Yellowstone Canyon North Rim
Esta sería un primer contacto con la zona. No disponíamos de mucho tiempo porque esa noche dormiríamos en el Roosevelt Lodge, del cuál estábamos un poquito lejos, pero nos propusimos ver algunos de los miradores aprovechando que hacía buen tiempo y no sabíamos y se iba a mantener igual.
- Lower Falls
Llegamos a la carretera que recorre el North Rim (borde norte del cañón) y paramos en el primer parking, el de las Lower Falls.
Tras dejar el coche, iniciamos el recorrido. Éste implica con importante desnivel que se salva por un camino en zig-zag. Evidentemente el camino hasta el mirador, de bajada, no cuesta nada; lo que cuesta un pelín más se subirlo, pero no hay más dificultad.
Durante el descenso encuentras algunos lugares donde ya puedes empezar a disfrutar de las vistas del cañón. Y no sólo del cañón, también tener un primer contacto visual en la distancia con las Upper Falls.
Upper Falls
El mirador te lleva hasta el lugar donde se inicia la caída del agua que forman las Lower Falls, lo que causa cierta impresión. Pero para mí lo más bonito fue las vistas del cañón que a esas horas, por la tarde, estaba perfectamente iluminado, luciendo en todo su esplendor la roca amarilla que da nombre al parque.
Yellowstone Canyon, hacia el este.
El estar tan cerca de las Lower Falls no permitía una buena foto, así que tuvimos que esperar a verlas desde el South Rim para verlas mejor.
Las Lower Falls
Lo que sí que pudimos fotografíar bien fueron las empinadas escaleras que tendríamos que bajar para verlas, el Uncle's Tom Trail. Pero como digo eso sería otro día.
Escaleras del Uncle's Tom Trail.
Nos llevó bastante más tiempo del esperado hacer el trail de ida y vuelta hasta el mirador, así que decidimos dejar aquí nuestra primera toma de contacto con el Yellowstone Canyon e iniciar el camino hacia donde pasaríamos la noche.
- Dunraven Pass
Llevábamos ya un rato en dirección hacia Roosevelt Lodge cuando, a la altura de Dunraven Pass, encontramos unos 4 o 5 vehículos aparcados a un lado. Así que allá que paramos.
Nos acercamos al gran grupo de gente que se había formado allá. Había varios observando con potentes prismáticos y tras preguntar nos explicaron que, a lo lejos, justo en las montañas que teníamos en frente, se podían ver una pareja de osos negros.
Entre nuestros prismáticos (unos muy sencillitos) y el zoom de las cámaras de vídeo y fotos conseguimos distinguir algo. Y con algo me refiero a unos puntos que se movían. No fue hasta volver a Barcelona y ver las fotos en el ordenador que pudimos verlo un poco mejor.
Allí nos pasamos un buen cuarto de hora, durante el cual cada vez se iba acumulando más gente. A cada uno que llegaba, lo primero era explicarle qué se veía y dónde buscarlo. Allí la gente se estaba dejando los ojos por ver a los dos osos.
Uno de los osos. Sí, la mancha marrón.
Volvimos al coche recordando con añoranza nuestro primer viaje a los USA. Y es que, durante nuestra estancia en el Shenandoah National Park, tuvimos a un ejemplar de oso negro a menos de 10 metros.
Pues así íbamos pensando cuando, antes de recorrer uno kilómetro, vimos otro coche parado. Hicimos lo mismo. El motivo volvía a ser un oso negro. Pero amigos, esta vez estaba bien cerquita.
No tengo fotos porque opté directamente por grabar la escena en vídeo, pero os pongo alguna captura.
Esto sí que es claramente un oso
Estuvimos un buen rato siguiendo sus pasos hasta que decidió subirse ágilmente a un árbol. No pudimos seguir observando mucho más, ya que estábamos ocupando prácticamente un carril ya que en la zona no había mucho más espacio.
Seguimos camino contentísimos de haber visto al oso negro y pensando en todos aquellos que solo a pocos metros seguían luchando por distinguir aquellas dos manchas negras en la lejanía.
- The Narrows
Seguimos adelante. Tras dejar los puntos de inicio del trekking hasta lo alto del Mount Washburn, trail que habíamos estado estudiando pero que por cuestión de tiempo habíamos tenido que abandonar la idea de hacerlo, llegamos a una zona llamada The Narrows donde había un mirador, así que decidimos echarle un vistazo.
Por un corto camino accedimos a una zona de miradores donde nos encontramos con unas espectaculares vistas. Ante nosotros una estrecha garganta y en el fondo fluyendo el río Yellowstone. Un poco más allá, a nuestra izquierda, se distinguían las Calcite Springs, una zona hidrotermal cerrada al público pero que podíamos observar desde el mirador en el que nos encontrábamos.
The Narrows
En la anterior foto, las Calcite Springs serían la zona localizada a la izquierda del meandro del río, de un color blanquinoso.
A nuestra derecha la garganta se estrechaba más, siendo la imagen más espectacular.
The Narrows
- Roosevelt Lodge & Cabins
No tardamos mucho más en llegar a nuestro alojamiento. La zona de Roosevelt Lodge era bastante más pequeña a las zonas de alojamientos y servicios que habíamos visto hasta ahora. Nos pareció muy bonita, además de bastante aislada.
Una vez más estábamos alojados en una cabaña con baño comunitario (95,80$). En la siguiente foto, en primer plano el edificio de los baños. Detrás las cabañas para alojamiento.
Roosevelt Cabins
No nos entretuvimos mucho. Hicimos el check in, dejamos las maletas y demás en el interior de la cabaña y nos pusimos rumbo a la última visita del día.
- Lamar Valley
Habíamos leído que era una zona perfecta para avistamiento de fauna al atardecer, así que para allá nos fuimos. Y no tardamos en encontrarnos con los primeros animales de la tarde.
Nada más iniciar la carretera que se introducía en el Lammar Valley, ya vimos a la distancia una gran manada de bisontes que se acercaban a nosotros. Así que paramos el coche a la espera del encuentro.
Esperando a los bisontes
No tardamos en tenerlos encima. Ellos, como siempre, pasaban junto a nosotros como lo más normal del mundo. Y es que me imagino que para ellos, los coches y la gente dentro deben de ser algo con lo que han aprendido a convivir.
Dejamos atrás los bisontes para llegar al Lamar Valley. Lo primero que nos encontramos fueron unos antílopes americanos paciendo cerca de la carretera.
Pronghorn
Y un poco más adelante, destacando en el bonito paisaje, un bisonte solitario. Una imagen muy evocadora de las películas del oeste.
El bisonte solitario
Seguimos avanzando en nuestro recorrido. No tardamos en encontrarnos un grupo de coches parados de nuevo en el arcén. Esta vez estaban situados al otro lado de un puente que atravesaba la carretera. Los ocupantes de los coches estaban en el puente mirando hacia el río.
Evidentemente paramos y como por más que mirábamos no veíamos nada, preguntamos y nos explicaron que había un castor junto al río. Nos costó un poco localizarlo porque se iba metiendo entre los arbustos, pero pronto conseguimos fotografiarlo.
El escurridizo castor
Pero aún nos quedaba mucho Lamar Valley por delante. Unos kilómetros más allá, decidimos parar en un mirador. Esta vez no fue ningún animal el motivo de la parada, sinó simplemente el deseo de disfrutar de aquél magnífico paisaje al atardecer.
El Lamar Valley, atravesado por el Lamar River
Nos quedamos un buen rato allá sentados disfrutando del paisaje. Unos pescadores habían encontrado en el meandro de río Lamar que teníamos delante el lugar perfecto para pescar. Alargando un poco la vista podíamos vislumbrar nuevas manadas de bisontes y antílopes americanos. Era una visión de lo más bucólica, de aquellas en las que te sientes una persona con suerte por estar en aquél momento y en aquél lugar.
Una de las ventajas de tener el alojamiento tan cerca de Lamar Valley era que nos permitió estirar nuestra visita al valle hasta cuando el sol empezó a desaparecer.
Hasta ese momento pudimos aún ver otra manada de bisontes (sí, ¡otra!) cerca de la carretera. Por mucho que veíamos a aquellos majestuosos animales, no nos cansábamos de fotografiarlos.
Más bisontes al atardecer
Decidimos dar en ese momento la vuelta. Cerca ya de la salida del valle nos encontramos una última sorpresa. Sobre una roca, un muy delgado zorro observaba sus alrededores en busca de una presa.
Os dejo una foto que, debido a la pobre luz, no es muy buena.
El zorro al acecho
Estaba tan delgado que no pude evitar desear con todas mis fuerzas que encontrara algo. Tras unos minutos de observarlo, de repente saltó de la enorme piedra hacia el suelo. Había tenido suerte. Aunque no vimos exactamente qué había cazado, supusimos que sería algún roedor.
Nos quedamos algo más tranquilos. Aunque seguramente necesitaría comer más, pero al menos no se iría con el estómago vacío.
- Roosvelt Lodge & Cabins
De vuelta en nuestra cabaña, nos dimos cuenta de que nos enfrentábamos a un pequeño problema. A diferencias de la cabaña en Old Faithful (y de las que nos alojaríamos en los siguientes días) no tenía calefacción. El calor provenía de una estufa de leña pero que teníamos que encender nosotros, algo que nunca habíamos hecho en nuestra vida.
A. me dejó el trabajo para mí. Así que me puso manos a la obra, no debía de ser tan difícil.
La estufa contaba con instrucciones y con una bolsa con fragmentos cilíndricos de lo que parecía serrín prensado. Algunos de estos fragmentos eran más finos y parecían impregnados con alguna sustancia inflamable. Era los que había que utilizar para iniciar el fuego. Con unas cerrillas que también había por allí empecé las maniobras.
La cuestión es que al cabo de unos minutos conseguí un fuego más o menos estable, eso sí, gasté todo el serrín destinado para iniciar el fuego. Pronto la temperatura en la cabaña empezó a subir y aprovechamos para cenar unos sándwiches que nos preparamos.
Al cabo de poco más de una hora empezamos a notar que el calor disminuía y es que el fuego se estaba apagando. Intenté avivarlo poniendo nuevos cilindros de serrín, pero lo único que conseguí fue ahogarlo. Intenté reavivarlo con papel y todo lo que se me ocurrió, pero no hubo manera. El fuego finalmente se apagó.
Pero no hay nada como el calor humano, así que pasamos toda la noche abrazaditos.
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